La aparición de cualquier tipo de discapacidad en algún miembro de la familia ocasiona un gran impacto en todos los demás, quienes tienen que asumir y adaptarse a la nueva situación. Esta adaptación va a modificar toda la organización de la familia y provocar el surgimiento de nuevas necesidades. La calidad de los cambios ocurridos en la familia va a estar influida por las características de las personas que forman la unidad familiar, así como de los apoyos recibidos por su contexto y red social.
Cuando las personas discapacitadas padecen dependencia y no tienen posibilidad de que la familia se ocupe de ellas, existe una red de centros que ofrecen la asistencia a estas personas, dando una atención integral a las mismas. Estas son las unidades de convivencia, que permiten la socialización de sus miembros y la satisfacción de necesidades específicas a través de una serie de servicios, para conseguir una mejora en la calidad de vida e integración de estas personas.
En cualquier momento, la discapacidad puede aparecer en algún miembro de la familia. Las causas de aparición pueden ser muy diversas, desde una enfermedad, un accidente o el nacimiento de un hijo con algún tipo de afección o discapacidad. Esta situación cambia de manera profunda todo el sistema familiar, produciendo alteraciones en el funcionamiento y la organización de la familia, sin olvidar el gran impacto emocional que este hecho supone.
La discapacidad, como indica la propia palabra “dis-capacidad”, implica la dificultad o la limitación que tiene una persona para poder vivir y desarrollarse en su medio. Una persona con discapacidad necesita apoyos y ayudas de otras, por este motivo para estas personas el sistema familiar se convierte en el núcleo básico y esencial en el que se dan los cuidados y atenciones para poder suplir esas dificultades.
Las necesidades de las personas con discapacidad y sus familias serán mayores y más específicas en función de la gravedad de la discapacidad y su grado de dependencia estará ligado a esta gravedad, al estilo convivencial de la familia y a los apoyos o recursos recibidos. Los niveles y grados de dependencia se clasifican en:
1 Grado I. Dependencia moderada. La persona necesita ayuda para algunas actividades de la vida diaria.
2 Grado II. Dependencia severa. Las personas con este grado de dependencia requieren apoyos en diversas actividades de la vida cotidiana diariamente.
3 Grado III. Gran dependencia. En este grado existe una necesidad permanente en casi todas las actividades de la vida diaria.
Según el grado de dependencia, las familias con algún miembro con discapacidad tendrán unas características, así como unos factores de riesgo. Pero antes de estudiar estos factores hay que clarificar qué se entiende por familia, unidad de convivencia y qué tipos existen en la actualidad.
Recuerde
El Consejo de Europa define dependencia como: “Aquel estado en que se encuentran las personas que, por razones ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual, tienen necesidad de asistencia y/o ayudas importantes a fin de realizar los actos corrientes de la vida diaria”.
2.1. Concepto de unidades de convivencia. Concepto de familia
Las unidades familiares han ido evolucionando en las últimas décadas, para cubrir las nuevas necesidades de sus integrantes, originando nuevas organizaciones y estructuras. La familia constituye un núcleo básico y fundamental en la sociedad. Las relaciones que se establezcan entre sus miembros y la salud de los mismos determinarán en gran medida el desarrollo y la integración de cada uno de sus componentes en la comunidad a la que pertenece la familia. Existe una estrecha afección recíproca entre la sociedad y los diferentes sistemas de convivencia, por ello la evolución de las familias y unidades de convivencia van ligadas a la evolución de la sociedad y son influyentes entre ellas.
La familia y las unidades de convivencia son conceptos muy semejantes y ambos poseen características y funciones similares, aunque con algunas diferencias. A continuación, se va a analizar el concepto de unidades de convivencia.
Importante
Una unidad son varias cosas que forman un conjunto o grupo. La convivencia se produce cuando dos o más personas viven en un entorno específico y común.
Unidades de convivencia
Las nuevas necesidades para mejorar la calidad de vida de las personas y las múltiples situaciones personales han ocasionado nuevas formas estructurales y organizativas para vivir y relacionarse con el entorno. Las unidades de convivencia han ido tomando una mayor normalización y presencia en la sociedad actual. Cuando un conjunto de personas se unen para satisfacer una serie de necesidades comunes, y se establecen para vivir en un lugar físico común, es a lo que se conoce como unidad de convivencia.
En la construcción de las unidades de convivencia la consanguinidad o el parentesco no es un criterio fundamental para el agrupamiento de esas personas, pero sí lo es la afinidad o incluso la amistad. El surgimiento o la anexión a una unidad de convivencia puede darse por voluntad propia, como, por ejemplo, los pisos compartidos, las comunidades, etc. También se encuentran las generadas por la sociedad para satisfacer ciertas necesidades de las personas o colectivos, como las residencias, casa tuteladas, etc. Los miembros de una unidad de convivencia se ensamblan en una organización con normas y una estructura que viene dada por la institución, es decir, la manera de funcionar de una unidad de convivencia viene regulada por la legislación estatal, autonómica, provincial, asociativa, etc. Las relaciones existentes en estos sistemas de convivencia se dan con otros usuarios y con las personas trabajadoras o profesionales que prestan servicios en estas instituciones.
Para las personas con discapacidad las unidades de convivencia toman un gran peso porque ofrecen servicios de asistencia o ayuda a personas dependientes. Forman parte de una red de apoyo y ayuda en la sociedad. Permiten la socialización de sus miembros y la satisfacción de necesidades específicas para conseguir una mejora en la calidad de vida de sus miembros.
Tipos de unidades de convivencia
Las unidades de convivencia creadas por voluntad propia pueden ser los pisos compartidos, entre jóvenes o personas adultas, ya sean por motivos económicos, afinidad o amistad. Otra unidad de convivencia es la de los grupos fraternos. Estos están formados a su vez por parejas o unidades de convivencia más pequeñas, que al unirse comparten una misma manera de vivir en el gran grupo.
También se encuentran las generadas por la sociedad para satisfacer ciertas necesidades de las personas o colectivos, las cuales necesitan un apoyo específico y técnico. Este tipo de unidades de convivencia han tomado una gran normalización y presencia en los últimos tiempos. Entre estas unidades de convivencia se pueden distinguir:
1 Centros residenciales o residencias. En estas instituciones se ofrece una atención integral, así como servicios específicos a las necesidades de las personas usuarias para mantener o mejorar su autonomía personal y calidad de vida.
2 Servicios de centro de día o centros intermedios. La finalidad de esta unidad de convivencia es la de atender a la persona en situación de dependencia y proporcionar descanso a las familias.
3 Servicios de alojamiento alternativo. Tienen como objetivo facilitar el desarrollo de la autonomía personal en un ambiente normalizado en cuanto a las actividades cotidianas, organizativas y sociales.
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