Cesar Vallejo - Maestros de la Poesia - César Vallejo

Здесь есть возможность читать онлайн «Cesar Vallejo - Maestros de la Poesia - César Vallejo» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Maestros de la Poesia - César Vallejo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Maestros de la Poesia - César Vallejo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Bienvenidos a la serie de libros de los Maestros de la Poesia, una selección de los mejores trabajos de autores notables.El crítico literario August Nemo selecciona los textos más importantes de cada autor. La selección se hace a partir de las poesias, cuentos, cartas, ensayos y textos biográficos de cada escritor.Esto ofrece al lector una visión general de la vida y la obra del autor.Esta edición está dedicada a César Vallejo, un poeta y escritor peruano. Es considerado uno de los mayores innovadores de la poesía del siglo XX y el máximo exponente de las letras en su país.Este libro contiene los siguientes escritos:Comentario biográfico: por Leopoldo Lugones y la autobiografía del autor.Poesía: más de 40 poemas seleccionados.Prosa: 7 mejores cuentos seleccionados por el crítico August Nemo.Epístolas: algunos ejemplares de la correspondencia personal del autor y de sus contemporáneos.¡Si aprecias la buena literatura, asegúrate de buscar los otros títulos de Tacet Books!

Maestros de la Poesia - César Vallejo — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Maestros de la Poesia - César Vallejo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—¿Cómo pudo usted hacer ese libro entonces, ese libro que, incluso como poesía verbalista, pregona conocimientos de toda clase?

—Me di en él sin salto desde los Heraldos Negros. Conocía bien los clásicos castellanos… Pero creo, honradamente, que el poeta tiene un sentido histórico del idioma, que a tientas busca con justeza su expresión.

—¿Qué gente conocía usted en París?

—Poca. Desde luego no busqué escritores. Después encontré a un chileno, Vicente Huidobro, y a un español, Juan Larrea.

(Séame aquí permitido recordar a Juan Larrea, poco o nada conocido de nadie. Gran poeta nuevo. Le conocí en el Archivo Histórico Nacional, donde era archivero. Un día se despidió, abandonó la carrera y dijo que iba a hacer poesía pura a París. Dos o tres años. Se fue a París, diciendo que se iba a hacer poesía pura, y se metió en un pueblo peruano, donde, naturalmente, no se le había perdido nada. Dos años de soledad, de aislamiento. Nunca quiso publicar sus versos. Un día se cansará definitivamente, y diciendo que se va a hacer poesía pura, llegará al limbo de los buenos poetas, donde ángeles desplumados tocan violines de sueño. ¡Gran Larrea!)

—Para terminar, amigo Vallejo, ¿obras inéditas?

—Un drama escénico: Marnpar. Un nuevo libro de poesía.

—¿Qué título?

—Pues… Instituto Central del Trabajo.

Selección de poemas

Absoluta

Color de ropa antigua. Un julio a sombra,

y un agosto recién segado. Y una

mano de agua que injertó en el pino

resinoso de un tedio malas frutas.

Ahora que has anclado, oscura ropa,

tornas rociada de un suntuoso olor

a tiempo, a abreviación... Y he cantado

el proclive festín que se volcó.

Mas ¿no puedes, Señor, contra la muerte,

contra el límite, contra lo que acaba?

¡Ay, la llaga en color de ropa antigua,

cómo se entreabre y huele a miel quemada!

¡Oh unidad excelsa! ¡Oh lo que es uno

por todos!

¡Amor contra el espacio y contra el tiempo!

Un latido único de corazón;

un solo ritmo: ¡Dios!

Y al encogerse de hombros los linderos

en un bronco desdén irreductible,

hay un riego de sierpes

en la doncella plenitud del 1.

¡Una arruga, una sombra!

Altura y pelos

¿Quién no tiene su vestido azul?

¿Quién no almuerza y no toma el tranvía,

con su cigarrillo contratado y su dolor de bolsillo?

¡Yo que tan sólo he nacido!

¡Yo que tan sólo he nacido!

¿Quién no escribe una carta?

¿Quién no habla de un asunto muy importante,

muriendo de costumbre y llorando de oído?

¡Yo que solamente he nacido!

¡Yo que solamente he nacido!

¿Quién no se llama Carlos o cualquier otra cosa?

¿Quién al gato no dice gato gato?

¡Ay, yo que sólo he nacido solamente!

¡Ay! ¡yo que sólo he nacido solamente!

Amor prohibido

Subes centelleante de labios y de ojeras!

Por tus venas subo, como un can herido

que busca el refugio de blandas aceras.

Amor, en el mundo tú eres un pecado!

