La obra concluye con el capítulo, “Hacerlo bien y hacer el bien”, en donde José Medina Mora Icaza, Xavier López Ancona y Vicente Fenoll Algorta narran en primera persona cómo fundaron e hicieron crecer sus empresas, cómo buscan incidir en su comunidad y cómo im-pulsan a los emprendedores.
Agradezco a cada uno de los autores quienes, por su cariño al IPADE, aceptaron participar en esta aventura. Me agrada recordar cada encuentro con ellos como un inolvidable match de tenis intelectual a 3 de 5 sets, en el que cada competidor aportó lo mejor de su arte, su técnica, su pensamiento y experiencia, que se conjugó con la elegancia y tradición que caracterizan a este deporte.
Mi reconocimiento a Vicente Fenoll, Xavier López Ancona y José Medina Mora, de cuyo texto tomamos prestada la frase del título del libro: doing good and doing well, hacerlo bien y hacer el bien, que resume el contenido de esta obra y que, con ilusión, esperamos que pronto también resuma muchas realidades de la vida cotidiana en nuestro país.
Mi agradecimiento también para Myriam Moreno, sin cuyo talento y dedicación no hubiera sido posible esta obra, y a Patricia Montelongo por su inapreciable labor editorial.
Los capítulos aquí reunidos, lo que plantea cada autor, seguramente nos ayudarán a adentrarnos de lleno en el siglo XXI y a incrementar la sabiduría práctica que necesitamos todos para potenciar nuestro quehacer directivo y empresarial.
El escritor español José Antonio Marina, en su libro Inteligencia crea-dora, define la creatividad como “la capacidad de producir intencionalmente sorpresas eficaces”. Eso es, sin duda, algo a lo que aspira este libro, inspirar a muchos para incrementar y acrecentar las sorpresas eficaces.
JOSÉ ANTONIO DÁVILA CASTILLA
Director del Centro de Investigación en Iniciativa Empresarial-EY
______ POR LO GENERAL SE CREE QUE LA ECONOMÍA DE MERCADO ESTÁ A FAVOR DE LOS INTERESES DE LOS EMPRESARIOS, LO CUAL ES FALSO. LA VERDADERA ECONOMÍA DE MERCADO, BASADA EN LA LIBERTAD INDIVIDUAL, LA PROPIEDAD PRIVADA Y LA RESPONSABILIDAD PERSONAL Y, POR ENDE, EN LA MAYOR COMPETENCIA POSIBLE ENTRE PRODUCTORES, ESTÁ A FAVOR DE LOS INTERESES DE LOS CONSUMIDORES, A QUIENES LOS SATISFACTORES SE LES OFRECEN CON EL MENOR PRECIO, LA MAYOR CALIDAD Y EL MEJOR SERVICIO POSIBLES, CONTRIBUYENDO A ELEVAR SU BIENESTAR. TODO ELLO, HAY QUE INSISTIR, EN UNA VERDADERA ECONOMÍA DE MERCADO.PARA ENTENDER CUÁL ES LA VERDADERA ECONOMÍA DE MERCADO HAY QUE CONSIDERAR, DESDE LA PERSPECTIVA DE LA RELACIÓN ENTRE DICHA ECONOMÍA, LA COMPETITIVIDAD DE LAS EMPRESAS Y EL BIENESTAR DEL CONSUMIDOR, LA DEFINICIÓN DE PROGRESO ECONÓMICO, EL INTERÉS DE LOS CONSUMIDORES, AL EMPRESARIO COMO CAUSA EFICIENTE DE ESE PROGRESO, A LA ESENCIA DE LA ECONOMÍA DE MERCADO Y, EN NUESTRO CASO, A LA TRANSFORMACIÓN DEL MARCO INSTITUCIONAL DE LA ECONOMÍA MEXICANA EN LOS ÚLTIMOS CINCUENTA AÑOS, SUPUESTAMENTE A FAVOR DE LA ECONOMÍA DE MERCADO. ESTOS SON LOS TEMAS QUE, EN UNA PRIMERA APROXIMACIÓN, SE DESARROLLAN EN ESTE ESCRITO. |
EL PROGRESO ECONÓMICO
El progreso económico consiste en la capacidad para producir más y mejores bienes y servicios, para un mayor número de gente.
