Ana Isabel Villaobos Valladolid - Piensa y trabaja

Здесь есть возможность читать онлайн «Ana Isabel Villaobos Valladolid - Piensa y trabaja» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Piensa y trabaja: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Piensa y trabaja»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Este libro ofrece a la comunidad universitaria y al público lector la oportunidad de acercarse a una selección de textos sobre el origen, la historia, la misión y los principios de la Universidad de Guadalajara, con el propósito de refrendar la esencia y la pluralidad que subyace en el término mismo de universidad, así como de aquilatar sus logros y vislumbrar los retos del presente.

Piensa y trabaja — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Piensa y trabaja», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Bien se advierte la verticalidad del concepto liberal que predominó. Al mismo Seminario Conciliar, tan enclavijado, llegaron ideas renovadoras; el mismo Severo Maldonado, antes mencionado, pone para sus alumnos nada menos que el Tratado de las sensaciones de Condillac, cosa inaudita, como guía en los estudios de filosofía, que entonces sí se hacían completos.

Fueron todas esas gentes la simiente para que estallaran, a la consumación de la Independencia, los movimientos de Centralismo y Federalismo, sin llamarnos la atención que fuera Jalisco el estado federalista por excelencia.

¿Por qué razón? En primer lugar, la constitución social de nuestra provincia fue muy diferente a la de otras partes; nosotros no fuimos mineros; nuestras minas fueron de pequeña escala; no fuimos ni Zacatecas, ni Guanajuato, ni Taxco, ni Pachuca, ni sombra de los lugares que dieron ríos de riqueza a la Corona Española.

Nuestra sociedad se fundó con pequeños burgueses, una burguesía muy gachupina, y por lo tanto muy individualista, que se dedicó al comercio, no en muy gran escala, y además a las labores agropecuarias; rancheros que labraban su tierra y cuidaban su ganado y la producían, y que, evidentemente, se fueron formando y conformando en una sociedad que en varias ocasiones se opuso a las intromisiones del gobierno virreinal, hasta el caso de verse envueltos en líos militares, en venidas de expediciones para tratar de sojuzgar a los levantiscos que se oponían al entrometimiento del poder centralizador.

Si había todas esas simientes, no es de maravillar que hubiera un movimiento tan arraigadamente Federalista, como surgió entre nosotros, lo reafirmó, después de la consumación de la Independencia.

Y antes que nada, periodista y ayancado, como llamó Salado Álvarez a Maldonado, antes que nada, Maldonado, se propuso redactar toda una Constitución, él solo, toda una Constitución con el Pacto Federal de Anáhuac, al mismo tiempo que con título similar don Prisciliano Sánchez emprendía, en forma más limitada, la manifestación de propósitos similares.

El resultado ustedes lo saben: De ahí, y no sólo para la verticalidad liberal, y para asombro de muchos tal vez, aun el elemento clerical fue francamente liberal. Nada menos que uno de los campeones del Federalismo, para la Constitución de 24, fue uno, que humildemente Cura de Zapopan, llegó después al Obispado de Michoacán y luego a ser el primer Cardenal Mexicano: don Juan Cayetano Gómez de Portugal. Él, junto con otros, esforzado en sacar adelante las ideas Federalistas. Desde entonces, la aparición de un clero levantisco, bronco, aquí en Jalisco, donde un hombre como el canónigo Caserta, pregonó que le gustaría que se llevaran preso a uno que otro canónigo para que se acostumbraran a ver a los “moraditos” en la cárcel. No es de extrañar tampoco que un canónigo Verdía se opusiera rotundamente a recibir a Maximiliano; por eso no nos tocó la honorable visita: se opuso el Cabildo a recibirlo en la Catedral bajo palio, como se acostumbraba a recibir a los señores emperadores, y por eso no llegó sino hasta las haciendas del “Burro de Oro”, para regresar sin atreverse a llegar a Guadalajara.

