Ana Ojeda - Vikinga Bonsái

Здесь есть возможность читать онлайн «Ana Ojeda - Vikinga Bonsái» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Vikinga Bonsái: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Vikinga Bonsái»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Gran estruendo las saca del sopor, bomba o terrible colisión en inmediación cercana. Asoman fisonomía al balcón para averiguar, cogote volador punta de cuerpo equilibrista en el vacío, enterarse de qué pasó, qué onda, solo ven a otres vecines en la misma.Vikinga Bonsái vive con Maridito, que está de viaje en la selva paraguaya y con quien tiene un hijo adolescente: Pequeña Montaña. El recorrido de sus días está trazado por una bicicleta que no conoce más itinerario que Boedo-San Cristóbal-Boedo, llevándola de su casa al trabajo y del trabajo a su casa, previa parada en el chino para aprovisionarse según dicta un menú que siempre sabe a poco y entonces, por fin, a la cama.Hasta que una mañana la pantalla del celular se ilumina y en el grupo Apocalipsicadas aparece una invitación difícil de rechazar: cena con amigas. A partir de ahí la novela avanza a paso feroz entre situaciones desesperadas o disparatadas.Ana Ojeda bucea en las profundidades de la escritura y desemboca en las orillas con una novela que se detiene en la generosidad de los vínculos y en la que el lunfardo, el calabrés y el lenguaje inclusivo conviven en barroca comunidad. En su exuberancia, pero también en su particularidad,
Vikinga Bonsái confirma que el lenguaje está vivo y se construye entre todes.

Vikinga Bonsái — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Vikinga Bonsái», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La saca del horno con la izquierda, malabar insospechadamente riesgoso por culpa del picor entre hombro y codo, que continúa, le complica la gestión.

–Nada, corazón, nada. Cosas –de sopetón medio vaso de Malbec adentro– de grandes. Estar sin trabajo me descompensa, me pone triste.

La falta de artística culinaria en la fechura de la tarta de atún se compensa con la generosidad en el uso del salero, de agitación continua irrestricta. Se chocan los vasos, se pide felicidad y plata, salud y plata, mayormente plata, en el formato que sea o al destino le parezca adecuado proveer: becas, premios, viajes, herencia, trabajo, changas. En breve pausa, Orlanda Furia se declara vegetariana desde hace “un tiempo”. Sube foto de la tarta a medio servir con el hashtag #laculpaesdeJapón.

–Por un tema que yo tengo que no sé bien cómo se llama, ni qué es, en definitiva, pero bueno, no puedo permitirme quesos ni harinas. No los digiero, así que decidí eliminarme también las carnes rojas, blancas y de pescado para no complicarme, si no tengo que estar todo el tiempo pensando qué puedo y qué no, bajón mal, el santo día pensando en comida al final.

A nadie le importa. Le alcanza la ensalada Vikinga Bonsái o Bombay, se autofelicita por haber pensado también en eso, tan marmota mamerta no era, al final, se come, se charla, se sigue brindando. Es felicidad, que adopta forma posible.

Arbolito junto a la heladera, Pequeña Montaña procede a externar los dos kilos de postre, de pronto portero eléctrico. Vikinga Bonsái o Bombay continúa con la recolección de cucharitas, somos les que estamos, la charla no se interrumpe. Cuatro gustos: dulce de leche brownie, chocolate Kainos, frutilla a la reina, banana split. Portero.

–¿Esperamos a alguien más?

–Para nada –la dueña de casa, sin detener el movimiento elástico de repartir tazón y cuchara alrededor de la mesa–, deben estar confundidos de departamento. Pasa mucho en este barrio.

Timbre otra vez agota la paciencia de Pequeña Montaña, que coloca tubo en la oreja e informa: una señora que llora.

–¿Y qué quiere? –quita Orlanda Furia las tapas de telgopor, huella la banana split con el índice y lo ingresa enseguidamente en el hangar de su boca–, ¿por qué nos viene a llorar a nosotres, no ve que estamos ocupades?

El improptu desorganiza por completo la actividad cerebral de Talmente Supernova, que deja la mesa con movimientos robóticos para encerrarse en el biorsi. Abandona con su accionar pequeño monte Fuji, base de dulce de leche, pico de frutilla a la reina. ¿Qué pienso yo de esto, qué me pasa a mí, a mi yo, con el llanto de señoras desconocidas a través de porteros eléctricos?

Expectación muerta de curiosidad toma la cenita con violencia atropellada a la vista de todes. Se presencia en silencio. Los ojos siguen de a pares el recorrido de Vikinga Bonsái o Bombay hasta el portero, no se extravía detalle. Se escucha respiración colectiva sobre la bossa nova, que es fondo. #ayquéansiedad muestra a Vikinga Bonsái o Bombay junto a su hijo junto a la pared blanca, en un rito de pasaje mínimo. Vapores de temor y descoloque atenazan esos pequeños momentos, sacan de las casillas a Dragona Fulgor que, resorte, arranca tubo de manos de la dueña de casa, se adueña de la escena, de su fragor.

–¡Pero por favor! ¿Qué es esto? –qué pesada es la gente, mete bocado Orlanda Furia–. ¡Hola! ¡Hola! ¿Quién es, quién habla, qué quiere?

