Bertha C. Ramos - Palabras pesadas

Здесь есть возможность читать онлайн «Bertha C. Ramos - Palabras pesadas» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Palabras pesadas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Palabras pesadas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Antología de relato corto. Reúne cuarenta narraciones que plantean una reflexión profunda sobre la condición de la mujer en una sociedad mediocre; temas tan variados como las relaciones de pareja fallidas, el suicidio, la maternidad desacralizada, la sexualidad femenina reprimida, van creando un gran cuadro que enmarca a sus personajes genéricos en una, cada vez más, asfixiante soledad. El libro está dividido en dos partes: «La mujer incómoda» y «Soledades», las cuales acogen los relatos para darles unidad, continuidad temática y facilitar la lectura. Sin duda, el lector se verá cuestionado, interpelado, incomodado ante la contundente autenticidad de esta pluma y el peso rotundo de las preguntas que se apoderan de estas páginas. En la comodidad de casa, en un café, en un taxi, en un bus, podremos leer estos brevísimos de Bertha C. Ramos que nuestros ojos devorarán, y cerraremos cada tanto el libro, silenciosos, introspectivos, apesadumbrados, preguntándonos qué es lo que acabamos de leer.

Palabras pesadas — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Palabras pesadas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Diálogo entre mujer y conciencia DIÁLOGO ENTRE MUJER Y CONCIENCIA Que hubo cielo despejado, lo hubo. Que noche también. Que la humanidad pareció una molécula cuando ella tuvo por vez primera un hombre adentro. Que entonces también entraron en ella todas las palabras, las herramientas, la tecnología, la culinaria, las religiones, la poesía, el arte, las tuercas y los tornillos, los tratados de libre comercio y las fórmulas matemáticas. Pero, como toda mujer, ella hubiera querido más. Le habría gustado que a diario le repitieran sumisamente: “Te quiero”. Fue esa la hora obligatoria de la pregunta: “¿Qué soy?”. Una voz, la misma voz sentenciosa de siempre le respondió: “No eres más que una hija mayor”.

Doncella DONCELLA Cuando un hombre ha aprendido a usar sus dedos, cada uno de esos miembros es autónomo y virtuoso. Casi un dios. Tanto, que Lulú del Carpio se rehúsa a incorporar los particulares dedos de su esposo en esa comunidad llamada mano, y les ha puesto nombres paganos de acuerdo con su potestad: Enanuco bigarista, el Ojáncano, Yarilo, Dagda y Angus. Claro que él ignora eso; él es simplemente un hombre que sabe poner los dedos al servicio de su esposa con tal grado de destreza, que entre ambos no hay lugar a desencuentros. A veces se han distanciado por tonterías. Porque ella insiste en usar cilantro liso sabiendo que a él le fascina el rizadito, o porque él se pone inquieto mientras ella le está haciendo la manicure. Pero, Lulú sigue siendo servicial, y él se alegra de que existan las mujeres que complacen a los hombres en asuntos tan sustanciales. Entonces, la lleva en brazos a la hamaca y deja que sus creativas grandes manos de albañil dibujen sobre su cuerpo figuritas revoltosas, que poco a poco la envuelven en una espiral de fuego y causan breves destellos en sus ojos. Tantos, que Lulú del Carpio tiene fama de doncella mitológica en La Torre de Pompeya.

Hombre tonto y pequeña mujer triste HOMBRE TONTO Y PEQUEÑA MUJER TRISTE En las aguas tibiecitas de Acapulco, a mediados de un verano, estaba nadando un hombre tonto y grande. Lo miraba fijamente una mujer pequeña y triste. Tan triste estaba la mujer, que el hombre grande la montó sobre su espalda como subiéndola a la proa de una barca y echó a nadar mar adentro. Ella iba muda, él pensativo. Ella quieta, él diligente. El hombre braceó bordeando la costa de California y dio la vuelta por Alaska para mostrarle a la mujer triste las brillantes espirales de las auroras boreales. Enseguida remontó el litoral accidentado de Groenlandia, bajó por el Mar del Norte y la acercó de medianoche a los pendientes farallones de la costa del Cantábrico. De allí descendió hasta el golfo de Guinea, cruzó cuidadosamente el canal de Mozambique y llegó a la hora precisa en que el sol vuelve un espejo la bahía de Bengala. Tomó aire en el estrecho de Malasia. En las aguas de Borneo le hizo el amor. Hombre terco. Se atrevió a pasar con ella el Mar de China. En las playas filipinas descansó y removió las colonias coralinas crecidas en sus cabellos. Hombre grande, tonto, fuerte y temerario. Olas grandes lo golpearon al sortear la fosa de las Marianas, y envuelto en un torbellino de organismos vegetales, las corrientes submarinas lo arrastraron trayéndolo de regreso hasta las aguas tibiecitas de Acapulco. A mediados de un verano, años después, el mar devolvió dos cuerpos a la playa. El de una mujer pequeña de semblante muy feliz y el de un hombre grande y triste.

