El capítulo sexto, desarrollado por Felipe Aliaga, Angelo Flórez, Nadia García, Lina Montoya, Paola Vanessa Baracaldo, Lisa Pinto y Carla Rodríguez, se realizó con el fin de presentar las diferentes medidas de implementación sobre el control migratorio en el país, esto tomando en consideración la crisis humanitaria en la que se encuentra Venezuela, que ha generado la llegada de más de un millón de venezolanos a Colombia. El capítulo está compuesto por las siguientes secciones: a modo de introducción, se indican algunas medidas de protección nacional e internacional, una breve aproximación al CONPES 3950, política laboral, salud, educación, género y retorno. Dentro de cada sección se concentran los principales argumentos, recomendaciones e iniciativas cuando se habla sobre migración venezolana en Colombia. Para el desarrollo del capítulo se utilizaron una serie de informes presentados en 2018 por el Gobierno, observatorios de investigación de universidades y organizaciones dedicadas a la seguridad y defensa de derechos de los migrantes y refugiados.
La migración pendular trasnacional colombo-venezolana es el tema que abordan en el séptimo capítulo Caterine Mojica, Gladys Adriana Espinel, Martha Herrera y Andrea Catalina Camargo, fenómeno que explica por qué atravesar la frontera se constituye para los migrantes pendulares en una nueva forma de habitar el territorio. Describe, además, cómo este proceso diario se ha convertido en un mecanismo de subsistencia para los ciudadanos venezolanos o para los colombianos que viven en Venezuela, pese a las dificultades que implica el tránsito por pasos no legales, denominados ‘trochas’, que son controlados por grupos armados a quienes se les debe pagar una suerte de ‘peaje’. En este caso, la relación laboral oferta-demanda, como se da en la migración circular, no es lo importante, sino que el cruce trasnacional permanente se constituye en la única forma de mantenerse con vida y distanciado, al menos durante el día, de lo que implica vivir en un país inestable políticamente.
Desde una aproximación histórica a la presencia de sirios, libaneses y palestinos en Norte de Santander, Gladys Adriana Espinel y Caterine Mojica abordan esta migración en el capítulo octavo, con la pretensión de abrir el panorama al estudio de las migraciones en Cúcuta y Ocaña, ciudades que, por su ubicación y desarrollo comercial próximos a la frontera entre Colombia y Venezuela, se constituyen en lugares de tránsito frecuente de nacionales y extranjeros en donde existe la necesidad de reconocer al otro a partir de relaciones de alteridad. En la actualidad ya establecidos, estos migrantes hacen parte fundamental de la vida cotidiana y cultural de la región.
A pesar de las distancias geográfica y culturales que separan a Turquía y a Colombia, ciudadanos turcos (y anteriormente otomanos) han migrado al país suramericano en diferentes periodos históricos. En el capítulo noveno, Angelo Flórez y Carolina Bernal analizan la migración turca y otomana hacia Colombia, identificando tres momentos históricos. En primer lugar, una migración sucedida entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando aún existía el Imperio otomano; en segundo lugar, una migración impulsada por el comercio y el restablecimiento diplomáticos entre Colombia y Turquía entre 2010 y 2016; y, para finalizar, con la migración más reciente, cuyo periodo abarca de 2016 a 2019, éxodo impulsado tanto por la profundización de los lazos comerciales entre ambos países como por los sucesos políticos vividos por Turquía.
Durante décadas, la inmigración extranjera a Colombia no fue significativa a pesar de los esfuerzos del Gobierno por atraer ciudadanos de fuera del país. En el capítulo décimo, a cargo de Alexandra Toro, se destaca el importante papel de los alemanes que llegaron al país a trabajar en diferentes industrias como la ferrería, la minería, la construcción de infraestructura de comunicaciones, la fabricación de productos, etc. Su contribución al conocimiento, sus inversiones y aportes al comercio y a la industria fueron decisivas para el desarrollo del país y para futuras inmigraciones alemanas. Los primeros alemanes que llegaron a Colombia lo hicieron en un momento en el que este país no podía ofrecerles buenas condiciones, dada la mínima actividad económica, las bajas finanzas públicas, la falta de transporte y de vías de comunicación. No obstante, le apostaron a Colombia y sus aportes permitieron la venida posterior de otros alemanes cuya contribución al desarrollo industrial hizo de Colombia el país que hoy es. Estos aportes son desconocidos y por lo tanto no han sido suficientemente valorados. El capítulo resume algunos apartes de una investigación más amplia sobre la huella construida que dejaron los alemanes en Colombia entre mediados del siglo XIX y mediados del XX en el desarrollo industrial, y se centra en el tema de asentamientos y obras de infraestructura. La autora considera que dado el importante papel que tuvieron los alemanes en la historia de Colombia, es una cuestión de gratitud sacar a la luz esta huella construida y reconocer su valor testimonial y su importancia en la construcción de nación.
El último capítulo del libro pertenece a Juan Thomas Ordóñez, quien analiza la experiencia de una población indígena ecuatoriana en Bogotá, que está articulada a redes migratorias amplias que abarcan casi todos los continentes. Los Kichwa-Otavalo, de la provincia de Imbabura, en Ecuador, llevan casi un siglo viniendo a la capital colombiana. En ese tiempo, algunas familias se asentaron permanentemente en la ciudad y hay tres generaciones de kichwas bogotanos, que tienen ciudadanía colombiana. Atados a migrantes más recientes y a actores en otras partes del mundo a través del parentesco y el comercio, los kichwa en Bogotá están “localizados” en un nodo particular de las redes, donde su experiencia está marcada por el Estado colombiano. El capítulo explora los efectos de las políticas de reconocimiento del distrito capital sobre los kichwas en la ciudad y muestra cómo la posicionalidad de los actores en las redes genera perspectivas diferentes de elementos como la ciudadanía, la identidad y la etnicidad.
Los editores queremos agradecer profundamente a la Vicerrectoría Académica General de la Universidad Santo Tomás (Colombia) por financiar esta publicación a través de la convocatoria Fodein 2018; a todos los autores, por sus valiosos aportes y conocimientos plasmados en cada uno de los capítulos; a los investigadores del Grupo de Estudios sobre Migraciones Internacionales y Vulnerabilidad (GEMIV), por sus aportes y críticas en la construcción de esta obra; a Nastassja Rojas Silva, decana de la Facultad de Gobierno y Relaciones Internacionales, y Miguel Urra Canales, decano de la Facultad de Sociología, por el valioso respaldo y acompañamiento; a Laura de La Rosa Solano, representante del Comité Editorial, por su siempre ejemplar gestión; a los compañeros de Ediciones USTA, quienes vienen realizando un trabajo editorial de excelencia; y a todas las personas migrantes que esperamos se vean representadas en este pedazo de historia de la movilidad humana en Colombia.
Aliaga, F. (Ed.). (2017). Migraciones internacionales. Alteridad y procesos sociopolíticos. Bogotá, D. C.: Ediciones USTA.
Aliaga, F. & Uribe, C. (Eds.). (2018). Migración de retorno. Colombia y otros contextos internacionales. Bogotá, D. C.: Ediciones USTA.
Aliaga, F. & Louidor, W. (Eds.). (2019). Defensa de los derechos humanos de los migrantes y refugiados. El rol de las organizaciones del tercer sector en Colombia y Ecuador. Bogotá, D. C.: Ediciones USTA.
Ministerio de Relaciones Exteriores. (2016). Obtenido de Becas KGSP para programas de posgrado, pregrado e investigación. https://bit.ly/2VHlKTbConsultado el 5 de marzo 2019.
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