Cenicienta
trabaja en
Wall Street
Maena González
© Maena González
© Cenicienta trabaja en Wall Street
Septiembre de 2021
ISBN papel: 978-84-685-6092-2
ISBN ePub: 978-84-685-6159-2
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A los cenicientos y cenicientas que con generosidad y confianza
compartisteis las vivencias que han hecho posible este libro.
A mis hijos, mis mejores maestros de vida.
Índice
PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO 1: EL PODER DE LAS CREENCIAS
CAPÍTULO 2: LAS EMOCIONES
CAPÍTULO 3: LA SOMBRA DEL DINERO
CAPÍTULO 4: TU HERENCIA GENÉTICA
CAPÍTULO 5: EL CUERPO COMO MENSAJERO
CAPÍTULO 6: IRRACIONALMENTE ADORABLES
CAPÍTULO 7: INTEGRANDO EMOCIÓN Y RAZÓN
BIBLIOGRAFÍA
AGRADECIMIENTOS
PRÓLOGO
Iguales no somos. Y en la diferencia está la gracia.
Nuestros cerebros son distintos (eso nos lo cuenta muy bien la neurociencia) y por tanto nuestra forma de decidir y actuar tiene matices diferentes.
Tópicos aparte y prescindiendo de estadísticas que a día de hoy inundan los medios, sospecho que además parte de la diferencia tiene que ver con nuestra educación… ¿Qué cosas nos contaban de pequeñas? ¿Qué nos animaban a hacer? ¿Cuáles eran nuestros modelos?
Si empezamos con una mirada a la infancia, los cuentos de niñas son bastante diferentes, también en lo que respecta a nuestra relación con el poder y el liderazgo: Cenicienta, Rapunzel, Blancanieves, la bella durmiente Aurora… son mujeres que esperan «mirando por la ventana» (o echándose una larga siesta) a que otros resuelvan sus problemas. Y claro, con este currículum no les hables de ETF, hedge funds o PPA cuando sean mayores. Eso es cosa de príncipes azules. Es cierto que en todos estos cuentos aparecen también mujeres astutas y bien preparadas: las madrastras o el hada Maléfica no tienen un pelo de tontas ni de pusilánimes, pero se nos presentan como modelos de vida poco deseables, movidas por valores como el egoísmo, la venganza o la envidia. ¿Quién querría ser así?
Estos modelos están cambiando, y las protagonistas de las nuevas películas de Disney son chicas más emprendedoras: Mulan o Vaiana son buenas noticias para nuestros hijos. Sí, en masculino. Los príncipes estaban también muy cansados de tener que hacerlo todo en la peli para acabar teniendo un papel secundario en el guion.
¿Ha sido siempre tan pasivo el papel de la mujer en nuestros arquetipos sociales?
•Nuestra bíblica Eva tomó la iniciativa de probar la manzana, y hasta animó a su compañero a dar un mordisco. Experta en salir de su zona de confort, si hubiera vivido en el siglo xxi sería feliz invirtiendo en tecnológicas (¿tal vez Apple?).
•Morgana, discípula del mago Merlín, era famosa entre otras hazañas por preparar pócimas sanadoras. Sería la perfecta presidenta de Pfizer o Moderna en 2021.
•También en la mitología griega aparecen figuras femeninas muy traviesas, como Pandora. Los dioses del Olimpo le entregan una caja que debía regalar al titán Epimeteo. Prohibido abrirla. Pandora no pudo resistir la tentación de echar una miradita y dejó escapar todos los males que hoy acechan a los humanos. Solo la esperanza quedó atrapada en el fondo de aquel recipiente. Si Pandora existiera hoy invertiría en todos los derivados existentes en el mundo, que según el señor Warren Buffet son «armas de destrucción masiva».
Y travesuras aparte, ¿qué podemos hacer para animar a las futuras inversoras a asomarse a los mercados financieros? Te sugiero algunas ideas:
1.Más Evas que Cenicientas: Invitar a nuestras futuras Janet Yellen a explorar nuevos arquetipos. Dos libros inspiradores:
a.Nunca beses a una rana de Fiona Waters. Historias de princesas de andar por casa que resuelven sus problemas con mucha gracia y valentía.
b.Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes de Francesca Cavallo. Biografías de mujeres deportistas, artistas o científicas que alcanzaron sus sueños profesionales. Espejos en los que vernos reflejadas.
Ni que decir tiene que estos cuentos son igualmente recomendables para niños, aunque tengan protagonistas femeninas.
2.Educación financiera en las escuelas. Existen diversos programas en nuestro país de carácter voluntario, aunque en esto el mundo anglosajón nos lleva bastante ventaja. Desde 2014 en Reino Unido la educación financiera se incluye en el currículum académico. Los alumnos de secundaria aprenden sobre gestión del dinero, presupuestos, gestión de riesgos, pensiones, y cálculos relacionados con las finanzas. Me sorprendió leer que el 82 % de los alumnos de estos programas deseaban más horas de formación al respecto. Y también que el 69 % de ellos sigue considerando a su familia como la principal fuente de educación financiera. Y eso nos lleva al siguiente punto.
3.El papel de los padres. Se puede educar en confianza y en finanzas. Al cumplir los dieciocho años es habitual abrir una cuenta corriente a los hijos para que aprendan a manejar su dinero. Son varios los amigos con hijos de esta edad que han querido compartir la experiencia y sensaciones de sus hijos en este «primer contacto serio» con el dinero: desde la ansiedad de no saber qué hacer y encontrarse de golpe con un montón de conceptos desconocidos (IBAN, tarjetas, descubiertos, transferencia, MIFID…) hasta la total indiferencia con algo de miedo.
Aprender las bases de la planificación e inversión es más sencillo de lo que parece (lo hacía mi abuelita en una libreta, y ahora tienes herramientas mucho más sencillas y avanzadas) y es algo que te será de utilidad toda la vida.
El programa EFEC del IEF lleva desde 2012 haciendo esta labor con alumnos de primaria. EFPAimparte estos programas entre colectivos profesionales. En mi web Econovivaencontrarás algunos recursos sencillos para explorar la parte humanística y técnica en tu relación con el dinero. La iniciativa de BDE y CNMV en Finanzas para todos a nivel nacional es otra muestra del creciente interés en nuestro país por la educación financiera.
Como ves, el título del libro —como el saber —no tiene sexo ni raza. Escribir la historia de tu relación con el dinero en clave masculina o femenina no es lo importante: lo que importa es que el relato te lleve allá donde quieras ir.
Hoy Cenicienta trabaja en Wall Street. Especialista en el sector automoción. Resolvió los problemas de aparcamiento en la gran manzana con aquel coche eléctrico que se transformaba en una calabaza de bolsillo… y viceversa. A nadie le importa cómo va vestida ni qué zapatos lleva puestos. Ya no necesita hada madrina ni príncipe azul, pero quedan de vez en cuando los tres en la Quinta Avenida para recordar viejos tiempos.
Maena González
Economista. Coach. Comunicadora. Madre. Mujer
INTRODUCCIÓN
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