Tú vivirás mejor que yo es el mensaje que todos deseamos para nuestros hijos. Esperemos que sea así. Quizá si todos pensáramos igual lo que se cuenta en las próximas páginas jamás ocurrirá. Entonces, la única verdad será la que habla desde el corazón a cada frase, a cada capítulo.
Una historia que empieza en breve, ambientada en un futuro que, esperemos, no llegue nunca a hacerse realidad.
Jesús Navarro Alberola
Director general de Carmencita Alimentación
PRÒLEG
En este llibre falta un passatge. Els el contaré en primera persona. Havia quedat jo a dinar amb dos dels personatges que apareixen en la novel·la. L’un era un vell amic. A l’altre, no l’havia tractat mai en persona, però supose que aquella trobada devia ser molt important per a ell, perquè els polítics professionals sempre van acompanyats a les grans cites. Entre el seguici del diputat hi havia un senyor seriós però afable, distant en la ideologia però pròxim en la manera de raonar i enraonar. Parlava de política amb l’ardor i la serenitat d’un centurió llicenciat, un estrateg abatut més pel foc amic que pels embats de l’adversari. No li faltava humor, ironia i autocrítica. Em va caure bé, els altres també.
Ja deuen imaginar que la nova amistat responia al nom de Ramón Martínez Piqueres, un senyor que vivia la política, però no de la política. No ho necessitava perquè era, i és, metge per la Universitat de Salamanca. I ací tenen la seua primera incursió en la literatura. Tú vivirás mejor que yo és la història de José Martín Piquet, un metge valencià format a Salamanca, bon professional, polític escaldat, pare de dos fills, acèrrim madridiste, reputat gurmet... Des del primer capítol el José de la ficció es pareix tant al Ramón de la ciència, que u no sap si devora una novel·la o una autobiografia servida en format trompe-l’oiel.
No queda ahí la cosa. El llibre que tenen a les mans és també un manual de la història recent d’Espanya i un assaig, la literatura de les idees. Les vides de Ramiro i Paola, pares del doctor Martín, són també en molts aspectes les dels nostres pares i les dels xiquets que vam ser: les eleccions, els canvis, el progressos, les esperances i les pors, una quotidianitat que compartíem i unes excepcionalitats, dramàtiques o joioses, que no hem oblidat, però ara recordem amb més intensitat i tendresa gràcies al doctor Martínez. En cada reflexió, en cada diàleg va, en boca dels personatges o en la veu omniscient del narrador, el pensament de l’autor. Podríem extraure fragments d’esta novel·la i encaixar-los perfectament en una revista d’opinió, en una miscel·lània sobre història o sociologia.
Però no ens enganyem: Tú vivirás mejor que yo és una novel·la. Hi ha alegries, ambicions, amics, amor, baixesa, enemics, grandeses, intrigues, lleialtat, passions, penes, traïcions... I molts més elements que continuaria citant per ordre alfabètic, perquè no vull prioritzar-ne cap. El present de l’obra és el nostre futur pròxim. Un futur dibuixat de manera plausible, però en un marc distòpic igualment versemblant i, consegüentment, esfereïdor. El desenllaç, pel que fa al gran context de la història, podrà paréixer-nos lògic o utòpic. Només el temps dirà si la Providència ha obsequiat Ramón Martínez amb el do d’albirar el futur o no. Tant fa que esta obra acabe en auguri o ucronia, el que tots busquem en la bona literatura és el gust de llegir, vibrar, patir i somriure, i ací tenim una bona ració de tot això.
Acabe. Deia Joan Fuster que “els llibres no supleixen la vida, però la vida tampoc supleix els llibres”. Ací tenim un llibre que parla de la vida, de la vida que hem viscut com a col·lectivitat, de moltes vides, que identifiquem amb facilitat darrere del nom estrafet que tímidament vol amagar-les, i de la vida real o imaginada d’un home real i imaginatiu, un home tranquil —com el Sean Thornton de John Ford— i un home feliç, en el sentit etimològic d’este adjectiu tan cobejat. Qui és feliç és fecund i dona fruit, i ací en teniu un que es titula Tú vivirás mejor que yo. Disfrutar-lo a mos redó és quasi una prescripció facultativa.