No es de admirar, así mismo, que cuando se viene la Intervención Francesa, el Cabildo Eclesiástico proteste contra esa Intervención, actitud por la cual Juárez, al extinguir todos los cabildos eclesiásticos, eximió al de Guadalajara por su patriótica conducta durante la Intervención. Y no es de extrañar tampoco que toda esa pléyade forjada en las aulas de la vieja Universidad, con sus ideas liberales anillara un núcleo de jóvenes impulsivos, atrevidos a todo, expositores de ideas, que se inician con la “Estrella Polar”, siguen como grupo en “La Falange de Estudios Literarios” y “El Ensayo Literario”, patrocinados por López Portillo, don Jesús López Portillo, y continuaran, trasladándose del Instituto de Ciencias, que intentó Prisciliano Sánchez, al posterior Liceo de Varones, donde el elemento liberal fue clásico, al grado de que alguno, y años después, Enrique Díaz de León, lo voy a puntualizar, Enrique Díaz de León, al que su padre metió a hacer estudios preparatorios en el Seminario, todo mundo lo apodaba “el liberal”. Nada raro que hubiera esa generación que no fue espontánea, que no es generación de hongos, sino un almácigo, un almácigo que se fue cultivando desde los jesuitas criollos, los que bebieron en las fuentes de los jesuitas europeos, que venían ya inficionados con todas las lecturas que proliferaban entonces.

Y no es casual que después, con esa misma tradición liberal, surjan los liberales puros, el grupo de Vallarta, de Ogazón, de Robles Gil, de los Ahedo, de Molina, de Vigil, de toda esa gente tan brillante, que Bulnes encarece por ser la generación más importante y la que más configuró las ideas reformistas y con más fidelidad sostuvo a Juárez, como los Camarena.

Qué nos llama la atención si ese grupo liberal clásico, jacobino, a ratos extremadamente jacobino, que decía horrores de todo mundo, era de tal firmeza ideológica que pudo llevar adelante el movimiento reformista sin claudicación de ningún tipo. Y no crean ustedes que era cosa individual, de un personaje, de Pedro Ogazón, digamos por ejemplo, o de un Vallarta, sino que eso trascendía a las familias; mencionaba hace poco a Montenegro, colegial de San Juan, que quería degollar a los monarcas españoles, pues de la familia Montenegro son los Montenegro que lucharon contra la Intervención y a favor de la Constitución.

Era similar con Ogazón: Maura Ogazón, su hermana, tenía a orgullo cruzarse una banda roja, símbolo de su liberalismo; de la misma casa de Ogazón resultó un militar distinguido y un organizador magnífico, creador de la industria de Monterrey, el general Bernardo Reyes, que era Ogazón por parte de su madre. En familia, colectivamente se sentía el ambiente de todas esas ideas de carácter renovador, avanzado, reformista, que había de perdurar para nuestro Liceo de Varones, que es el punto al que más concretamente quería llegar.

Nosotros pretendemos trazar una trayectoria, columna vertebral, cordón umbilical que una a nuestras generaciones recientes con el grupo de liceístas que mencionaba el doctor Córdova. Ese grupo no es sino el heredero, que así como el juvenil de los Ogazón y los Vallarta, tuvo significación y creó lo que pudo crear, abriendo ellos el Liceo de Varones en 61, y los pósteres iniciaron un movimiento intelectual, enérgico, violento, hasta agresivo, que desembocó en nuestra Universidad con Guadalupe Zuno a la cabeza.

Principalmente quiero insistir en una cosa ya dicha: la aportación de la Escuela Politécnica, esa Escuela Politécnica donde vimos, lo conocí, no me lo contaron, como diría Bernal Díaz, sino que conocí a muchachos a los que se hizo obligatoria, en nuestras Preparatorias, la asistencia a los cursos de Politécnica; cuántos muchachos vimos que cargaban las escaleras, y no lo tenían a deshonra, para ir a hacer una conexión eléctrica; cuántos conocí yo en el taller de imprenta; trabajando cuántos en el taller de encuadernación, cuántos en tantas cosas, en tantas actividades, que les servían de mucho para ayudar a sus familiares y para sostenerse en sus estudios trabajando, y cumplidores con el lema universitario: trabajar, trabajar. Desgraciadamente esto se ha desvirtuado un tanto, y no es por demás señalar que lo que ahora, en la Reforma Educativa, se actualiza como “salidas” para llevar a trabajos a los estudiantes, por si alguno “destripa”, se estableció, con años de anterioridad, en nuestra inicial Universidad.

Importan, así mismo, la fundación de la Facultad de Filosofía y Letras, que va a la integración humanística del hombre, porque ante todo la misión universitaria es formar hombres, y los más recientes establecimientos de la Escuela de Agricultura y la de Veterinaria, todas ellas indispensables en Universidad, porque, señores, Universidad es eso: Universitas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Piensa y trabaja»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Piensa y trabaja» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Piensa y trabaja»

Обсуждение, отзывы о книге «Piensa y trabaja» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x