Fernando Calvo-Regueral - Homo bellicus

Здесь есть возможность читать онлайн «Fernando Calvo-Regueral - Homo bellicus» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Homo bellicus: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Homo bellicus»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La violencia está en la naturaleza; la guerra en la historia. Ya que la primera no se puede extirpar, convendría dejar a la segunda en el pasado y buscar formas de cooperación que garanticen un mañana mejor. Entre la peligrosa exaltación de glorias pasajeras o la ingenuidad de un pacifismo que los hechos se empeñan en desmentir, la historia militar, más que la de cualquier otra actividad humana, debe ser conocida para evitar cometer los errores del pasado. ¿Por qué Homo sapiens se transformó muy pronto en Homo bellicus? ¿Qué relaciones guarda el fenómeno de la guerra con el desarrollo político, económico, social, religioso y hasta cultural de las civilizaciones? ¿Es una actividad innata o podemos pensar en la utopía de erradicarla para siempre y dejarla como una reliquia en los libros de historia? Homo bellicus. Una historia de la humanidad a través de la guerra rastrea el fenómeno bélico desde sus remotos orígenes hasta la actualidad buscando deducir lecciones que hagan inteligible la guerra, pero sobre todo buscando comprenderla, quizá la única forma de evitar nuevos conflictos en el futuro. El autor incluye más de cuarenta mapas, croquis y cuadros originales e imprescindibles para la comprensión de guerras y batallas, «ese apasionado drama».

Homo bellicus — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Homo bellicus», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Si la guerra defensiva contra los persas se había alzado como una obligación dictada por la mera supervivencia, la guerra ofensiva pasaba a ser una opción «rentable», máxime en una época en que el fenómeno bélico no solo no era denostado sino que estaba divinizado. Pero la victoria, como también suele suceder, llevaba en sí misma el germen de nuevos conflictos: cuando las dos ciudades vencedoras más significadas, Esparta y Atenas, conjurada la amenaza y sin un enemigo común, comenzaron una carrera por alzarse con la hegemonía de Grecia se precipitarían por una espiral de tensión que desembocó en las guerras del Peloponeso (431-404 a. C.). Ambas optaban por políticas geoestratégicas antagónicas: Atenas asumía el rol de potencia naval y Esparta el de potencia terrestre, un patrón que se repetirá como constante histórica en los siglos venideros.

A pesar de que Esparta es un ejemplo de estado militarista, las guerras del Peloponeso tienen su origen en la política expansionista de una Atenas que se siente capital espiritual y política de esa Hélade siempre fragmentada pero consciente ahora de su potencial. Como señala Tucídides, «los atenienses, al acrecentar su poderío y provocar miedo a los espartanos, les obligaron a entrar en guerra». En una primera fase (o guerra arquidámica), estos últimos llevaron la iniciativa y forzaron a Atenas a replegarse dentro de los llamados muros largos, que incluían la defensa de su puerto comercial del Pireo y el militar de Falero. La ciudad sufriría en estos tiempos una devastadora epidemia, un enemigo común a todos los contendientes de las guerras hasta tiempos modernos dadas las pésimas condiciones higiénico-sanitarias en que se desarrollaban las campañas. No obstante, y aprovechando su supremacía naval, los atenienses lograron asegurar sus rutas comerciales y dificultar las de los peloponesios, ora hostigando su más deficiente marina, ora con desembarcos calculados que asolaban sus campos de labranza. Agotadas, ambas ciudades-estado terminarán firmando la Paz de Nicias (421 a. C.).

La segunda fase de esta larga conflagración supuso un completo fiasco para los atenienses, que se aventuraron a una arriesgada empresa en Sicilia con el fin de someter Siracusa, la mayor ciudad griega del Mediterráneo central (415-413 a. C.) Aunque el objetivo estratégico era interesante, pues el control de esta gran isla siempre ha sido fundamental dados sus recursos y privilegiada situación, Atenas subestimó a sus enemigos y no atendió las complicaciones logísticas de una campaña tan lejana de sus bases de operaciones. Ello ayudó a que Esparta pasara de nuevo a la ofensiva en el Ática, estableciendo una guarnición permanente en la región e imponiéndose en la Grecia central, con un férreo dominio que le granjearía, sin embargo, la impopularidad entre muchas ciudades.