Jordi Davó i Moltó
Professor associat de la Universitat d´Alacant
INTRODUCCIÓN
Esta es la historia de dos personajes ficticios, originarios de un municipio irreal, en la real provincia de Alicante y en el «Real» país que es España, hoy en día.
Y todo lo demás es accesorio, aunque pudiera ser fundamental.
No vale la pena caer en la tentación de pensar que «cualquier parecido con realidad es mera coincidencia» o que «la realidad siempre supera a la ficción». Como alguien dijo, «no se puede escribir nada, sin tener en cuenta la realidad; por muy ficción que parezca».
Simplemente, piensen lo que quieran pensar mientras leen. Y al final del libro, si llegan a él, saquen sus conclusiones.
Las historias se escriben para ser leídas y solo cuando son leídas, cobran vida: la que cada lector quiere darle a la historia.
Lo que algunos consideran novela, otros, ensayo ficción y otros, un relato «sin más», es precisamente eso: cualquiera cosa de las tres cosas. De todos modos, a partir de estas líneas, si se atreven a ir más allá, entrarán en un mundo real lleno de fantasía; toda la que hay escrita y toda la que cada uno lea.
Hay páginas de este libro que son, indefectiblemente, reales. Hay otras que también son, inexcusablemente, interpretables. Esas últimas son las que se encuentran en nuestras manos para ser descifradas; las que hacen grande o no a este relato.
Sobre todo, mientras lean esta obra, hagan eso, leer, disfrutar y lo más importante, intentar meterse en cualquiera de los papeles que en ella se ofrecen.
España, en los últimos años, nunca ha sido un lugar tranquilo, pero nunca ha sido, tampoco, un lugar caótico.
Queda por descubrir qué pasará en los próximos años.
CAPÍTULO I
Al Dr. Martín no le gustaba ir a dormir al pequeño cubículo creado para tal uso, en la primera planta del hospital. Él prefería aprovechar el remanso que propiciaban las últimas horas de la madrugada en el office adjunto al mostrador de admisión de urgencias, en la planta baja para, ante la escasa afluencia de colegas que a esas horas había en el lugar, recostarse, a veces acostarse literalmente, en uno de los tresillos dispuestos en la salita y dejar que el sueño viniera a visitarlo aprovechando que la fatiga ya se había instalado en él.
Llevaba años realizando el mismo ritual con las lógicas variaciones de protocolo que un servicio de urgencias garantiza día tras día. «¡No es precisamente rutinario un día a día en urgencias!», exclamaba con frecuencia el Dr. Martín. Sin embargo, a José, tras veinticinco años en el servicio, más de mil guardias, más de treinta mil horas de urgencias y aproximadamente doce mil de refuerzos, ya casi todo le parecía rutinario, cotidiano, repetido, protocolizado. Entre los compañeros, más aún los más jóvenes, se había hecho famoso por sus frases, sus coletillas; y entre ellas estaba aquella de «nunca se sabe qué puede ocurrir en una guardia y siempre se ha de estar preparado para eso que no se sabe». Gozaba, evidentemente, de cierta preeminencia entre los miembros del servicio. Por otra parte, se la había ganado a pulso, a base de horas y de saber estar en cada situación y, ante todo, a base de comer, tragar y digerir cualquier tipo de sapos y culebras en el trabajo.
El 17 de noviembre de 2025, lunes, estaba transcurriendo dentro de los parámetros que podían ser considerados como normales en el servicio de urgencias. Eran ya las siete y diez de la mañana y había conseguido conciliar el sueño bajo la atenta mirada de las presentadoras de las noticias matinales de Antena3. José estaba en uno de esos escasos momentos, a lo largo de una guardia, en que cualquier profesional sanitario podía disfrutar del verdadero descanso físico y mental. Esa fase del sueño en la que todos se pueden refugiar horas a lo largo de la noche y que en el caso de algunas profesiones solo se alcanzan algunos minutos por guardia.
Читать дальше