Desde algunas de las lecturas posibles a este manifiesto me resulta valiosa la conexión/confrontación que allí se menciona entre lo macrosocial (Estado) y lo que se considera micro (colectivas, grupos, subjetividades). También se puede leer como un llamado a la unidad en la diversidad, que hace un análisis que amerita difundirse y discutirse. Al denunciar las variadas formas de violencia y al exigir al Estado hacerse cargo, lo hacen detallando cada horror que viven, en especial señalan que:
La violencia es cotidiana en los acosos y agresiones sexuales en la calle y los transportes públicos, a pesar de medidas fallidas como los vagones y espacios para mujeres.
Ellas formularon una crítica directa al Gobierno de la Ciudad de México:
La Ciudad de México, contra lo que pueda pensarse o quieren hacernos creer sus autoridades, es un espacio geográfico, socioeconómico, cultural, administrativo y político donde las violencias machistas las vivimos diariamente las diversas mujeres que allí habitamos, o que transitamos por sus calles y espacios públicos, usamos sus transportes y asistimos a sus instituciones de salud, educación o a sus centros laborales.
Su protesta acerca del acoso en la calle condujo a la campaña #NoEsDeHombres,²⁶ dirigida a prevenir y reducir “el acoso sexual y otras formas de violencia sexual en el transporte público de la Ciudad de México”. De la manifestación, en abril de 2016, al lanzamiento de la campaña, en marzo de 2017, pasó casi un año en el diseño de la campaña, y no es casualidad que quienes concertaron sus energías para hacerla y lanzarla fueran funcionarias feministas (la directora del Instituto de la Mujer de la Ciudad de México, Teresa Incháustegui, con el apoyo de la secretaria de Gobierno de la Ciudad de México, Patricia Mercado, y la representante de onu Mujeres en México, Ana Güezmes). En el lanzamiento de la campaña estuvieron, además de las tres autoridades feministas, figuras públicas masculinas, como actores, el director técnico del equipo de futbol Pumas y la activista Tamara de Anda, también conocida como Plaqueta. Ella es la joven que protagonizó, unos días antes de la campaña que se lanzó el 21 de marzo, un incidente con un chofer que la llamó “guapa” y al que ella denunció por acoso.²⁷
En el Pronunciamiento de la Primavera Violeta (2016) se expresaron el dolor y la rabia de miles de mujeres. Y no es de sorprender que en noviembre de ese mismo año ocurriera un fuerte paro feminista en la unam, con estudiantes que tomaron las instalaciones rumbo a la organización y participación de la marcha por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Se retomaron consignas de la Primavera Violeta, se hizo un tendedero de denuncias anónimas, hubo asambleas feministas y circuló la consigna “Si tocan a una, respondemos todas”.
Las marchas, las protestas y las huelgas
El 8 de marzo de 2017 las feministas en México se volvieron a sumar al Paro Mundial que se llevó a cabo en cincuenta y cinco países alrededor del mundo. La feminista argentina Verónica Gago señala que: “Con la huelga, nos hacemos cargo de un mapa global que no nos queda para nada lejos ni ajeno y que consiste en politizar las violencias contra las mujeres ” (2018:11). En México la convocatoria fue no ir a trabajar, pero sí salir a protestar. Así, mientras miles de mujeres pararon sus actividades y no asistieron a sus trabajos asalariados, muchas otras salieron en la tarde a manifestarse. Activistas feministas, trabajadoras sindicalizadas, académicas y estudiantes universitarias, artistas, militantes de partidos y jefas de hogar, junto con madres de personas desaparecidas, marcharon con pancartas que, además de denunciar múltiples afrentas, reivindicaban el derecho a decidir, los derechos laborales y salarios igualitarios. La marcha concluyó enfrente del Hemiciclo a Juárez, donde las madres de víctimas de feminicidio gritaron: “¡Ya basta de tanta asesinada!”.
