En Con la razón y la fuerza hace gala de su inclinación por la balada en “El pacto roto”, canción que estructura con una búsqueda musical cercana a momentos complejos y armonías más propias del jazz. Otro tanto es su guiño al bolero en “Antigua”. “La Araucana”, en cambio, es un poema de homenaje a las luchas del pueblo mapuche, de estructura libre y en una propuesta que va más allá del tiempo breve de una canción. Lo mismo sucede con “Concierto de Trez Vella” del disco siguiente La muerte no va conmigo . En esta larga composición llamada concierto, donde trabajó su arreglo con Alejandro Guarello, músico que andaba de paso en Italia en ese tiempo, Patricio narra el destierro y la posibilidad real –imaginada entonces– de que esta condición fuera el último tiempo de la existencia. Con momentos muy solemnes y cierta obstinación o pulso reiterativo, escribe poéticamente aquello que nos imaginábamos cercado por el exilio que no cesaba. También de este trabajo es su conocida “Balada de los amantes del camino de Tavernay”, donde imagina una historia que en verdad pareciera que fue real. Hay por supuesto canciones que matizan la densidad, como aquel “Can Can del piojo”, dedicada a Pinochet, así como la “Balada de los amantes”, clara, o como quizás diría Patricio, húmedamente erótica.
Fueron lanzados otros discos no comentados acá, pero se trata de recopilaciones de canciones anteriores y, como suele suceder, aumentan la discografía, pero no la real novedad de un repertorio visto en el tiempo.
Ya de vuelta en su país, Patricio publica Patricio Manns en Chile con el sello Alerce (1990). Es una excelente grabación en vivo de un concierto realizado en el Teatro Teletón, acompañado por Inti-Illimani y otros artistas en una primicia que sería más tarde Inti-Illimanns. El repertorio consistió en éxitos y material de discos anteriores, así como de canciones compuestas en conjunto aparecidas en discos de Inti-Illimani, como “La preguntona” y “Cantiga de la memoria rota”.
Pasan nueve años hasta la aparición de Porque te amé (1998), el que grabó con otro grupo de jóvenes músicos llamados provocativamente Parabellum. Aquí se dio el gusto de realizar el viejo sueño de cantar boleros. Conversando un día sobre el tema, me di cuenta de su erudición en el género. La verdad es que lo conocía en profundidad: tríos de boleros, autores de distintas épocas, guitarristas, requintístas, en fin, una pasión de coleccionista donde nada se le escapaba. Aparecen en esta grabación algunos que hicimos en conjunto como “¿Quién eres tú?”, “Medianoche” y la ranchera “Arriesgaré la piel”, pero el resto del repertorio es de su invención. Los hay barrocos y, todos con gran despliegue de introducciones guitarrísticas, ornamentaciones y comentarios que arropan el transcurso de las melodías. Escuchando este trabajo me viene a la memoria el deseo juvenil que alguna vez tuvo de integrar uno de los tríos famosos y así canturrear en la Plaza Garibaldi del Distrito Federal, recorriendo tabernas y haciendo gala de tanto amor despechado con tantas heridas a cuestas.
En el 2000 graba en directo en el Teatro Providencia América novia mía , acompañado del Grupo Parabellum, donde destaca la canción inédita “Allende”, la cual compuso tras recibir una invitación para participar en el Homenaje a Salvador Allende que se realizó en el Estadio Nacional el 4 de septiembre de 1998. Manns, que todavía vivía en Francia, le pidió a Camilo Salinas que le juntara algunos músicos para montar la canción. Asistieron al evento más de 60 mil personas, donde también se presentaron Joan Manuel Serrat, Víctor Manuel, Ana Belén, Maria del Mar Bonet, Piero, León Gieco, Congreso, Los Parra, Inti-Illimani, Sol y Lluvia, entre otros.
El 2010 graba La tierra entera . Con guiños a la balada, este trabajo alterna una mirada a problemas que angustian a la contemporaneidad, como son la ecología y la destrucción de la naturaleza. Esta inquietud está presente en las canciones “De Pascua Lama” (ganadora el año 2011 de la sección folclórica del Festival de Viña del Mar), “Los ríos”, “El bosque en llamas” y “Araucarita”. Por otro lado, también está el inagotable cancionero de amor que despliega en canciones como “Déjame ser”, “La tierra entera” y “Como un ladrón”, composición con la que participó en la competencia del Festival de Viña del Mar en 2013. A lo largo de su carrera, Manns ha participado con éxito en estas lides difíciles, donde las canciones y los artistas se enfrentan a un fenómeno social efímero e incómodo que podríamos llamar “de Coliseo romano”, evento que por lo general en nada contribuye al destino de los participantes y cuya audiencia numerosa, de más de 10 mil personas, ha sido justamente descrita por la crítica como: “el Monstruo de la Quinta Vergara”. Así y todo, Patricio se ha impuesto con textos muy por sobre la media de los participantes.
Aparece luego el disco La emoción de vivir , el último, lanzado el 2016, ad portas de cumplir sus 80 años de vida y 60 en el territorio de la canción. Sorprende, pues Patricio se las va arreglando para hacer del tiempo un fenómeno extraño. Pareciera que Manns está siempre ahí. Que algo interesante y novedoso tendrá siempre para sorprendernos. Porque es común que los creadores concentren la gran novedad de su ingenio en los momentos iniciales de sus vidas creadoras. Es la norma y se entiende que así sea. Pero en este disco, Patricio nos dice que no todo fue ya dicho, o está dicho, y que es posible una nueva y bella canción como “Las palabras”, quizás la mejor de este álbum. Acá, y a través de todo este trabajo, apreciamos a Manns rodeado de un buen grupo musical que lo sigue y que respeta una de sus endiabladas gracias, como es el “rubato” en el fraseo de las melodías. Eso que ha ido exagerando con el tiempo y que, al parecer, tomó de Lucho Gatica, o, sin saberlo, de Roberto Goyeneche.
Decía al inicio que varios han expresado palabras sentidas e importantes frente a la obra cantabile de Patricio. Antes de zambullirnos en estas conversaciones propiamente tal, he aquí algunos testimonios de compañeros de ruta, de artistas, quizás unidos todos por el asombro que nos despierta la palabra tan preclara unida al vaivén melódico, esa manera que solo Manns ha sabido cultivar en sus canciones.
Entre mar y cordillera , Demon, 1966.
El sueño americano , Arena, 1967.
El folklore no ha muerto, mi , CBS, 1968.
La hora final , CBS, 1969.
Patricio Manns , Philips, 1971.
Canción sin límites. Movieplay, España, 1979.
Читать дальше