Verónica Pazos - Noche en Tintagel

Здесь есть возможность читать онлайн «Verónica Pazos - Noche en Tintagel» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Noche en Tintagel: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Noche en Tintagel»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Era una noche de lluvia cuando Uther Pendragon se enamoró de la esposa del conde Gorlois. También lo era cuando suplicó a Merlín que le diera el rostro de su enemigo por tan solo el espacio de una larga noche, aunque entonces no fuese consciente de cómo de larga sería. La lluvia siempre es más espesa en Tintagel, la noche siempre es más aterradora en la guerra, Igraine siempre es más bella cerca del mar. La batalla ya ha sido librada cien veces en los sueños del destino.

Noche en Tintagel — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Noche en Tintagel», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—¡Mi señor, habéis sido herido! —El otro juglar se agachó para socorrer al que fingía ser Uther, retorcido en el suelo—. ¡No temáis, pues yo sabré vengaros!

Una tercera llamarada atacó entonces a los caballeros, más fuerte y grande, casi rozando los bancos de madera más cercanos. La conmoción entre los asistentes resultó total y varios niños apartaron con cuidado los vestidos de sus madres para poder ver entre las telas, lejos del peligro.

—¿No os parece excesivo? —Igraine no recordaba estar sentada junto a un hombre, así que, cuando se giró para ver quién le había hablado, solo encontró una nuca morena ocupada en untarse mermelada en el pan—. Alguien podría resultar herido.

—Es un día especial, mi señor —respondió tratando de descubrir su perfil—. Estos hombres ya habrán representado esta función en cien ocasiones, no hay de qué preocuparse.

—El rey parece preocupado.

Igraine había apretado con rabia los labios, evitando mirar hacia la tarima real.

—Supongo que es el trabajo de un rey preocuparse por todo —rebatió.

—No de este.

—¡Y con este filo certero, bajo la ayuda de santa Catalina, yo te doy muerte! —El falso Uther se había levantado y, fingidamente magullado, atravesó la axila del dragón hasta que este, exhalando una última bocanada de fuego, cayó muerto al suelo—. ¡Y en este día yo libero Camelot!

El verdadero Uther fue el primero en ponerse en pie, al que siguieron todos los presentes para aplaudir a los actores, que hacían grandes aspavientos y reverencias en todas direcciones, incluso el que había hecho de bestia se atrevió a acercarse a un grupo de doncellas a las que entregó flores de vibrantes colores y aún más vibrantes aromas. Gorlois aplaudía de forma calmada al lado del monarca, y fue también de los primeros en volver a sentarse, en continuar bebiendo vino y observar con gran desinterés cómo un nuevo grupo de bailarines llegaba para entretener a los invitados. Volvió la cabeza hacia su esposa, quien acababa de descubrir, en el silencio que la rodeaba hasta aislarla de la fiesta, que los ojos del hombre con el que había hablado eran blancos y blancas sus pestañas.

VII Igraine apoya una mano en la piedra de la pared la retira encalada se - фото 10

VII

Igraine apoya una mano en la piedra de la pared, la retira, encalada, se limpia con el vestido que se acaba de poner, de tela más gruesa, tonos más oscuros, azul marino, rozando el negro. Aparta al fin la mirada del cielo.

—¿Sigue igual? —pregunta, ocultando su esperanza, Uther.

—Sigue igual —responde ella, sin ocultar su inquietud.

—Aún es pronto.

—¿Cómo puedes saberlo?

—No ha podido pasar tanto tiempo. Todavía no debemos preocuparnos, ya he convocado a los hombres.

Uther descansa sentado al borde de la cama, acaricia distraído las sábanas, recoge de la almohada un par de cabellos pelirrojos y los enrosca en su dedo anular antes de colocarse de nuevo los guanteletes. Igraine no lo ha visto, menos mal que no lo ha visto. ¿Cómo será, cuando descubra que era él? ¿Llegará a descubrirlo alguna vez? Gorlois debe morir, no solo por la guerra, nunca nadie muere solo por eso.

—Repítela —pide y no hace falta que especifique el qué.

Igraine enuncia de nuevo la profecía de Merlín. Apenas mueve los labios y las palabras parecen susurras por el murmullo aún cercano del mar:

—«La doncella y el dragón engendrarán en la torre al hijo de la luna».

Resplandece un silencio viejo y tenaz, se expande por todo el cuarto antes de que Uther lo apague con un manotazo al aire.

—Y crees que la doncella eres tú.

—¿Por qué si no habría de decírmelo?

—Y el dragón es Uther.

—Solo él puede serlo.

—La torre…

—Tintagel —completa ella—. ¿Y qué otra noche podría engendrarse al hijo de la luna sino esta?

Uther suspira y cierra los ojos al hacerlo.

—Está bien —dice mientras se incorpora—. Deberías habérmelo dicho antes.

—No sabía lo de la luna… —se excusa, y en el rabillo de su ojo brilla el silencio, ahora alto en el cielo, suspenso como una corona votiva.