Producir más bienes y servicios, que es la dimensión cuantitativa del progreso, está relacionado con el crecimiento de la economía y se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios, lo que se conoce como el Producto Interno Bruto (PIB).
Producir mejores bienes y servicios, dimensión cualitativa del progreso, hace posible satisfacer de mejor manera las necesidades del consumidor.
Producir más y mejores bienes y servicios, para un mayor número de gente, dimensión social del progreso, hace posible que más personas puedan disponer de más y mejores satisfactores.
¿De qué depende el progreso económico? De las inversiones directas, que son las que apuntalan o abren empresas, producen bienes y servicios, crean empleos y les permiten, a quienes obtienen esos puestos de trabajo, generar ingresos.
Inversión directa es todo gasto destinado a producir más y/o mejor, por lo que directamente puede invertirse en investigación científica y desarrollo tecnológico; en instalaciones, maquinaria y equipo; en infraestructura de comunicaciones y transportes o en la inversión directa más importante de todas: educación y capacitación generadora de capital humano, definido como el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que le permiten a la persona realizar trabajos más productivos.
Entonces, ¿de qué depende el progreso económico? De las inversiones directas. ¿Y de qué dependen las inversiones directas? De la competitividad del país, definida como la capacidad de la nación para atraer, retener y multiplicar inversiones directas. Atraer: que los empresarios decidan invertir directamente en el país. Retener: que los capitales ya invertidos se queden invertidos en el país. Multiplicar: que las utilidades generadas por los capitales invertidos directamente en el país se reinviertan, también, directamente en el país.
¿De qué depende el progreso económico? De las inversiones directas. ¿De qué dependen las inversiones directas? De la competitividad del país, ¿Y de qué depende esta última? Entre otras variables, del marco institucional, es decir, de las instituciones que establecen las reglas del juego, desde las informales (usos y costumbres) hasta las formales (normas jurídicas). Instituciones que deben ser justas (garantizar los derechos de los agentes económicos) y eficaces (lograr la mayor oferta posible de bienes y servicios, al menor precio).
De instituciones justas y eficaces depende, no exclusivamente pero sí de manera importante, la competitividad del país, de la cual dependen las inversiones directas, de las cuales depende el progreso económico.
Comencé preguntando de qué depende el progreso económico y la respuesta fue: de la inversión directa y de la competitividad del país. De acuerdo, y ahora la pregunta es ¿de quién depende? Del gobierno depende la competitividad del país, y del empresario, las inversiones directas.
EL INTERÉS DE LOS CONSUMIDORES
Para entender el interés de los consumidores hay que tener presente que el problema económico de fondo es la escasez: no todo alcanza para todos, menos en las cantidades que cada uno quisiera y mucho menos gratis. A las pruebas me remito: ¿quién no tiene alguna necesidad, gusto o deseo insatisfecho?
Dada esta escasez, es interés del consumidor que los bienes y servicios se le ofrezcan al menor precio, con la mayor calidad y el mejor servicio posibles, lo que llamo la trilogía de la competitividad. ¿De qué depende tal trilogía? De la competitividad, no del país, sino de las empresas que operan en este, lo que se define como la capacidad para, en materia de precios, calidad y servicio, hacerlo mejor que la competencia.
De la competitividad del país (la capacidad de la nación para atraer, retener y multiplicar inversiones directas) depende cuánto se invierte directamente. De la competitividad de las empresas (la capacidad para, en términos de precio, calidad y servicios, hacerlo mejor que la competencia) depende cómo se invierte, debiéndose invertir de forma tal que los bienes y servicios, producto de esas inversiones directas, se le ofrezcan a los consumidores con menores precios, mayor calidad y mejor servicio, lo cual reduce la escasez y aumenta el bienestar del consumidor.[1]
¿Cuál es la única manera de lograr la mayor competitividad posible de las empresas? Logrando que, en cada sector de la actividad económica, en el cual se produzcan bienes y servicios, y en cada mercado de la economía, donde se ofrezcan mercancías, se genere la mayor competencia posible, para lo que son necesarias dos condiciones.
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