Su filosofía tiene un claro ascendente en algunas corrientes psicológicas y del Coaching. Destaquemos algunas:
1 El individuo es quien decide qué situaciones deben ser consideradas como situaciones morales, lo cual se asemeja bastante al actual sistema de creencias y valores personales con el que trabajan algunos coaches.
2 Las más frecuentes contradicciones de sus escritos se explican desde la idea de que Nietzsche utiliza múltiples puntos de vista para retar al lector a considerar varias facetas de un tema, ya que no existe una verdad universal; son solo interpretaciones de una realidad fundamentalmente in-interpretable.
3 El punto de partida de su moral cambia radicalmente: frente al «Tú debes» de Kant, Nietzsche aboga por el «Yo quiero».
4 Al margen del juicio humano, la vida no actúa dentro de la dicotomía bien-mal; simplemente se deja llevar por su propio poder, por el deseo de construirse. El estadio superior del hombre es la aceptación de la vida tal como venga.
Si bien hay quienes sostienen que la característica definitoria de Nietzsche no es tanto la temática que trataba sino el estilo y la sutileza con que lo hacía, fue un autor que introdujo como ningún otro una cosmovisión que reorganizó el pensamiento del siglo XX.
Edmund Husserl (1859-1938)
Filósofo moravo fundador de la fenomenología trascendental, y a través de ella, del movimiento fenomenológico, uno de los movimientos filosóficos más influyentes del siglo XX y aún lleno de vitalidad en el siglo XXI.
Quizá uno de sus conceptos más sobresalientes fue el de empatía: modo en el que experimento al otro, cómo constituyo a alguien como otro yo, que es, por otro lado, su propio «centro» de vivencias, afecciones y actos.
El punto de partida de las consideraciones «husserlianas» al respecto es una triple constatación:
La experiencia del otro es siempre una experiencia del otro en su apariencia corpórea.
Yo experimento mis propias vivencias de un modo único, inmediato, originario.
Yo no experimento así las vivencias de los otros.
Martin Buber (1878-1965)
Filósofo y escritor judío austriaco-israelí conocido por su filosofía de diálogo y por sus obras de carácter existencialista. Sionista cultural, anarquista filosófico, existencialista y partidario de «una tierra para dos pueblos» que busca el diálogo entre judíos y árabes en Palestina.
El pensamiento de Buber contribuye a la construcción de un nuevo humanismo. Él vio necesario resaltar los valores fundamentales de la vida humana: la solidaridad, el respeto por el otro, la tolerancia, la no discriminación y el amor por el prójimo.
Otra de las piedras angulares de su obra es el tratamiento que hace del diálogo. Para Buber hay muchas formas de comunicación. La más inmediata es el lenguaje, verdadero prodigio de la persona, que podemos calificar de milagro. Solo con una treintena de signos transmitimos al otro lo más profundo y valioso que tenemos y existe dentro de nosotros (ideas, valores, pensamientos, proyectos, sentimientos). Con nuestras palabras nos enriquecemos mutuamente, «nos entregamos» el otro y yo. Pero si queremos que nuestro diálogo sea fructífero y enriquecedor debemos dejar espacio al silencio para reflexionar, estudiar y orar. De aquí emanará un lenguaje veraz, y la verdad hecha palabra generará confianza y empatía entre los interlocutores.
El diálogo requiere también el respeto al otro y a su palabra; si el diálogo es auténtico personifica, y así la comunicación «entre personas» será más que dialéctica e intercambio de ideas: será enriquecimiento y creación de nuestro propio ser.
Martin Heidegger (1889-1976)
Rafael Echeverría, en su libro Ontología del lenguaje, hace continuas referencias a la filosofía de Martin Heidegger y a su concepto de «acción transparente», que explica de esta manera: «Nos desplazamos en sintonía con el mundo alrededor, sin detenernos a pensar en él, fluimos en él». Heidegger contribuyó al pensamiento existencialista al poner el énfasis tanto en el ser y la ontología como en el lenguaje. Este interés fue el que recogieron más adelante autores como Fernando Flores y el mismo Echeverría dentro del Coaching Ontológico7.
Para Heidegger descubrimos el mundo a través de la existencia en sí misma; la cognición, la reflexión y otros procesos similares son tan solo un reflejo de la existencia y tienen un carácter secundario.
Destaca asimismo la relevancia del lenguaje como herramienta fundamental para entender el mundo.
La teoría existencialista de Martin Heidegger es considerada uno de los principales exponentes de este movimiento filosófico, asociado sobre todo a autores de finales del siglo XIX y principios del XX. A su vez, el existencialismo ha sido un movimiento que ha influido mucho a la corriente de la Psicología Humanista , cuyos principales representantes fueron Abraham Maslow y Carl Rogers.
Jean-Paul Sartre (1905-1980)
Filósofo, escritor, novelista, dramaturgo, activista político, biógrafo y crítico literario francés, es el exponente máximo del existencialismo y del marxismo humanista. El corazón de su filosofía era la preciosa noción de libertad y su sentido concomitante de la responsabilidad personal. Rechazó el Premio Nobel de Literatura en 1964.
Pocos años antes de su muerte, en una entrevista insistió en que nunca había dejado de creer que «al final uno siempre es responsable de lo que haya sido de él», algo parecido a su lema «el hombre se hace a sí mismo».
Para Sartre, los seres humanos no somos el resultado de un diseño inteligente (ideado por un dios); nuestra esencia, aquello que nos definirá, es lo que construimos nosotros mismos mediante nuestros actos.
La responsabilidad, ese concepto que distinguimos de la culpa, que nos hace dueños de nuestros actos pues asumimos sus consecuencias, ya fue entendido así por Jean-Paul Sartre, para quien cada uno es el único responsable de sus decisiones. La libertad de elección conlleva compromiso y responsabilidad.
Para los existencialistas en general, los individuos son libres de escoger su propio camino; tienen que aceptar el riesgo y la responsabilidad de seguir su compromiso dondequiera que les lleve.
Merleau-Ponty (1908-1961)
Filósofo fenomenólogo francés, fuertemente influido por Edmund Husserl.
Es frecuentemente clasificado como existencialista debido a su cercanía con Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, así como por su concepción «heideggeriana» del ser, aunque posteriormente, debido a su litigio con Sartre, Merleau-Ponty negó pertenencia o acuerdo con dicha filosofía.
Merleau-Ponty habla de la primacía de la percepción, ya que esta es activa y constitutiva, y una primacía de la experiencia, donde toda conciencia es conciencia perceptiva. El cuerpo propio es una condición permanente de la existencia; constituye la apertura perceptiva, como la «creación» de ese mundo.
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