Francisco Martín Peredo Castro - Tinta, papel, nitrato y celuloide

Здесь есть возможность читать онлайн «Francisco Martín Peredo Castro - Tinta, papel, nitrato y celuloide» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Tinta, papel, nitrato y celuloide: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Tinta, papel, nitrato y celuloide»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En la historia cultural de México, desde que el cine germina en el país a partir de su llegada en agosto de 1896, se inició un diálogo, una interacción, entre la prensa, la literatura y el nuevo medio de comunicación. Esto fue así debido a que el cine llamó de inmediato la atención de la intelectualidad de la época, entre ella escritores como José Juan Tablada, Amado Nervo y autores similares, que se manifestaron maravillados por el último portento de la ciencia que, en la transición del siglo XIX y XX, inauguraba la conformación de una nueva cultura comunicacional en México: la cultura cinematográfica.
Es decir, los literatos que escribían en la prensa, novelistas, poetas y también los que hacían meramente periodismo, concedieron atención al cinematógrafo, que muy pronto, en el mundo y en México, encontraría en la literatura una de las fuentes más promisorias para nutrir las historias que cuenta a través de las pantallas. Ésta es la razón por la cual el título de este libro se refiere a un doble proceso. Por una parte, la tinta es la que hace posible, hasta la fecha, el registro en un soporte, el papel, de las noticias y de las historias de los individuos, de las sociedades, de la humanidad, del mundo. Por otra, el nitrato está presente en la emulsión gelatinosa de la película, que permitió desde aquella época el registro de las imágenes con las que el cine fascinó a sus espectadores. Así, tinta y papel, nitrato y celuloide, fueron los dos componentes fundamentales para «escribir» historias, reales o ficticias, en dos medios distintos, como los textos de la prensa y la literatura, y los textos audiovisuales del nuevo medio de comunicación colectiva, el cine.

Tinta, papel, nitrato y celuloide — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Tinta, papel, nitrato y celuloide», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

De entre la multitud de acontecimientos que se suscitaron durante la Segunda Guerra Mundial, uno muy discutido en la prensa, no sólo la mexicana, sino también la internacional, fue el hecho de que cuando en mayo de 1942 el gobierno de México declaró la existencia de un “Estado de Guerra” de nuestro país contra las potencias agrupadas en el Eje, casi todos los países latinoamericanos secundaron a México, y a final de cuentas a Estados Unidos, en lo que entonces se propalaba como “la defensa de la democracia”.3 Sin embargo, hubo varios países que no sólo se declararon “neutrales” frente al conflicto durante varios años de la guerra, sino que cuando finalmente asumieron la postura Aliada, el caso extremo fue el de la República Argentina, que lo hizo menos de un mes antes de la rendición de Alemania nazi frente a los ejércitos Aliados en Europa. Así, México y Argentina se convirtieron en protagonistas de una serie de diatribas que, si se analizan únicamente a través de la prensa, parecen ilustrar muy nítidamente los perfiles de ambos países durante el conflicto. México aparecería así como el país democrático, pro Aliado y antifascista por excelencia, y Argentina como un país antidemocrático, antialiado y pro fascista, cuando en realidad no era la nación argentina sino en todo caso sus gobiernos.

La gran paradoja de todo esto es que la situación era totalmente contraria, cuando menos en lo que respecta al Cono Sur y su relación con Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Es muy cierto que en Argentina se habían sucedido, al iniciar el decenio de los años treinta, una serie de gobiernos de carácter militar, conservador, antidemocrático y, en varios casos, muy corruptos, como los de José Félix Uriburu (1930-1932), Agustín Pedro Justo (1932-1938), Roberto Marcelino Ortiz (1938-1940) y Ramón S. Castillo (1940-1943), seguidos en esos mismos años cuarenta por las dictaduras militares de los presidentes de la “Revolución del 43”, Arturo Rawson, Pedro Pablo Ramírez y Edelmiro Farrel, sucesivamente, hasta que en junio de 1946, ya con la guerra terminada, inició su mandato Juan Domingo Perón. Pero los regímenes argentinos mencionados, sobre todo los militares, que mostraron una clara vocación de simpatía por el fascismo, ya francamente amenazante para el mundo entero desde 1933, iban muy a contracorriente de la filiación democrática que la sociedad argentina había manifestado en sucesivos movimientos de protesta y huelgas contra dichos regímenes.4

En México, por el contrario, después de un régimen como el cardenista (1934-1940), en general de talante muy progresista, republicano y pro Aliado, se habían exacerbado las posturas conservadoras que no vieron con buenos ojos la justicia redistributiva que se intentó mediante el apoyo a las clases obreras, o mediante la reforma agraria, no se vio con buenos ojos el apoyo a la República española, y el consecuente repudio al régimen franquista, cuando finalmente se convirtió en dictadura, y tampoco tuvieron buena acogida entre los sectores reaccionarios, e incluso algunos sectores intelectuales elitistas, las cruzadas cardenistas a favor de indígenas y campesinos. Finalmente, a propósito de ocurrencias como la de la “educación socialista”, incluida ex profeso en el artículo 3º constitucional, se abrió la puerta para que emergiera un conservadurismo de corte ultramontano, que se expresó nítidamente en el sinarquismo mexicano (demasiado cercano al fascismo europeo), y luego en la candidatura presidencial de Juan Andrew Almazán, como intento derechista para suceder a Lázaro Cárdenas en la Presidencia, para aminorar los ímpetus “revolucionarios” en el país.

