El acceso para las empresas privadas o estatales a los recursos de las universidades como el uso de sus laboratorios y el conocimiento de los expertos es crucial para las empresas para innovar o producir nuevos productos. Esto es muy importante para ayudar a los profesionales de las empresas a aprender la nueva tecnología e intercambiar experiencias y conocimiento y crear nuevas empresas y tiene un gran beneficio para los académicos e investigadores. Así se crean puestos de trabajo para recién doctorados, como emprendedores de empresas o empleados de éstas. Otras iniciativas incluyen los Teaching Company Schemes (TCS) llevados a cabo por departamentos de tecnología e innovación18 y que consisten en llevar a cabo una colaboración directa entre las universidades y empresas locales. Se trata de mejorar e introducir innovaciones en los productos de una empresa, cuyos recursos financieros son limitados. Se unen expertos de la academia con la empresa para desarrollar productos nuevos y adiestrar empleados a través de programas de doctorado u otras calificaciones académicas. Este esquema requiere el desarrollo de planes de negocio, financiamiento y administración del proyecto, donde el Gobierno, en el caso de UK, proporcionaba hasta un 60 % de los fondos.
Dentro de las facultades universitarias existen oficinas que manejan los TCS, así como iniciativas de trasferencia de conocimiento a la sociedad y los otros instrumentos existentes para obtener fondos gubernamentales o privados. Estos fondos, además de proporcionar asistencia a las empresas, también envuelven el mejoramiento del equipamiento de laboratorios universitarios puesto a disposición para el desarrollo de nuevos productos. Así, la actividad empresarial aporta beneficios a largo plazo para las universidades, que también se benefician directamente por la investigación aplicada y por la capacitación del personal. Se destaca también que la administración de la universidad está orientada a conseguir fondos y a apoyar empresas en su entorno local.
En Chile la creación del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (con la participación de Corfo, Conicyt, Fondef y GoToMarker) manifiesta el intento de contratar científicos e ingenieros para agregar valor (a corto y largo plazo) a los recursos primarios que exporta el país. Mejorar el bienestar del pueblo requiere una visión más amplia, en la que se conciba la posibilidad de crear valor a través de ideas y conocimiento, como lo tienen otros países, como en Europa, donde hay una escasez de recursos naturales (comparado con Chile) y no queda otro remedio que desarrollar tecnología, maquinaria inteligente, automatización de los medios de producción y servicios, generando conocimiento para poder crear empleo y bienestar a sus ciudadanos.
En momentos de situaciones de desastre nacional de un país, el Gobierno necesita asesoramiento científico o de ingeniería. Tal vez lo más claramente posible es cuando el mundo físico y complejo se comporta de manera dramática (desastres), como por ejemplo, terremotos y tsunamis, cambio climático, pandemias (gripe porcina o COVID19), erupciones volcánicas, incendios, inundaciones, tornados, terrorismo, problemas de salud mental, pobreza, obesidad, problemas de la economía, etc. Aunque los problemas pueden ser muy complejos, tales eventos se encuentran entre las situaciones más directas para un asesor o un grupo de asesores científicos del Gobierno: hay destinatarios dispuestos al desafío de evaluar la catástrofe, reunir las pruebas y presentar soluciones de la manera más eficaz. Lo que es más difícil es asegurar que la ciencia y la ingeniería sean llevadas a la práctica con eficacia en las preguntas que los encargados de la formulación de políticas hacen, las cuales son importantes pero no presentan un momento de decisión única, o donde es menos obvio que la ciencia e ingeniería pueden ayudar. Estos incluyen los problemas de políticas internas que cruzan los departamentos, las disciplinas (múlti-disciplina) y que están establecidos en plazos más largos que los tiempos de vida de los gobiernos y a menudo del plazo de las decisiones políticas.
Este es el reto para los consejeros científicos del Gobierno, para garantizar que el mejor asesoramiento científico y de ingeniería se lleve a la práctica efectiva en todas las políticas y decisiones. Se requiere navegar por un consejo estratégico a largo plazo, por un lado, y por el cálculo de las pruebas para preguntas inmediatas, por el otro. También requiere asegurar que la ciencia y la capacidad de ingeniería estén en su lugar para sustentar la formulación de políticas en todos los niveles de los gobiernos, haciendo uso de conocimientos y tecnologías19.
Es muy importante formar y capacitar profesionales que tengan los conocimientos adecuados para analizar y evaluar sistemas complejos. Esto requiere entender y considerar la complejidad de los sistemas dinámicos como una rama de la ciencia en el proceso de enseñanza - aprendizaje, siendo necesario usar métodos cualitativos y cuantitativos para analizar, evaluar y clasificar la complejidad. Ello requiere contar con profesionales capaces de recomendar y usar las últimas tecnologías y conocimiento para resolver y brindar las mejores soluciones a los eventos de desastre nacional. En este libro presentamos una metodología y unos conocimientos de cómo enfrentar la resolución de problemas complejos y algunos de los últimos desarrollos de la ciencia y la ingeniería, como por ejemplo los conceptos de la inteligencia artificial. Sin embargo, esto permanece como un reto fundamental para el sistema de educación superior, que es el responsable de formar los nuevos profesionales y científicos20.
1. El último reporte de la OECD (Science, Technology and Innovation Outlook ٢٠١٨) plantea que se debe mirar a un futuro en el que crecientemente desarrollados sistemas de inteligencia artificial, trabajando con cientistas humanos, podrán abordar adecuadamente los problemas más complejos que enfrenta la sociedad, al mismo tiempo que expandir el conocimiento científico.
2. Entidad de carácter intergubernamental que es el Organismo para la Cooperación Económica y el Desarrollo, de la que forman parte ٣٧ países.
3. A pesar de su mayor ingreso per càpita, Chile también invierte (como proporción del PIB) menos que otros países latinoamericanos, como son los casos de Brasil, México y Argentina.
4. Sin embargo, es interesante destacar que el reciente ranking de la revista Nature (Nature Índex Data ٢٠١٨- ٢٠١٩), ubica a Chile en el lugar ٣٣ de ٥٠ países en los que mide la «calidad» de la investigación en ciencias naturales, sustentada en su inclusión y referencia en fuentes (journals) de alta selectividad. Esto indicaría que en la dimensión «calidad» la inversión chilena en I+D se posicionaría satisfactoriamente, aunque esto no necesariamente signifique mayor relevancia en materia de aplicaciones.
5. En el caso de Chile, el Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción emplea una encuesta anual para determinar los aspectos relacionados con el tipo de investigación o desarrollo financiado por las diversas fuentes existentes (Encuesta sobre gasto y personal en I+D Año ٢٠١٧ – Ministerio de Economía Fomento y Turismo – División de Innovación; febrero, ٢٠١٩).
6. La Encuesta del Ministerio de Economía de Chile del año ٢٠١٧ reporta, sin embargo, que el gasto en investigación aplicada habría crecido en ١٠ ٪, mientras que el gasto en investigación básica y desarrollo cayó en ٣ ٪ y ٥ ٪ respectivamente. El gasto global en I+D habría descendido en ١,٥ ٪ entre ٢٠١٦ y ٢٠١٧.
7. Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica.
8. Las estadísticas del Ministerio de Economía agregan un ٤.٥ ٪ de los fondos dedicados a I+D que se vinculan a financiamiento internacional.
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