Durante todo este tiempo la Hélade se debilita enormemente, lo que favorece la reaparición de la amenaza persa: la caída de nuevo de las ciudades de Asia Menor bajo su influencia favorece el resurgimiento de este imperio como árbitro de la situación; los persas financian una flota espartana que vence a la ateniense en la batalla naval de Egospótamos. En esta tercera fase, o guerra de Decelia (413-404 a. C.), la potencia terrestre se hace por tanto marinera…, solo para volver a su estrategia continental cuando su general Lisandro ocupe Atenas. Ambos contrincantes y sus respectivas zonas de influencia terminaban en cualquier caso este ciclo de tres guerras completamente exhaustos, por lo que es difícil hablar de un vencedor claro en el sentido de imponer de forma duradera una única potencia hegemónica. Porque si las guerras defensivas contra los persas habían propiciado un renacer de toda Grecia y exacerbado un sentir «nacional», las guerras civiles —y las del Peloponeso lo fueron— se mostraron demoledoras, beneficiosas solo para potencias externas, que veían debilitarse el poder heleno. Por otro lado, ciudades que hasta la fecha habían desempeñado un papel relativamente menor, se erigen aunque sea de forma transitoria en estados relevantes. Es el caso de Tebas, situada estratégicamente para taponar bien la región de Atenas, bien el istmo de Corinto y los accesos al Peloponeso.

Tebas resultará vencedora de Esparta en la batalla de Leuctra (371 a. C.) gracias al genio de Epaminondas. Este estratego refuerza la caballería y la infantería ligera, dejando la falange convencional —más pesada— como yunque y convirtiendo al conjunto en un instrumento ofensivo y versátil. Su despliegue en «orden oblicuo» supone toda una revolución táctica que le permite aplicar el principio de ser más fuerte que el enemigo en su punto más débil: aquí nace en el más amplio sentido de la expresión el arte militar operativo o de la maniobra. Dicho orden, que no debe confundirse con diagonal, permite pasar del choque frontal a otro que tantee la formación contraria para localizar sus puntos vulnerables, momento en que el general puede ordenar a sus tropas atacar en masa precisamente por ese lugar, abrir brecha y explotar el éxito. Ello supone operar al menos con dos cuerpos, el que inicia el combate y una reserva, lo que facilita la dosificación de esfuerzos siguiendo las vicisitudes de la lucha y la coordinación. El jefe ya no es solo un caudillo heroico que pelea en vanguardia sino una cabeza pensante que todo lo ve, y el concepto de escalonamiento pasa a ser fundamental, pues quien no tiene reservas no tiene el control de la situación, no está en disposición de ejercer el mando con holgura adelantándose a los acontecimientos en lugar de ser arrastrado por ellos. El núcleo decisivo estaba formado en el caso tebano por el contingente sagrado, «un batallón cimentado por la amistad basada en el amor [que] nunca se romperá y es invencible; ya que los amantes, avergonzados de no ser dignos ante la vista de sus amados, deseosos se arrojan al peligro para el alivio de unos y otros » (Plutarco).

Pero sería un reino excéntrico, vigoroso y sabiamente gobernado en sus ánimos expansionistas por una aristocracia guerrera, aprovechando y mejorando toda la suma de experiencias bélicas vistas hasta el momento, el que sacaría mayor provecho de la situación: Macedonia, inesperada unificadora de la Hélade y capaz de alumbrar un genio militar y político realmente único en la historia. Su nombre, Alejandro Magno.

Homo bellicus - изображение 10

Aunque pensamos que los movimientos históricos decisivos son fruto del quehacer de generaciones o del fluir de corrientes de largo aliento, lo cierto es que muy de vez en cuando irrumpen personalidades capaces de removerlo todo, auténticas fuerzas de la naturaleza, figuras que son a la vez signo de sus tiempos y promesa de los venideros, que ayudan a moldear. Alejandro fue, sin duda, el primero y acaso más importante de todos ellos. Su leyenda solo es superada por la historia de su vida y conquistas, así como por la genialidad de su concepción de la estrategia político-militar.

A mediados del siglo IV a. C. a la endémica atomización política de la Hélade se añade un factor que podemos deducir del apartado anterior: la antaño dorada Atenas, la heroica Esparta, incluso la floreciente Tebas están cansadas y aun se diría desmoralizadas, al borde del colapso: las luchas intestinas entre sus respectivas ligas tocan fondo en la batalla de Mantinea (362 a. C.), cuando los espartanos vuelven a ser derrotados por los tebanos, quienes sin embargo pierden en el encuentro al gran Epaminondas, dos factores que serán aprovechados por ese reino excéntrico que hasta el momento hemos visto siempre al margen, Macedonia. De origen pastoril y con capital en Pela, distintos gobernantes habían ido acrecentando su poder al combinar acciones comerciales para garantizarse la afluencia de todo tipo de recursos con medidas políticas, consolidando una nobleza basada en el mérito pero leal al poder real. Todo ello sin descuidar los factores culturales —reafirmará su helenismo al forzar su admisión en la selecta nómina de participantes en los sagrados Juegos Olímpicos— ni, por supuesto, los bélicos: sus ejércitos se van curtiendo en luchas que en principio solo buscan pacificar el interior del territorio y sus fronteras, destacando los soldados por su frugalidad y reciedumbre.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Homo bellicus»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Homo bellicus» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Homo bellicus»

Обсуждение, отзывы о книге «Homo bellicus» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x