Uno de los recursos más importantes para superar la influencia del demonio es el amor a la Santísima Virgen. Más adelante se lo expondré con todo detalle.
Pero, sólo para insinuarlo ahora: la Santísima Virgen, en virtud de su posición, no es solamente la colaboradora permanente del Salvador sino también la antagonista personificada del demonio. Ése es su oficio. Por oficio, ella tiene que aplastar la cabeza del demonio.
Por eso, la alianza de amor con la Santísima Virgen es una alianza de lucha contra el demonio, una declaración de lucha contra el demonio. En la medida en que estoy apegado a la Santísima Virgen y conduzco a mis hijos a la Santísima Virgen, estoy en posesión del contrapeso más fuerte contra la influencia del demonio.
Ahora bien, no sé qué usos y costumbres tienen ustedes en casa. En realidad, es una costumbre auténticamente católica que los padres bendigan siempre a los hijos, sobre todo a los pequeños, antes de que se vayan a dormir. Debería hacerlo sobre todo el padre. Por supuesto, tiene que darse en base a una fe profunda. Y cuando los niños ya han crecido no les gusta en general que se lo haga exteriormente. Hay que hacerlo en silencio y privadamente.
Lo mismo cuando mis hijos están ausentes, por ejemplo, si están estudiando fuera en alguna parte. Qué sencillo es darle a cada uno la bendición. En Alemania suele decirse: «le doy la bendición», o sea, se coge agua bendita y se da la bendición hacia los cuatro puntos cardinales. Y cuanto más silenciosamente se hace, cuanto menos se percatan de ello otras personas, tanto mejor. No es preciso hacer mucha alharaca. ¿Qué presupone este gesto? La fe profunda en la realidad de Dios y la fe en la realidad del demonio.
Por último, permítanme reiterarles: también cuando fuertes pasiones bullen y actúan en uno pueden contar siempre con que el demonio está interesado en ello y sopla para atizar el fuego. Más adelante, cuando les hable de la forma de lucha del demonio, trataré más extensamente este punto.
Antes o en días anteriores les he hablado mucho sobre la angustia. Hay toda una cantidad de causas naturales para que el hombre actual se vea impulsado siempre de un lado a otro por la angustia. Pero créanlo: si Dios libera de algún modo al demonio del infierno, el demonio se esfuerza por reforzar este estado de angustia. Porque el hombre torturado por la angustia se convierte después en un juguete del demonio.
Resumiendo, entonces: si piensan en la historia del culto al demonio o del reconocimiento del demonio, tienen que admitir que vivimos en un tiempo en el que el demonio tiene una influencia más fuerte, pero también en un tiempo en que la influencia del demonio se reconoce de vuelta cada vez más.
Incluso deben contar con que no sólo se interesen por ustedes algunos demonios, sino que, según sea el caso —si, por ejemplo, se han regalado ustedes a la Santísima Virgen—, se interese por ustedes un montón de demonios. Así tienen que imaginárselo (…).
Esto se lo expondré in extenso más adelante, cuando les hable de la historia de vida del demonio. Entonces les explicaré cómo el demonio tiene en la mira a la Santísima Virgen. Es una enemistad a muerte entre la Santísima Virgen y el demonio. Ahora el demonio ya no puede hacer más nada contra la Santísima Virgen. Con ello, es evidente que atacará a quienes se han regalado a la Santísima Virgen. Pero no tenemos que preocuparnos para nada. Cuanto más se interesen por nosotros los demonios, tanto más la Santísima Virgen es la que aplasta la cabeza del demonio. Pero eso no vale para un demonio cualquiera, por ejemplo, para un demonio que está en África, sino para los demonios que me persiguen a mí.