Tentación TENTACIÓN María tuvo la sospecha de que, quien la había estado observando desde la puerta entreabierta de su rancho, era el diablo. Por su fino porte de caballero medieval. Por sus exageradas emisiones de testosterona. Por su piel escarlata y sus dientes impulsivos. Porque solo un hombre reconciliado con un destino satánico podría mirar a una mujer con tanta condescendencia y tanto amor. Porque de haberlo imaginado tantas noches ya le resultaba familiar, y porque de haberse aterrorizado tantas veces esperándolo, María se sentía aliviada. Le habló despacio, temiendo que únicamente él pudiera comprender en arameo. —¿Quién eres? —No soy. Me inventan. —¿De dónde vienes? —No vengo. Me traen. —¿A dónde vas? —No voy. Me retienen. —¿Cómo te llamas? —No me llamo. Me llaman —dijo complacido—y yo respondo presuroso. Entonces María supo que sí era él y le pidió que entrara. Como el diablo jamás rehúye a la tentación, una vez cruzó el umbral, ya era un diablo encarnado. Dicen quienes fueron testigos de ese encuentro que en aquel rancho parecieron juntarse la luz y las tinieblas, los mares y la tierra, como antes de que ocurriera la Creación. Que el aire olía a naranjas y que, desde entonces, no conocieron una mujer más presumida que María, tampoco un diablo tan sumiso.

La muñeca LA MUÑECA Lo primero que hacía Arizmendi cuando despertaba era c u r u c u t e a r los pezoncitos de Belén hasta que estuvieran duros como pepitas de agraz, y esperar a que Belén se arrimara calientita y lo besara. Lo segundo, darle un grito. Al comienzo le había dicho frases llenas de improperios, después la fue despreciando con palabras más concretas: perra, puta, minusválida, cretina, casquivana, farnofélica, bulímica, ninfómana. Se paraba de inmediato de la cama y dejaba el desayuno sin probar. Belén, que luce tan linda con su cabello violeta y su uniforme de aeromoza, hizo una muñeca de trapo de tamaño natural que imitara su silueta brasilera, le puso en los pezones dos perlitas y unas orejas enormes, y la acuesta al lado de él. Desde entonces, cada vez que Arizmendi se despierta se le arrima a la muñeca y le acaricia las perlitas y tiene sexo con ella y le grita perra, puta, minusválida, cretina, casquivana, farnofélica, bulímica, ninfómana. Se levanta de la cama y le da amorosamente a Belén los buenos días y se come el desayuno. En la Torre de Pompeya se asegura que Arizmendi está de nuevo enamorado.

Perla PERLA

Cara larga

Mujer que lleva una hoguera entre las piernas

El domador

Sexo por saxo

El académico

Amor propio bajo el sol del trópico

Suegra y nuera

Hermana mayor

Mamá y papá

Caperuza roja

De lo elemental

Abuela

Paisaje con dos mujeres

Charlatán

Cornelia desconocida y despiadada

PARTE II/

SOLEDADES

Pájaros azules en la azotea

Zeta y equis

Planeta feliz

Un regalo para mamá

Pariente desalmado

Luto cerrado

Celebración familiar

Intelectuales

El revólver

Desacuerdo

Historia de un marinero que aborrecía tierra y mar

Convencimiento

Mujer cuya soledad no tiene que ver con el adiós de un hombre

Sobrevenido diablo

La gran pregunta

La pedicurista

Peluche y tía

Un cero en medio San Juan

Palabras pesadas - изображение 6

PARTE I *

LA MUJER INCÓMODA

ELLA Y ÉL CUALQUIER DÍA DE NOVIEMBRE

Desde la noche anterior ll

Palabras pesadas - изображение 7

Desde la noche anterior, Ella había decidido colgarse del gancho de hierro que sostenía el helecho. En medio del zaguán, donde la tropezara Él cuando llegara amanecido. Se colgaría con un lazo de fique que había teñido de rojo y al que puso cascabeles en ambas puntas. Cuando Él la viera, diría que se veía perfecta. Que, a pesar de estar un poco pálida, todo en Ella estaba en orden. En un orden exquisito. El largo de la falda, los botoncitos de nácar ligados a los ojales, y ambos brazos, blancos, bellos, oscilando coordinados a lo largo de su cuerpo. Su diosa siempre esperándolo con el toque de elegancia que Él deseaba. En algún momento, Él tendría un gesto de temor y correría hacia el cuarto con tanta prisa que, al pasar, la impulsaría a girar sobre sí misma, enrollándose y desenrollándose al compás del tintineo de los cascabeles. El temor pudiera haber devenido en pánico, pero Él llegaría hasta la cama y se sabría salvado. Ella le había dejado cada cosa en su lugar. La ropa que se pondría para el funeral, todo acorde, hasta el pañuelo, como le gustaba a Él. También se habría dado cuenta de que Ella le había puesto junto al saco su cajita de analgésicos, su colección de revistas Playboy y un lazo de fique idéntico al que Ella usara, pero teñido de negro. Seguramente entonces Él regresaría al zaguán y le daría las gracias por tanta dedicación con la misma bofetada con que le había agradecido cada cosa a lo largo de la vida. Luego, pasaría sus dedos por la línea inexpresiva de su barbilla partida y acaso lloraría unos minutos sobre los pliegues de su falda escocesa. Para entonces, Ella ya sabría si desde esa dimensión era posible escupirle la cara y despreciarlo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Palabras pesadas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Palabras pesadas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Palabras pesadas»

Обсуждение, отзывы о книге «Palabras pesadas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x