tus ojos cansadísimos,
tu mirada dulcísima,
tus inocentes culpas,
yo te pido perdón
hasta porque me ames.
Esto no es un poema
ni una carta ni nada.
Apenas un suspiro.
Apenas
un suspiro.
* * *
Fuiste mucho más profundo
que tu sangre.
Lo que está en mí
es tu vida
que en vez de recorrerme
me agiganta
sin embargo tan mínima
que si respiro hondo
se me ahoga.
Lo que ha hecho el amor.
Lo que ha logrado
con su fuerza y su hartazgo
de palabras y miedos.
Mezclamos como arena,
como agua de dos olas,
como formas sin borde.
Ya no somos los dos
cada uno en su cuerpo
cada uno en su mente.
Sí, sé que no es prodigio,
que es común como el tiempo
este milagro,
que a cualquiera le pasa.
¡Pero que a vos conmigo!
Sin saber nada, nada.
Es más clara la muerte
que la vida.
Cuándo fue,
en qué suspiro,
en qué sensata negación
de lo Imposible,
en qué loca impaciencia
todo vos rebelándote
y huyendo hasta mi pecho,
toda yo desoyendo
lo que decía mi boca.
Lo que el amor ha hecho.
Ahora, ya no podemos separamos.
Iremos por la vida
(ni me atrevo a escribirlo)
iremos por la vida
pegados en un hijo.
* * *
LA TRASTIENDA
a Rodolfo Prayon
Tu sonido
estalla en mí
como una ola
que me despedaza,
que me recompone
cuando se retira
suave como un beso.
Tengo que mirar para otro lado.
Tu cara es demasiado, demasiado,
mordiendo fuerte el aire hasta sangrarlo
porque no le perdonás
que albergue el tono
desparejo, incoherente
de tu amor y tu odio.
No sos asi conmigo.
¿Más sentimiento o menos
indica la constante,
sostenida dulzura
con que escribís en mí
tus movimientos?
Por más que haga el esfuerzo
de mirar a otro lado,
me aturdís, tan violento,
me inundas por completo,
te abrís tantos caminos
en mi mente y mi cuerpo
que no sé respirar
y me ahogo y muero
y me quiero escapar
porque me aterra
la fuerza con que siento.
La puerta está muy cerca,
a la derecha,
a la misma distancia
que, a la izquierda,
tu guardiana vigila
y se da cuenta
de todo lo que pasa.
Entonces
dibujás
en un platillo
una raya sonora,
serena, decisiva
que me marca los limites
con firmeza y ternura,
y no me muevo.
Sos dueño de mi huida
Inmóvil, seducida.
Arriba tuyo
un hombre,
desde un cuadro, me gruñe
porque no debo amarte.
Las luces Juegan tanto
borrachas de tu música
que dan un arcolrls
a tu pantalón blanco,
y le ponen al Flaco
una media rosada
pero una sola media.
El Flaco me sonríe,
me dedica una nota.
Mi amigo me acompaña,
me mira, baila quieto.
Lo demás, lo de menos.
Tu guardiana vigila,
me empuja hacia la puerta,
la única salida
que por suerte no alcanzo.
Ya no tengo salida.
Vos me lo impedís todo
con los ojos cerrados,
y aplacas mi locura
acariciando apenas
el gemido de bronce
que se quedó flotando.
Cuántas cosas
te aplaudo.
* * *
Hoy fui yo la que miraba
y tejía una red
de humedad y ternura
para el salto mortal
de tu tristeza.
Porque hoy eras vos el de los ojos.
Y vos el del amor a borbotones.
Y el de ser abrazado y refugiado.
Qué matrimonio el nuestro.
Qué amantazgo perfecto.
Como un tul primoroso
que el arcón del recuerdo
nunca amarilleará.
Aislados por barrotes
de acíbares y mieles
invitando advirtiendo
acerca de lamidas.
Yo te escribí una vez sobre el suicidio
del guardián de tu alma.
Yo te pronostiqué
tus toipes alas.
Con mis ojos de ahora
en tu mirada,
me acomodo, extasiada,
en el palco avant-scéne de tus ensayos
cada vez más audaces,
cada vez más virtuosos,
cada vez más arriba.
Se te ha puesto musculoso el sentimiento.
Tanto
que estás a punto
de torcer pentagramas
y cualquier otra cosa.
Yo te nombro el Istonio
del sueño destrazado
y los cuadernos curvos.
* * *
Lo que escriba de vos
es tautológico.
Porque sos el poema
de tu quieta estatura
magnífica, soberbia.
descomunal, profunda,
misteriosa, tremenda.
Y no soy quien te crea,
te traduce o te goza.
Sólo te paso en limpio.
(Para mi amor valiente,
orgulloso, tozudo,
es honor suficiente.)
* * *
Hay nombres de lugares.
Barcelona, Dublin,
Pinamar, Isla Negra,
Tenerife, St. Lucia,
Salta, Oslo, Versailles,
Tokyo y Agua de Oro.
Opuestos, discordantes,
coloreados de altura
con magia exuberante
de atlas y de dedo.
Que me llaman, me buscan,
que yo sé que me tienen
sorpresas preparadas,
recuerdos de mí misma,
pedazos de mi alma.
Hay nombres de lugares.
Hay lugares —presiento—,
decenas de lugares
donde puedo rastrearte,
donde puedo encontrarte,
donde estás esperándome,
donde estoy esperándote.
* * *
“La mentira importa siempre.
No tanto por lo que oculta, sino por lo que separa. ”
Luis Berraute
Vos, pavo real, que me mentís
seguro de vos mismo
adiviná
a cuántos hombres he mentido
riéndome en silencio
de su pavorrealada,
viéndolos debutar
en mi íntimo escenario
del ridículo.
* * *
Las mentiras
que sentás a nuestra mesa,
que arropás en la cama,
que ponés en mis orejas
como aros,
esperan a que te vayas
para contármelo todo
porque quieren recibirse
de verdades.
* * *
Cada vez
que me mentís
pensá
que así
como te creo
podes vos estar creyendo
mis mentiras.
* * *
A tus mentiras
les pasó
como a Pedro y el Lobo.
Ahora quieren ser verdad
y yo.
necesitada como estoy
de tus mentiras,
me las como.
* * *
Hoy han vuelto al rebaño
pero bien esquiladas
tus ovejltas negras,
las mentiras.
* * *
Si la mentira
no tuviera patas cortas,
¿hasta dónde correría
escapando del bochorno
que le causa tu torpeza
* * *
Es domingo.
Y soy un hilo
dorado
que se le ha escapado al sol
de la melena.
Nada frágil por cierto
por más que me adelgace.
Porque soy fuego eterno,
filamento de cielo,
suspiro de Creación,
aire macizo,
medusa inextinguible.
Juego
floja, hechicera.
Coqueteo con el viento
para que ría mi hijo
que trata de atraparme
a manotazos.
Qué fácil desmateria
es esta tarde.
Qué fuerte tentación
de no morirme.
Qué suave es el amor
así, alargándome
Читать дальше