La real situación del país es perfectamente perceptible en la prensa antes de la guerra que, como la sociedad mexicana, no era pro Aliada. Cuando finalmente, después de un gran esfuerzo de política interna y diplomacia (como la presión estadounidense) se logró un viraje de la prensa mexicana, y a través de ella se buscó virar también la postura de la sociedad, se generó entonces la apariencia de un país por completo democrático, pro Aliado y antifascista; y el diferendo que México sostuvo con los países que no asumieron su postura se manifestó con artículos, editoriales, notas informativas, reportajes, etcétera. Uno de aquellos editoriales fue muy ilustrativo porque permitió entrever el tono de los reclamos y reproches que México y Argentina se hacían mutuamente respecto a sus posiciones en la arena internacional.

A propósito de las condenas que México hacía de Argentina por su postura “neutral”, pero que era acusada de pro fascista, porque sus gobernantes lo eran aunque no lo era el grueso de su sociedad, la nación argentina respondía a su vez descalificando las críticas de México, prácticamente aduciendo que el gobierno de Ávila Camacho era un simple títere del de Estados Unidos, que le tenía puesto un bozal y lo jalaba a su postura y a su antojo. Y entonces la reacción airada, nacionalista, de la prensa mexicana, ya tornada en antifascista en un plazo muy breve, no se hizo esperar. Se le respondió a don Raúl Ruiz Guiñazu, entonces ministro de Relaciones Exteriores de la República Argentina, lo siguiente:

[…] Lo curioso, sin embargo, es que hable de bozales quien proclama la conveniencia del triunfo totalitario y ardientemente lo desea [...] ¡Cortos se quedan los bozales junto a los medios de opresión y sojuzgamiento que los nazis emplean! [...] Justamente estas perspectivas, precisamente la estimación consciente del programa de esclavizamiento que persiguen las potencias agresoras contra el mundo libre, es lo que determinó, lo que anima y fortalece la decisión unánime de América al alinearse del lado de las naciones que pugnan por la libertad, por la dignidad humana, por el decoro y por la civilización. Este frente que la América libérrima forma contra la barbarie nazi no es el dominio del bozal, como falsa, aunque explicablemente supone el canciller argentino, quien, a fuer de presumible totalitario, acaso sonríe a este pequeño instrumento de sujeción, que él sería el primero en recibir con indicaciones de ponérselo dado que ocurriera el triunfo que apetece […] Y en cuanto al espantapájaros de “la expansión militar, política y económica de los Estados Unidos”, arma predilecta de la quinta columna, y que el señor Ruiz Guiñazu esgrimió quizás ingenuamente ante la Cámara de su país, harto mellada se encuentra a estas horas, y dudamos que, al igual que los otros despectivos desahogos del canciller, constituye elemento de convicción para el hermano pueblo del Plata [...] Al contrario. Bien sabido es que éste se halla en perfecto desacuerdo con la política internacional de su Gobierno; y que a pesar de que, por virtud de un “estado de sitio” de sospechoso cariz totalitario se pretenda acallar allá la opinión, el pensar y el sentir del pueblo argentino discrepan en absoluto de sus actuales mandatarios. En la defensa de la libertad, en la suprema aspiración a la libertad, el cóndor de los Andes vuela junto con las demás águilas de América.5

Este editorial, temprana evidencia del “vuelco de muchos grados” que dio la prensa mexicana en su postura frente a los acontecimientos internacionales y la posición del país en ellos, contiene mucha información que es cierta, es correcta, pero no es completa. Es una evidencia clara de que a partir de la declaración de guerra que México hizo al Eje, la prensa nacional se tornó en favor de los Aliados, en contraposición a lo ocurrido hasta antes de mayo de 1942.6 Pero si tomamos este testimonio de prensa como “la verdad” de lo que estaba sucediendo, incurrimos en un gran riesgo, porque lo que realmente pasa durante un hecho o periodo histórico no llega del todo a la prensa. Y entonces surge la necesidad de entender, y ejercerlo en la práctica, el requisito de aceptar y utilizar a la prensa como una fuente, pero únicamente como una más entre las varias que son necesarias en una verdadera investigación histórica. Lo que dice la prensa puede ser utilizado y tomado como válido, siempre que, o a condición de que, se establezca una relación de necesaria e ineludible complementariedad con otras fuentes, dentro de las cuales la prensa sea una entre varias, dentro del conjunto de las que necesita el historiador para sustentar de manera más confiable sus análisis, interpretaciones y planteamientos.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Tinta, papel, nitrato y celuloide»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Tinta, papel, nitrato y celuloide» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Tinta, papel, nitrato y celuloide»

Обсуждение, отзывы о книге «Tinta, papel, nitrato y celuloide» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x