Yuruparí — Jorge Ruíz Ardila
Focine
Gabo: sus guiones, sus ideas
Pedro Manuel Conde (1939-2012)
Los hermanos Charris Gallardo
Efraín Zagarra Insignares
La plástica en el Caribe
1980-1990 ¿La consolidación?
Luis E. Arocha y Jorge Ruíz Ardila
Farnofelia currambera (1984)
Locaciones región Caribe colombiana
Largometrajes filmados en Cartagena de Indias
La Cinemateca del Caribe
Tragicomedia costeña
Cineastas caribeños de la década
Luis Fernando ‘Pacho’ Bottía
Heriberto Fiorillo
Los elegidos (Sergio Soloviev, 1984)
Diógenes (Diobeth) Guerra
Enrique Ortiga Pareja
Juan Carlos Ensuncho de la Bárcena
Caribeños, cineastas por una vez
Gabriel García Márquez en los años ochenta
Los cuentos del Capitán (1982)
El río Magdalena en el cine
Un canal regional para el cine
Años noventa y la nueva generación del siglo XXI
Normas de regulación cinematográfica
Entidades mixtas de fomento y conservación
Ernesto McCausland Sojo
Taller de guiones de Gabriel García Márquez
Mujeres cineastas del Caribe colombiano: Martha Yances Peña, Lila Campanella Monsalvo, Margarita McCausland, Sara Harb Said, Jessica Grossman, Tatiana Villacob Meléndez
Festivales de cine del Caribe
La nueva ley de cine
Cineastas del Caribe colombiano: Francisco González Rosales, Erlin Salgado, Alessandro Basile, La esquina del cine, Iván Wild, Roberto Flores Prieto, Antonio Merlano, Juan Manuel Buelvas, Reynaldo Sagbini, Jorge Cadena, David David Celedón, Armando Bolaños Rangel, Juan Camilo Olmos Feris, Alberto Marenco y Rafael Martínez Moreno
Colectivo de Comunicaciones Montes de María Línea 21
Otros cineastas del Caribe: Martha Noss, Nina Paola Marín Díaz, Laura Morales Guerrero, Mariana Stand, Adriana Lucía, Tatiana Villacob Meléndez e y Amado Villafaña Chaparro (cineasta arhuaco)
Jóvenes cineastas caribeños: Los sonidistas
La animación en el Caribe colombiano
Ciro Guerra
Epílogo
Bibliografía
Bibliografía suplementaria
“Dedicado a aquellos pioneros del cine, quienes sufrieron y lucharon tanto como nosotros”.
Gonzalo Restrepo Sánchez
“Cuando apareció el cine, este ya existía desde siempre, no como una máquina de invención de la técnica, sino como cinema”.
Serge Daney Oliveira –crítico de cine–
A mi hijo Alfonso Enrique (por los datos magdalenenses), ‘Juancho’ de Biase y su esposa Connie, Julio Charris Gallardo, Ricardo Cifuentes Caballero, Sara Harb Said, Roxana Castillo Pacheco, Jaime Muvdi Abufhele, Alfredo De la Espriella, Pedro M. Conde Santos, Edgar Rey Sinning, los hnos. Carlos y Armando Ordóñez Vives, Rito Alberto Torres, Patrimonio Fílmico Colombiano, Laura Morales Guerrero (directora del Programa de Cine y Audiovisuales de la Facultad de Humanidades de la Universidad del Magdalena), dr. Jorge Elías-Caro, escritor Clinton Ramírez (por sus observaciones), Ernesto Galvis Lista (Vicerrector de Investigación) y el dr. Pablo Vera Salazar (rector de la Universidad del Magdalena).
Habiendo escogiendo las ciudades de Barranquilla, Cartagena de Indias, Santa Marta y Ciénaga, este texto, en su condición de instrumento de compilación toma e indaga cada década, a partir de 1897, cuando llega por primera vez el vitascopio —un proyector de cine— al Puerto de Colón, en Panamá, por entonces territorio colombiano, hasta el año 2018. A lo largo de este periodo, se escrutan las intenciones de todos aquellos caribeños que se pusieron detrás de una cámara, tuvieron algún tipo de experiencia en la industria del cine y proyectaron una evolución histórica en el campo del arte cinematrográfico —proyecciones, salas de cine, festivales, etc.—; siendo constructores de identidad y nación, en medio de las diferentes condiciones sociales y políticas del país.
