Factores contextuales
Naturaleza del conflicto y su establecimiento
La complejidad de actores y circunstancias, causalidades y determinantes que definen la naturaleza del conflicto colombiano dificultan explicarlo de manera clara y suficiente. Esto, sobre todo, en razón a la manera en que se ha dado su evolución en el tiempo, en la que el involucramiento de distintos fenómenos le proporcionó unas características que lo diferencian de forma significativa de otros conflictos. No obstante, existen en su caracterización grandes esfuerzos y distintos enfoques que fueron puestos a consideración del proceso de solución por la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas (CHCV).
La CHCV tiene como origen un acuerdo entre los representantes del gobierno del presidente Juan Manuel Santos y los delegados de las Farc-EP, adoptado el 5 de agosto del 2014 por la Mesa de Diálogos de La Habana, en el marco del acuerdo y de las agendas suscritas por las partes para adelantar las conversaciones de paz. La comisión la conformaron doce expertos y dos relatores, cuya misión consistió en producir un informe sobre los orígenes y las múltiples causas del conflicto, los principales factores y las condiciones que han facilitado o contribuido a su persistencia, así como sus efectos e impactos más notorios sobre la población. Conforme lo estableció oficialmente el Gobierno colombiano, el informe (integrado por los ensayos de los expertos y dos relatorías), lo definió la Mesa de Diálogos como un “insumo fundamental para la comprensión de la complejidad del conflicto y de las responsabilidades de quienes hayan participado o tenido incidencia en el mismo, y para el esclarecimiento de la verdad”. Asimismo, como “un insumo básico para una futura comisión de la verdad”, y una contribución a la discusión del punto 5 de la agenda de negociación sobre víctimas. Es este un documento fundamental para entender la naturaleza del conflicto colombiano y definir frente a él responsabilidades.
Sin embargo, para efectos de este trabajo, es posible señalar sobre la naturaleza del conflicto armado colombiano los siguientes aspectos esenciales.
El conflicto colombiano tiene distintas causas unidas a su desarrollo histórico en sus procesos económicos, sociales, políticos, culturales, ambientales y militares. Las causas pueden encontrarse en los orígenes de la formación del Estado nacional, la construcción del régimen republicano, el modelo de democracia, el sistema político y el sistema de partidos, los procesos productivos unidos a la propiedad y a la concentración de la tierra, a su tenencia y uso, el desarrollo del modelo de producción capitalista y la presencia transnacional en el impulso de economías extractivas, la irrupción de las economías ilegales del narcotráfico, el impacto de los conflictos mundiales, el mundo bipolar y la globalización en el ámbito nacional, la influencia norteamericana en la definición de las políticas de seguridad y defensa en los periodos de la Guerra Fría y la lucha contra el terrorismo, entre otros aspectos que configuran su naturaleza estructural como la de un conflicto multicausal que se extendió en el tiempo de manera progresiva e indefinida.
Es absolutamente evidente al definir la naturaleza del conflicto que su componente social está atravesado por el nivel de exclusión, marginalidad y pobreza creciente de la población y su permanente lucha por el ejercicio de los derechos fundamentales a la vida, la alimentación, la vivienda, la educación, la salud, el empleo, la recreación y el respeto por la vida y la seguridad, entre otros componentes del conflicto social. Por su parte, la dimensión política del conflicto está dada por la confrontación partidaria e ideológica que a lo largo de la historia republicana definió la forma violenta de resolver las diferencias en torno al acceso y la administración del poder del Estado. El componente económico lo define la concentración de la riqueza en pocas manos, la poca redistribución de la producción social, la tenencia, el uso y la propiedad de la tierra que define el alto nivel de concentración de esta en pocas manos –y que es la razón estructural de los conflictos social y políticos–, pero, sobre todo, un modelo económico que genera exclusión, pobreza y marginalidad extrema.
En el contexto de esa compleja conflictividad surge la violencia como un mecanismo regulador de las contradicciones sociales y políticas, así como el conflicto armado en cuanto modelo de resistencia frente a la violencia institucional. Los ciclos de violencia han sido el mecanismo modernizador utilizado por las estructuras sociales y políticas para dinamizar los obligados cambios que requiere el país en el marco del modelo económico imperante. Estos fenómenos han generado problemas estructurales que se encuentran unidos a varios factores: desigualdad social y pobreza generalizada, fragilidad de las estructuras democráticas e institucionales, resistencia social y política de la población, delincuencia y crimen organizado, explotación transnacional de los recursos estratégicos del país e injerencia norteamericana en los asuntos de seguridad y defensa.
Sobre la base de esa multidimensionalidad y multicausalidad del conflicto se configuró la forma particular de confrontación violenta que adquirió el conflicto armado, así como una particular y compleja forma de “guerra” y modalidad de “guerra” que, en razón a la diversidad de intereses, propósitos y actores cruzados no resulta fácil de caracterizar.
Sobre la naturaleza de la “guerra” en Colombia
Colombia es un país cuya historia se ha construido sobre el ejercicio de la violencia y el desarrollo de un encadenamiento de guerras que se transforman en el tiempo, a la vez que transforman las relaciones que las determinan. De las guerras prehispánicas a las de conquista, de estas a los levantamientos coloniales, de estos a las guerras de independencia y luego a las guerras civiles del siglo xix que le abrirán paso a las luchas sociales de indígenas, artesanos, campesinos y obreros durante las tres primeras décadas del XX, para luego hundirse de nuevo en ese periodo de la historia que se conoce como La Violencia, el cual ha de terminar con el inicio de una nueva guerra ideológica y política en la modalidad de guerra insurreccional, irregular o guerra popular prolongada, desde la caracterización que hacen sus actores armados para, finalmente, a comienzos del siglo XXI, en la perspectiva de los cambios globales y sus correspondientes confrontaciones, resistencias y amenazas, localizar nuestros conflictos en la lucha contra el terrorismo. En suma, si existe alguna problemática que haya atravesado la historia de Colombia en sus distintas épocas, esa la de la violencia y la guerra.
Pese a la dificultad que se encuentra en el propósito de ubicar en un concepto particular de guerra el conflicto armado colombiano y a la tendencia que se maneja en los últimos tiempos de ubicarlo como una “guerra sin nombre” 2, es necesario flexibilizar las categorías convencionales y construir unas nuevas que permitan caracterizarlo desde los elementos que le son propios 3. Cabe recoger en este texto algunas de las afirmaciones que se encuentran al respecto, en un intento por establecer los componentes de una posible noción preliminar.
Una primera afirmación que es necesario mantener presente señala cómo la caracterización de cualquier conflicto en el mundo de hoy tiene de inmediato connotaciones políticas, militares y jurídicas tanto en el ámbito interno como en el internacional (Pizarro Leongoméz, 2004), de manera que desde allí se definen no solo las políticas públicas en materia de seguridad, sino también las formas de participación o intervención de la comunidad internacional, razón suficiente para ser cuidadoso en las implicaciones que tiene su caracterización.
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