VERÓNICA L. VIGNOLO
Vignolo, Verónica L.
Poemas al viento / Verónica L. Vignolo. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN XXXXXXXXX
1. Poesía Argentina. I. Título.
CDD A861
EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA
www.autoresdeargentina.com info@autoresdeargentina.com
Ilustraciones: Eduardo Rovalio
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
El maravilloso arte de escribir.
Escribe en él tus sueños.
Que el sentimiento se vuelva prosa y canción.
Que te inunde la emoción
de plasmar con brillo e ilusión
oraciones que dancen para cada momento.
A mi familia por todo el amor que siempre me dieron y que hay que valorarlo y disfrutarlo lo más que se pueda…
A mis amigos que son la familia que uno elige de adulto y me acompañan y bancan siempre, por su amor, paciencia y compañía. ¡Gracias!
A la vida que nos ayuda a explorarnos en múltiples facetas y divertirnos en el proceso.
A las maravillosas ilustraciones aportadas por Eduardo Rovalio.
Al Universo que siempre colabora a la realización de nuestros sueños.
¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!
Abuela Lili (vestido verde floreado), abuelo Felipe (de traje, atrás mío), Mamá Marta (vestido negro detrás) ¡A ellos, gracias por darme amor incondicional!
La durmiente
Poema escrito en 2017 (Inspirado en mi madre Marta T. Vignolo)
12 de marzo
Viento en sudestada,
la suerte está echada
Y la dejaste transitar…
Amarga,
como Flor que no
puede florecer,
expectante y fuerte
te sostienes aún en contra del que hiere,
huyendo del frio lecho, de la realidad...
Serena e inerte callas;
la ausencia del tiempo pródigo y venidero,
ese siempre añorado
para un porvenir distante.
¿Y ahora?
Y ahora… callas:
la amargura de los años,
las tristezas que han pasado y
los sueños por cumplir.
Como lobo herido, callas,
y permaneces perdida en el humo,
con tantos deseos y alegrías frenadas
como flores en manojo
que quedaron sin vivir.
Loco instante en el que quise quererte,
fugaz momento
que dejé convencerme.
El timo que tus ojos me jugaron,
bajo el tambor de aquella esperada luna.
Derroche de expectativas y sueños
que derrocaron mi temblorosa estructura.
Tus ojos brillaban en la noche,
como un zafiro resplandeciente,
Fuego que necesitaba,
detonante ardiente.
Encandilante cruce de miradas.
Bastó solo eso, para que te quiera
Bastó solo un beso, para que no te olvide
Bastó abrazarte y
Jugar bajo las estrellas…
Para que pierda.
Para que muera:
En tu boca,
en tus besos,
en tu juego.
Te dejo con la mirada perdida
Y la palabra en la boca;
Sin poder asumir la derrota,
De este tan triste adiós.
Un amor lleno de vacíos
Y suspiros ahogados
En el recuerdo sombrío,
de tanto potencial;
Como todo nuevo amor…
Me marcho y es para siempre;
aunque mi corazón le duele
marchitarse con tu mirada pálida.
Acentuada y con desgana,
Esa desgana,
Que siempre prevaleció.
Me marcho y no haces nada; en silencio me dejas.
Acongojada, y desalmada en el oscuro de la habitación.
Golpe de puerta y viento presuroso, que te aleja;
Pero igualmente te acompaña junto con mi decepción.
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