En la actualidad es muy raro encontrarse mensajes saludables, no hay imágenes de mujeres reales. Todo se basa en la delgadez, en el “si tenemos buena cola o no”, en no tener celulitis, en la cara perfecta.
“En la actualidad es muy raro encontrarse mensajes saludables, no hay imágenes de mujeres reales”
Como si fuera poco y para complementar esta locura, también es muy frecuente que inviten a los programas a médicos y nutricionistas donde tratan a famosos y dan mensajes terroríficos: demonizan alimentos; promocionan pastillas para adelgazar de venta libre; no derriban mitos, sino que los sostienen; hablan del cáncer como si nada, diciendo que X alimento es el que va a enfermarte.
Es muy difícil ver en los medios de comunicación a algún profesional que hable de manera lógica, los hay muy pocos. Son todavía menos los que hablan de la nutrición como un todo, como algo que tiene que ver con la mente, el cuerpo, el placer y la vida social. Siempre se habla de restricciones, de que esto sí, esto no, esto es veneno, esto trae cáncer, esto genera celulitis, etc.
Un momento de especial encarnizamiento en los medios, y que se repite todos los años, es la época de las fiestas. ¿Quién no padeció este bombardeo sobre la comida en Navidad y Año Nuevo?:
“El turrón es el satanás de la mesa, tiene X calorías”.
“Si comes de más, toma dos comprimidos de esta pastilla natural y asimilarás menos hidratos de carbono”.
“Dos rodajas de vitel toné son lo mismo que dos platos de ravioles”.
“La comida navideña equivale a 42 medialunas”.
“Luego de las fiestas hay que hacer 7 días de puro líquido”.
Todos estos mensajes hacen que el disfrute y la alegría de reunirnos a celebrar con familiares, con amigos, pasen a segundo plano, y el miedo a la comida, a primer plano.
Yo, por experiencia, puedo decirles que esa clase de frases que se lanzan despreocupadamente es mentira. Si uno sabe comer, si uno tiene los alimentos legalizados y no hace dietas extremas, no se va a comer de más ni se va a subir de peso. Los días posteriores a las fiestas, tanto los pacientes como yo comprobamos que no hay aumento de peso alguno. Ellos se sorprenden porque se mantuvieron en el peso y por haber podido disfrutar ¡sin haberse abalanzado sobre la mesa!
Esto sucede porque no hubo excesos, ya que no tuvieron necesidad, porque venían con una alimentación variada, saludable y sin prohibiciones.
Desde ya que debe predominar lo saludable, pero eso no implica dejar de lado lo que nos gusta. Y no bajaron o mantuvieron el peso por tomar pastillas, hacer detox o llevarse un tupper . Lo lograron aprendiendo a comer, aceptaron el desafío de que era algo que llevaba tiempo y lo superaron.
Las dietas extremas no hacen que bajes de peso... Hacen que aumentes y a veces el doble.
No hagan caso a esas cosas que ven en los medios, porque no es real. Infundir miedo en la gente no tiene ningún sentido, ningún otro objetivo que no sea vender: vender pastillas, batidos, jugos “desintoxicantes” y todo lo que llame la atención.
Este tipo de mensajes enferma a la gente y les inculca mitos, aparentes verdades que son totalmente falsas, como los que voy a derribar en el próximo capítulo.
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