Los colores cálidos han sido extirpados de este cuarto. El cabello de Igraine, lejos de las velas, ya no es tan naranja, su vestido ha dejado atrás el verde bosque, la luna lo ha impregnado todo, dentro y fuera, se ha filtrado hasta sus palabras y ahora las voces de ambos suenan lejanas y huecas como si ellos mismos fuesen la luna, ambos la misma luna. Uther jamás se había imaginado que sucedería de este modo.

—Ven… —pide apartándose para hacer sitio sobre la colcha—. Quiero estar un poco más contigo, antes de que el destino se te lleve.

No puede soportarlo, deja los guanteletes a un lado otra vez. Igraine accede y el colchón se hunde un poco con su peso. Uther aprovecha ese instante justo, cuando su cuerpo apenas ha rozado la tela, para ser la primera cosa en tocarla. Acaricia su mejilla. Igraine permanece con la vista fija en el suelo, las manos todavía tensas, apretadas alrededor del somier de madera.

—¿Qué crees que es exactamente el destino? —pregunta, al final.

—El destino es esta noche. —Uther no duda cuando responde, siente la verdad pegada a su lengua como el sabor de un asado bien especiado—. Que yo esté aquí, que tú estés conmigo, que la luna esté hermosa, que tú lo estés más, que las sábanas sean tan suaves, que tú lo seas más. El destino es como esta noche. Esta noche está destinada a terminarse.

Igraine afloja las manos, aunque todavía no se atreve a mirarlo. Entrelaza los dedos sobre su regazo.

—Esta noche está destinada a terminarse —le repite él—. No sé cuándo, pero terminará y llegará el amanecer y nada habrá pasado y todo estará aún por pasar.

—Antes me encantaba el crepúsculo… —Igraine ríe por primera vez desde que la conoce y es una risa breve y débil, pero ha sido una risa y Uther ha podido ver cómo sus ojos se encogían y se formaban arrugas nuevas sobre sus labios—. Ahora lo único que deseo es ver amanecer contigo. Cada día, a partir de hoy, solo veremos amanecer, prohibiré la noche, cuando venzas a Uther y seas el rey de toda Bretaña, y yo, tu reina… —dice, al fin mirándolo—. Entonces te pediré que prohíbas la noche, que ordenes a tus arqueros que apunten sus flechas hacia la luna y que no cesen sus disparos hasta que los primeros colores del arrebol rasguen el cielo como una tela barata.

Uther sonríe al oírla. Asiente varias veces.

—Eso haré. Te prometo que cuando sea rey, y tú, mi reina —puntualiza, muy sabio—, no volveré a dormir hasta que todo Camelot esté inundado de candiles y velas y antorchas y brillantes vidrieras que verterán su luz directamente sobre tu lecho.

—Y las gentes del continente vendrán a ver cuál es ese reino mágico en el que la noche es vasalla de su rey.

Ya casi puede besarla. Uther parpadea tanto que Igraine pierde de vista el color de sus ojos.

—No —niega riendo—. Las gentes del continente vendrán a ver cuál es ese reino mágico en el que la noche es vasalla de su reina.

Es él quien la besa ahora, pero Igraine no aparta los labios, y no es un beso ni tan breve ni tan casto. Uther comprende: «Ah, es por esto que la noche debe hacerse eterna».

—Ten un hijo conmigo —pide cuando se separan, sus pupilas como pozos sin luz—. Si tenemos un hijo juntos jamás podrá completarse la profecía. Uther no podrá engendrar contigo al hijo de la luna si ya llevas en tu vientre al hijo del mar.

Igraine baja la mirada y ve el mechón enroscado sobre el anular de su marido. Lo toma de las manos, aprieta con fuerza las palmas contra su dorso. Uther siente por primera vez todo el frío que habita en ella, toda la lluvia que ha traído consigo de Gales, todo el invierno que ha hecho de su cuerpo una madriguera.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Noche en Tintagel»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Noche en Tintagel» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Verónica Vercelli - Moda Crochet 2021
Verónica Vercelli
Verónica L. Vignolo - Poemas al Viento
Verónica L. Vignolo
Verónica Montes de Oca Zavala - Población y envejecimiento
Verónica Montes de Oca Zavala
Verónica Neumivakin - Manual verdadera imagen
Verónica Neumivakin
Verónica Vercelli - El Arte de Tejer 2021
Verónica Vercelli
Verónica Foxley - Agonía en Malasia
Verónica Foxley
Verónica Pérez Sánchez - Seguridad y salud. SEAG0108
Verónica Pérez Sánchez
Verónica Pérez Sánchez - Seguridad y salud. SEAG0110
Verónica Pérez Sánchez
Verónica Vercelli - El Arte de Tejer 2020
Verónica Vercelli
Verónica Vercelli - Tejidos Bebés 8
Verónica Vercelli
Отзывы о книге «Noche en Tintagel»

Обсуждение, отзывы о книге «Noche en Tintagel» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x