Mi beso en la punta chispeante del cuerno

del diablo; mi beso que es credo sagrado!

Espíritu en el horópter que pasa

¡puro en su blasfemia!

¡el corazón que engendra al cerebro!

que pasa hacia el tuyo, por mi barro triste.

¡Platónico estambre

que existe en el cáliz donde tu alma existe!

¿Algún penitente silencio siniestro?

¿Tú acaso lo escuchas? Inocente flor!

... Y saber que donde no hay un Padrenuestro,

el Amor es un Cristo pecador!

Ausente

Ausente! La mañana en que me vaya

más lejos de lo lejos, al Misterio,

como siguiendo inevitable raya,

tus pies resbalarán al cementerio.

Ausente! La mañana en que a la playa

del mar de sombra y del callado imperio,

como un pájaro lúgubre me vaya,

será el blanco panteón tu cautiverio.

Se habrá hecho de noche en tus miradas;

y sufrirás, y tomarás entonces

penitentes blancuras laceradas.

Ausente! Y en tus propios sufrimientos

ha de cruzar entre un llorar de bronces

una jauría de remordimientos!

Avestruz

Melancolía, saca tu dulce pico ya;

no cebes tus ayunos en mis trigos de luz.

Melancolía, basta! Cuál beben tus puñales

la sangre que extrajera mi sanguijuela azul!

No acabes el maná de mujer que ha bajado;

yo quiero que de él nazca mañana alguna cruz,

mañana que no tenga yo a quién volver los ojos,

cuando abra su gran O de burla el ataúd.

Mi corazón es tiesto regado de amargura;

hay otros viejos pájaros que pastan dentro de él...

Melancolía, deja de secarme la vida,

y desnuda tu labio de mujer...!

Bordas de hielo

Vengo a verte pasar todos los días,

vaporcito encantado siempre lejos...

Tus ojos son dos rubios capitanes;

tu labio es un brevísimo pañuelo

rojo que ondea ¡en un adiós de sangre!

Vengo a verte pasar; hasta que un día,

embriagada de tiempo y de crueldad,

vaporcito encantado siempre lejos,

la estrella de la tarde partirá!

Las jarcias; vientos que traicionan; vientos

de mujer que pasó!

Tus fríos capitanes darán orden;

y quien habrá partido seré yo...

Capitulación

Anoche, unos abriles granas capitularon

ante mis mayos desarmados de juventud;

los marfiles histéricos de su beso me hallaron

muerto; y en un suspiro de amor los enjaulé.

Espiga extraña, dócil. Sus ojos me asediaron

una tarde amaranto que dije un canto a sus

cantos; y anoche, en medio de los brindis, me hablaron

las dos lenguas de sus senos abrasadas de sed.

Pobre trigueña aquella; pobres sus armas; pobres

sus velas cremas que iban al tope en las salobres

espumas de un mar muerto. Vencedora y vencida,

se quedó pensativa y ojerosa y granate.

Yo me partí de aurora. Y desde aquel combate,

de noche entran dos sierpes esclavas a mi vida.

Comunión

Linda Regia! Tus venas son fermentos

de mi no ser antiguo y del champaña

negro de mi vivir!

tu cabello es la ignota raicilla

del árbol de mi vid.

tu cabello es la hilacha de una mitra

de ensueño que perdí!

Tu cuerpo es la espumante escaramuza

de un rosado Jordán;

y ondea, como un látigo beatífico

que humillara a la víbora del mal!

Tus brazos dan la sed de lo infinito,

con sus castas hespérides de luz,

cual dos blancos caminos redentores,

dos arranques murientes de una cruz.

Y están plasmados en la sangre invicta

de mi imposible azul!

Tus pies son dos heráldicas alondras

que eternamente llegan de mi ayer!

Linda Regia! Tus pies son las dos lágrimas

que al bajar del Espíritu ahogué,

un Domingo de Ramos que entré al Mundo,

ya lejos para siempre de Belén!

Considerando en frío, imparcialmente...

Considerando en frío, imparcialmente,

que el hombre es triste, tose y, sin embargo,

se complace en su pecho colorado;

que lo único que hace es componerse

de días;

que es lóbrego mamífero y se peina...

Considerando

que el hombre procede suavemente del trabajo

y repercute jefe, suena subordinado;

que el diagrama del tiempo

es constante diorama en sus medallas

y, a medio abrir, sus ojos estudiaron,

desde lejanos tiempos,

su fórmula famélica de masa...

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Maestros de la Poesia - César Vallejo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Maestros de la Poesia - César Vallejo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Maestros de la Poesia - César Vallejo»

Обсуждение, отзывы о книге «Maestros de la Poesia - César Vallejo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x