Algunas acotaciones demasiado lacónicas sobre cineastas casi desconocidos o sobre temas no muy visibilizados, que se encuentran dispersos a lo largo de este texto, se deben al hecho de que, en algunos casos no existe en las ciudades seleccionadas y otros lugares de la región Caribe colombiana algún tipo de memoria audiovisual al respecto. Además, antes de la aparición de la Fundación Cinemateca del Caribe (con la necesidad de consolidarse aún más para el estudio del cine de la región y demandar así, un cambio de percepción de nuestra propia realidad), las convocatorias regionales para debatir y compilar el cine de la región son inexistentes.
Sin ir a contracorriente, al evocar el texto ¿Qué es una buena película? (2002) de Laurent Jullier, abraza la observación y la necesidad de insistir sobre el hecho de que los cineastas del Caribe colombiano rodaron muy poco, durante un largo periodo de tiempo, y que poco a poco algunos temas de interés fueron llevados al celuloide (y al video, a partir de su advenimiento) sin aspaviento, aunque con poco compromiso —quizás— con la construcción social de la creación cinematográfica.
Si el nacimiento del cine está íntimamente ligado a un reflejo inmediato de la realidad cotidiana, de acuerdo con este argumento el nacimiento del Programa de Cine de la Universidad del Magdalena, en su relación con la región, sería su fiel reflejo. “La persona, en cuanto que puede ser un objeto para sí, es esencialmente una estructura social y surge en la experiencia social” (Mead, Morris, Germani y Mazía, 1982, p. 172).
El autor
“No es la vida sino su sombra, no es el movimiento pero sí su espectro mudo”.
Máximo Gorki
1897 Llegada del cine a Colombia
Jorge Nieto (1943-2012) y Rojas coinciden historiográficamente sobre al advenimiento del cine en Colombia. Al respecto, Rojas (1997) afirma:
[…] el 13 de Abril de 1897 la compañía de Balabrega llega en el vapor Str. Holstia, procedente de Jamaica, al Puerto de Colón en Panamá, entonces territorio colombiano. En esa ocasión el Vitascopio era la atracción principal [un proyector de 45 imágenes por segundo] […] La primera función tuvo lugar el miércoles 14 de abril de 1897 a las ocho de la noche (p.4).
Es pertinente recordar por aquellas fechas cómo a raíz del fallecimiento del presidente cartagenero Rafael Núñez le sucede —por su condición de vicepresidente— Miguel Antonio Caro. Cuando Panamá (descubierta por Rodrigo de Bastidas) se declara independiente del gobierno español, libremente se adhiere a la Constitución de Cúcuta de 1821. En tal declaración se pacta que los territorios de las provincias del istmo de Panamá pertenecen al estado republicano de Colombia.
Si el historiador colombiano Enrique Gaviria Liévano explica que, con base en esa proclamación, era innegable que el pueblo panameño no expresara de entrada su interés por permanecer soberano e independiente aspirara era seguir formando parte de Colombia, igual que en la Nueva Granada, entonces sepuede formular, sin temor alguno, que el lugar donde se origina por primera vez una experiencia de tipo cinematográfico en Colombia es en su región Caribe; y es que dos meses más tarde —y también por Panamá— llegaría el francés Gabriel Antoine Veyre con su cinematógrafo. Un joven del sur de Lyon y estudiante de farmacia, quien, a cargo de su madre y hermanos tras la muerte de su padre en 1802, decide ser camarógrafo de los Lumière y viajar a América.
Gabriel Antoine Veyre (Septème, Francia 1871–Marruecos 1936) fue cineasta, fotógrafo y operador del cinematógrafo con los hermanos Lumière. Fundamentalmente es conocido por su trabajo en México y se le considera pionero de la cinematografía de ese país, de Indochina y Marruecos. Durante su estancia en México, Veyre rodó cerca de 35 «vistas», muchas de las cuales se conservan en los archivos Lumière de la Cinemateca Francesa. Los académicos e historiadores del cine mexicano consideran que los cortometrajes del francés: Desayuno de indios (1896) y El canal de la Viga (1896) representan una parte de ese México socialmente diferente de la época.
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