–Qué sacada –la voz baja de Gregoria Portento, introito del mandaje por el garguero de manicito solitario, rémora de la previa, ensopado en helado, “para probar qué tul”.

Los hechos: la solicitante, nieta del constructor de este edificio en el que ahora nos encontramos, relata y denuncia la desposesión de su herencia (uno de los dos departamentos de planta baja) a manos de su hermano, en un juego de poder que le ha tocado perder, quedando en jefa de hogar, madre de una hija con retrasos (varios, aclara), madre a su vez de un neno, fruto de relación non sancta ni aprobada ni deseada o querida con psicótico joven y apuesto, escapado de instituciones oscuras, que no viene al caso mencionar (no las sabe o prefiere dejarlas incógnitas). Entonces, unos pesos estoy pidiendolé, señora, necesito para ir al hospital (no se entiende el vínculo con lo precedente), por mi hija, señora, se lo pido, por mi nietito. Dragona Fulgor transmite en directo.

–Dame un momento –con señas de chita la boca el rebaño se arrea hacia el balcón, segundo piso a la calle por escaleras, que habilita espectacular encuadre cenital de la que requiere.

Tirándose casi por encima de la baranda, logran ver: señora obesa mórbida, inmensidad de pelo largo furia caoba, planchado hasta lo que parece ser la cintura, flequillo Betty Page, aguarda con un movimiento rotatorio izquierda-derecha que transmite paz infantil, descolocada respecto del contexto, oscuro.

La colecta escala varias veces lo pedido, Pequeña Montaña se presta volentieri para la embajada: eso sí, con facultades plenipotenciarias, de hacer y decir lo que crea conveniente. Sus pelitos teñidos color-sobre-color son circulito mínimo al lado del de Gran Montaña. La transacción dura segundos y no comporta diálogo alguno, al final.

Desinteresada de la desgracia ajena, “bastante tengo con la propia”, Gregoria Portento pierde el interés, vuelve a entrar. Alongada en uno de los sillones, mira el techo. Piensa en su indemnización que se escurre sin remedio, arena de un reloj boca abajo, en la urgente necesidad de encontrar algo rentado para llegar a fin de mes, en su depto, de pronto lujo asiático. Aplastada por la angustia, lleva torso a muslos para liberar la espalda de tensiones y estirar la columna, como aprendió en la práctica semanal de yoga que, a pesar de ser gasto recortable, lucha por mantener #quéondaestoszoquetes. Orlanda Furia se acerca, masajea cuello, cervicales. Ella también sufre de la espalda, por el trabajo, muy sedentario, permanente expectación de monitor, sí o sí actividad física tres veces por semana para poder ser in santa pace. Caso contrario: dureza de monoblock, tiesura nivel inyección intramuscular. Suspira Gregoria Portento, lagrimea un poco haciendo esfuerzos para mantenerse a la altura del mandato cultural rioplatense: si hay malaria, que no se note. Para no arruinar el ambiente de blanda algarabía que sobrevive, de manera inexplicable, a pesar de todo.

Se propone ronda de té/café para ir cerrando. La concreción del bajativo queda en manos de Pequeña Montaña que se informa de las preferencias de cada una con solicitud impecable. Gordiflor hermoso, sonríe por adentro Vikinga Bonsái o Bombay, se desploma en el sillón con un grito araucano de placer. Se masajea un poco el hombro izquierdo, que tiene dormido, pide té de limón (el único que hay).

–¿Masitas no hay? –Orlanda Furia alarga la probóscide presintiendo desilusión en puerta.

#quévachaché presenta a les curioses pobladores de Instagram taza sopera con dos dedos de café, cuchara grande para revolver el azúcar. La conversación circula por el andarivel de la mesura, sin aspavientos ni grandes voces. Se charlan chiquiteces: problemas de a pie que saturan el cotidiano: médicos, boletas impagas o atrasadas, amenaza de corte de servicio, hastío de alquilar, les dueñes son lo peor (como la humedad). El té de Vikinga Bonsái o Bombay pierde calor sobre la mesa petisa, tapa de mármol reciclada de la antigua mesada original del departamento, monumental. La cabeza abandonada sobre el canto del sillón, piernas olvidadas a su suerte, brazos sin tono muscular, compone bodegón de lo que queda tras electrocución por fúlmine.

–Pobre santa –Gregoria Portento canaliza el rol de mami con naturalidad escandalosa–, a ver, la llevamos a la cama, que descanse, fundida quedó, pobre.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Vikinga Bonsái»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Vikinga Bonsái» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Anaïs Nin - Delta of Venus
Anaïs Nin
Anaïs Nin - House of Incest
Anaïs Nin
Frédéric Dard - Bons baisers où tu sais
Frédéric Dard
Rosa Ribas - Els bons fills
Rosa Ribas
Mónica Ojeda - Historia de la leche
Mónica Ojeda
Alfredo Tomás Ortega Ojeda - La bruja
Alfredo Tomás Ortega Ojeda
Carmen Reyes Ojeda Cárdenes - La niña de los pies descalzos
Carmen Reyes Ojeda Cárdenes
Отзывы о книге «Vikinga Bonsái»

Обсуждение, отзывы о книге «Vikinga Bonsái» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x