En mayo de 2017 el caso de Lesvy Berlín Osorio, una estudiante que apareció estrangulada con el cable de una caseta de teléfono en Ciudad Universitaria, desató una fuerte movilización feminista luego de la declaración de la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México de que se trataba de un suicidio. El caso de Lesvy se complicó, pues en la grabación del video faltaban los segundos correspondientes al estrangulamiento, y se interpretó que habían sido eliminados deliberadamente, ya que el novio acusado era hijo de un integrante del sindicato de la unam. Las estudiantes crearon el hashtag #SiMeMatan y el caso de Lesvy se volvió una de sus banderas de lucha, con el ya citado lema “Si tocan a una, respondemos todas”. Dos años después, la condena de cuarenta y cinco años al novio amainó las protestas, pero la figura de Lesvy sigue presente en las luchas hasta la fecha y su madre se ha convertido en una activista contra los feminicidios: recorre universidades hablando del caso de su hija, participa en las manifestaciones y ha desarrollado vínculos políticos con algunas de las feministas de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la unam.
En octubre de 2017 explotó en Hollywood el movimiento #MeToo en redes sociales, y como reguero de pólvora estallaron también denuncias en muchos países. Así, el problema del acoso sexual, que se visibilizó mundialmente, junto con la huelga mundial de mujeres, convirtió al año 2018 en “el momento de inflexión de la Cuarta Ola” (Varela 2019:144). En México, el 8 de marzo de 2018 se repitió el Paro Mundial en varias ciudades, y en la Ciudad de México la marcha llegó hasta Palacio Nacional, con consignas que mezclaban tres temas: violencia, aborto y desigualdad laboral. La manifestación tuvo un carácter lúdico, e incluso hubo niñas con rostros pintados, cargando sus mochilas de la escuela, jóvenes con los senos al aire y varias encapuchadas vestidas de negro que, con aerosoles, iban pintando consignas como “Verga violadora, ¡a la licuadora!”. Días después, las estudiantes organizadas de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) llamaban a la Primera Asamblea Interuniversitaria de Mujeres en la unam debido a “el acoso y la violencia sexual que se viven dentro y fuera de la máxima casa de estudios”. Esta asamblea se llevó a cabo el 22 de marzo de 2018 en el auditorio Ho Chi Minh de la Facultad de Economía. El medio digital Terceravía.mx registró cinco características de la Asamblea Interuniversitaria de Mujeres: 1) es separatista; 2) es apartidista; 3) busca promover la creación y consolidación de una red de mujeres para combatir el machismo; 4) busca hacer grupos de acompañamiento; 5) plantea que hay que encapucharse para proteger la identidad y evitar futuras represalias. La mamá de Lesvy se presentó en la asamblea en donde agradeció el apoyo que le han dado las universitarias. El 3 de mayo, en el aniversario luctuoso de Lesvy, las estudiantes y algunas maestras de la Facultad de Filosofía y Letras (moffyl) organizaron una “marcha interna” en la unam. El cartel, con la foto de Lesvy, dice: “Lesvy no ha muerto, Lesvy somos todas”. A lo largo de 2018, distintos conflictos llevaron en diferentes universidades públicas y privadas a protestas en “tendederos” con denuncias de acoso por maestros y compañeros, y en general contra la violencia hacia las mujeres. La comunidad estudiantil de la máxima casa de estudios se dividió con el tema de hacer un paro, pues un amplio sector propugnó realizar un “paro activo”, que les permitiera seguir estudiando.
El 8 de marzo de 2019 la consigna fue “paramos, marchamos y nos organizamos”, y el orden de enunciación fue ya una toma de posición política con una lógica en acto. Aunque el llamado fue a hacer huelga de trabajo, cuidado y consumo, el #VivasNosQueremos siguió presente en primera línea. Las organizadoras establecieron el orden de los contingentes: en la descubierta, dos compañeras por cada organización convocante del 8M; luego familiares de víctimas, de feminicidios o desaparecidas; después mujeres, colectivas feministas y al final organizaciones sindicales seguidas de organizaciones populares para cerrar con organizaciones políticas. Se marchó para exigir un alto a la violencia y la desigualdad, dando el lugar prioritario a familiares de víctimas; y como había un nuevo gobierno, también se protestó por las decisiones de amlo respecto a la Guardia Nacional, y por el cierre de los refugios para mujeres y las estancias infantiles. La marcha mostró que el movimiento feminista no es una masa homogénea sino que hay grupos e ideas diversas, lo que exige renunciar a la tentación de una representación unívoca.
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