Un diccionario teológico dice esto acerca de otra forma de la palabra usada a menudo en el griego clásico:
El adjetivo hedraios (derivado de hedra , asiento, silla, morada, lugar)... originalmente era usado por los hombres en el sentido de “sentarse”, “sedentario”, y luego de manera más general para “firme”, “inquebrantable”, “estable”. De esta manera, hedraios es usado... en asuntos acerca de una certeza absoluta y de la base final de toda la existencia (especialmente usado por Plotino). La referencia es siempre a algo seguro y permanente en sí mismo. 16
¿Por qué escogió Pablo esta palabra en su intento por ayudar a Timoteo a comprender la primacía y la importancia de la iglesia local? El quería que Timoteo conociera que la iglesia es la única institución que Dios ha prometido preservar a lo largo de todos los tiempos. Siempre permanecerá, y siempre tendrá éxito, sin tener en cuenta los muchos asaltos y catástrofes que la amenazan. Jesús afirmó este hecho en los términos más firmes cuando dijo: “[Yo] edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18). Y Efesios 3:21 dice que Dios recibirá “gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos”.
La verdad de que la iglesia siempre será edificada y bendecida por Dios mismo provee una tremenda fuente de esperanza y confianza para nosotros como cristianos. También presenta un argumento convincente para la idea de que deberíamos dirigir nuestras energías y esfuerzos principalmente hacia la edificación y el crecimiento de la iglesia local y no a organizaciones e instituciones fuera de ella. Dios ha prometido preservar y bendecir la iglesia, pero los esfuerzos de los cristianos en esas otras arenas no producirán necesariamente un fruto duradero.
Por ejemplo, muchos cristianos (y líderes cristianos) en nuestros días están gastando cantidades tremendas de energía para poner freno a la ola creciente de secularismo y relativismo moral en América. Nuestra cultura de hecho se ha convertido tristemente en poscristiana, y sin duda, en el futuro se irá convirtiendo cada vez más en anti-cristiana. Pero la Biblia nunca nos manda a dedicar nuestros mayores esfuerzos para asegurarnos de que la sociedad en la que vivimos permanece tolerante hacia el cristianismo. Y si invertimos nuestros esfuerzos y esperanzas en esa lucha, simplemente nos expondremos a una tremenda decepción, porque no tenemos garantía de que nuestro gobierno será jamás tolerante hacia los cristianos. Dios puede muy bien permitir que se haga como la Alemania nazi o la Rusia comunista. Si lo hace, eso no sería “el fin del mundo” para nosotros los creyentes, ni tampoco sería un golpe horrible para los propósitos de Dios. El glorioso plan de Dios para edificar Su reino espiritual continuará, sin tener en cuenta si América mantiene su libertad religiosa.
No obstante, si estamos luchando principalmente por y para la salvación de las almas y la edificación del pueblo de Dios (particularmente en el contexto de la iglesia local), nuestra esperanza nunca será sacudida, porque esas benditas obras continuarán incluso si la cultura alrededor de nosotros cae en picado. Puesto que la iglesia actúa como un fundamento permanente para la verdad de Dios, siempre permanecerá como un lugar emocionante y satisfactorio en el cual servirle.
• La morada y familia de Dios.
• El cuerpo amado profundamente por cada miembro de la Trinidad.
• La columna indispensable que sostiene la verdad de las Escrituras.
• El fundamento estable y eterno de nuestro servicio a Cristo.
¿Qué más se podría decir acerca de la importancia de la iglesia que comunicó Pablo en estas cuatro descripciones tan vívidas? Sólo queda preguntarnos si la iglesia es tan importante para nosotros como lo es para el Señor, y cómo podemos asegurarnos de que tiene el lugar que le corresponde en nuestras vidas y ministerios. El resto de este libro nos ayudará a entender lo que Dios espera de nosotros en relación con su iglesia, pero por ahora estas palabras de Robert Saucy servirán como un resumen adecuado y una conclusión a lo que hemos discutido hasta aquí:
A lo largo del curso de la historia Dios ha obrado en una variedad de maneras por medio de individuos, naciones, y personas. El epicentro de su obra presente es la iglesia. Aquello que fue comenzado en las Escrituras, cuando hombres y mujeres fueron llamados a reconocer el señorío de Cristo, continúa hoy en cumplimiento de la promesa de Cristo de edificar su iglesia. Cristo no sólo está edificando Su iglesia, sino que ésta es el instrumento principal por medio del cual Él ministra en el mundo. Como Cristo fue enviado por el Padre, así la iglesia cumple el papel de embajadora de su Señor como enviados con un mensaje de reconciliación al mundo (Juan 20:21).
La realidad de que la iglesia como el instrumento de Dios y como Su principal preocupación es recibida con escepticismo e incredulidad, no sucede enteramente sin razón. En medio de la contracorriente bravucona de nuestros tiempos, que ha sacudido todas las instituciones de los hombres hasta dejarlas por los suelos, y en algunos casos, incluso los fundamentos están peligrando, si es que no han sido destruidos ya, la iglesia no ha permanecido indemne. Aquello que lleva el nombre de Dios ha sufrido confusión con el resto de las cosas. La tan extendida debilidad resultante y la incertidumbre han hecho que muchos se aparten, rechazando con censura a la iglesia como el lugar de la actividad de Dios. Aunque es cierto que algunas formas de vida eclesiástica, adiciones del tiempo más que modelos bíblicos, deben ser rechazadas, el seguidor de Jesucristo no puede profesar lealtad a Él y negar Su iglesia. Lo que se necesita mucho más que las denuncias son una crítica constructiva y un esfuerzo renovado por buscar los caminos de Dios en los cuales uno pueda ser parte del proceso de edificación. Porque su propósito aún permanece: su iglesia perdurará. 17
Preguntas para la plática y la aplicación:
1. Cuando la iglesia es llamada “el cuerpo de Cristo” en la Escritura, ¿qué implica esto para la importancia de la iglesia? ¿Y qué sucede con la expresión “la familia de Dios”
2. Hechos 20:28 dice que Dios compró la iglesia “con su propia sangre”. ¿Cómo habla eso de la importancia de la iglesia? Analiza también Efesios 5:25-27.
3. ¿Por qué dice la confesión de fe de Westminster que fuera de la iglesia “no hay posibilidad ordinaria de salvación”? ¿Qué dos extremos crees que está tratando de evitar esta afirmación?
4. ¿Cómo valorarías la importancia de la iglesia en tu propia vida personal? ¿Cuán importante es comparada con otras instituciones humanas, como la familia, el gobierno, la escuela, las organizaciones paraeclesiales, los equipos de deporte o los clubes? ¿Y comparada con tus pasatiempos y otras actividades de ocio?
2
Comprometiéndonos
con la Membresía de la Iglesia
Hace varios años, el Dr. Jay Adams estaba respondiendo un panel de preguntas en una conferencia de orientación en San Diego. Un hombre levantó la mano y preguntó: “¿Debemos aplicar la disciplina eclesiástica a las personas que no son miembros de nuestra iglesia?”
“No, por supuesto que no,” respondió Jay en su inimitable estilo de firmeza afectuosa. “La disciplina de la iglesia es sólo para creyentes.” Un estruendo inquisitivo atravesó la sala, así que se explicó más detalladamente: “Las personas que no son miembros de una iglesia deberían ser tratadas como no creyentes, porque ellos se están tratando a sí mismos como no creyentes.”
Una ola de murmullos aún más fuerte corrió por toda la audiencia, y una multitud de manos salieron disparadas a lo alto.
Читать дальше