Por lo demás, es la antigua concepción de los religiosos que los muros de los monasterios están ocupados por legiones de demonios. O sea, no son sólo uno o dos, o cien demonios 20. Como es obvio, esto no puede demostrarse. Es sólo una concepción general. Pero el motivo profundo estriba en el hecho de que cuanto más significa un hombre para Dios, tanto más se interesa en él el demonio. ¿Entienden por qué? Es una vieja regla estratégica: si hiero al pastor, tendré al rebaño. Una vez que he asesinado al jefe del ejército, éste último corre de aquí para allá, y ya no tiene jefe 21.
Y los sacerdotes deberían ser ese tipo de jefes en el reino de Dios. Por eso debe entenderse que los demonios tengan un interés especial en las almas fervorosas. Y si como familia de Schoenstatt estamos también llamados a la santidad, y si queremos regalarnos enteramente a la Santísima Virgen, tenemos con contar con que el demonio esté interesado de manera muy especial en nosotros. También en nuestros hijos. Por eso tenemos que renovar nuestra alianza con la Santísima Virgen, a fin de que ella derrote al demonio y a su séquito.
En ese sentido hay innumerables relatos. No digo que todos ellos sean verdad (en sentido histórico). Así, por ejemplo, hay toda una cantidad de historias de monjes. Estas historias documentan la representación de que los muros de los monasterios están rodeados de demonios. Una historia cuenta que un monje había tenido tentaciones tremendas. Quería abandonar el desierto, casarse, y arrojarse en brazos de todos los pecados del mundo. Pensaba que no podía resistir más la soledad. Cuando fue a ver al padre abad, éste le explicó que el demonio tenía especial interés en él. Por eso le pintaba constantemente esas imágenes. El abad le recordó asimismo las tentaciones de Jesús, pues el demonio tentó a Jesús también en el desierto. Y le hizo referencia también a san Pablo. Pero el monje no quedó satisfecho. Todo eso está muy bien —dijo—, pero no puedo soportarlo. El demonio me tiene en sus garras.
Entonces, el abad le dijo: Mira hacia ese lado. Y el monje vio todo un ejército de demonios. Mira ahora al otro lado, dijo el abad. Y allí había no sólo un ejército sino un sinnúmero de ángeles.
El monje extrajo de ello la siguiente lección: aunque el demonio tenga influencia sobre nosotros, los espíritus buenos, Dios y la Santísima Virgen, tienen una influencia aún mayor.
En resumen, por tanto: pienso que ahora deben de entender ustedes que el demonio ejerce también una influencia en los estados de angustia de nuestra alma. La angustia es en realidad la maestra de todos los males.
Con la angustia se relaciona la tristeza. Tal vez conozcan el bello adagio que dice: «El demonio pesca en aguas turbias». Es decir, en la práctica: si el hombre está triste, el demonio tiene por dónde entrar: todas las puertas le están abiertas.
Por eso, los maestros espirituales enseñan que una de las fuentes principales de la tristeza es el demonio. Otras son las dificultades de la vida, el temperamento melancólico. El demonio conoce el lado débil de un ser humano y sabe conectarse con ese lado débil.
Pienso que por esta tarde hemos escuchado suficiente sobre el demonio. Más adelante será interesante que hablemos de la historia de vida del demonio y, después, de la forma de luchar del demonio, a saber, del método según el cual lucha contra nosotros.
A partir de todo lo dicho podrán notar qué importante es para nosotros la alianza de amor. La alianza incita al demonio pero, por el otro lado, también vence al demonio.
1Véase tomo 1, p 99 y siguientes.
2Estas frases introductorias son inaudibles en la grabación y han sido tomadas de una versión autorizada del texto realizada por la traductora.
3Véase la plática del 18-3-1956.
4Al parecer, tiene que tratarse de pláticas pronunciadas por el P. Kentenich sobre el tema en el período que va del 18 de marzo al 9 de abril de 1956. Hasta ahora no han podido encontrarse grabaciones ni apuntes de esas pláticas.
5Probable referencia a Franklin D. Roosevelt, 31º presidente de Estados Unidos, que gobernó de 1933 a 1945.
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