1 ...6 7 8 10 11 12 ...18 Además de tales problemáticas, vinculadas a las tradiciones colonialistas y letradas que atraviesan las condiciones de fundación de los archivos mencionados, otras se vinculan con la reciente incorporación de las tecnologías digitales en la gestión de los archivos (ver volumen 2, Los archivos y su transformación digital). La digitalización se realiza por múltiples razones, siendo una de las principales la promesa democratizadora que estas tecnologías traen en materia de accesibilidad (Göbel & Chicote, 2017). Por un lado, la creciente digitalización de material que emprenden archivos de investigación institucionales de hecho facilita, agiliza y hace más rápida la búsqueda y acceso a material ubicado en locaciones distantes, además de relacionar documentos de forma cruzada. Aunque los museos en muchas partes del mundo, si bien con recursos diferenciados, realizan esfuerzos por hacer sus materiales accesibles al gran público, las búsquedas por Internet no conducen directamente a sus plataformas digitales. Una razón es que sus diseños restringen el acceso a estas plataformas más bien a un público especializado y conocedor de la existencia de las instituciones que albergan estos materiales (Cánepa, 2018; Reyes, en este volumen). En el caso de los archivos institucionales, la mayor accesibilidad a los materaliales es entonces un asunto complejo que demanda la superación de una variedad de brechas que comprometen recursos económicos para desplazarse; la familiaridad y el manejo de procedimientos burocráticos; el dominio de las capacidades asociadas al uso de las tecnologías digitales y del idioma en el cual las plataformas son administradas o fueron redactados sus documentos; y la disponibilidad de recursos tecnológicos. Asimismo, en los archivos se toman decisiones respecto a qué puede o debe ser digitalizado y puesto en circulación, siguiendo criterios de viabilidad económica y tecnológica, así como consideraciones relativas a derechos de propiedad intelectual.
En las contribuciones que aportan a esta discusión, y que reseñamos en esta sección, se discuten el archivo fotográfico de la municipalidad de Huanca Sancos, Ayacucho, y el archivo etnográfico de dos investigadoras; la página de Facebook Saúl Cantoral vive. Continuamos tu lucha, multiplicamos tu ejemplo, y un archivo digital interactivo imaginado sobre el documental peruano. Alonso Quinteros y Victor César Ybazeta (en este volumen) discuten hasta qué punto las tecnologías digitales ofrecen nuevas oportunidades y una accesibilidad más democrática allí donde se observan condiciones adversas para las prácticas ciudadanas y su acceso al patrimonio cultural en el Perú (ver también La Serna, en este volumen). Quinteros identifica como condiciones adversas para la puesta en valor del acervo del cine documental peruano una alta dispersión de los materiales, marcos institucionales frágiles: recursos escasos, ausencia de políticas de preservación y falta de investigaciones que hagan uso de los fondos o que promuevan la formación de nuevas colecciones. Él menciona que las tecnologías digitales crean la falsa impresión de que no se requiere de iniciativas institucionales centralizadas para archivar la producción documental contemporánea, porque los usuarios parten del supuesto de que todo está disponible en versión digital en Internet. Ante tales circunstancias y descuido, el autor considera que la inexistencia de un proyecto archivístico dedicado al documental peruano constituye un problema. Siguiendo la recomendación de la UNESCO de «propiciar la diversidad cultural en ámbitos de los medios audiovisuales y el patrimonio audiovisual», Quinteros propone el uso de la propia tecnología digital para imaginar la creación de un archivo inclusivo y diverso, con respecto a los contenidos, la accesibilidad y sus contextos interpretativos. En relación con el uso de tecnologías digitales, además de garantizar un acceso diversificado, se trata de ampliar los horizontes interpretativos a través del diseño de una «plataforma web interactiva, que recoja algunas de las pocas iniciativas ya existentes en el país», pero, sobre todo, que operen «como herramientas, módulos de enseñanza y materiales de discusión para una diversidad de temáticas sociales, que podrían ser utilizados dentro de un amplio espectro de campos disciplinarios y docencia, tanto desde las propias ciencias sociales y humanidades en universidades hasta la enseñanza y discusión en aulas escolares». La relación entre patrimonio audiovisual y tecnología digital está pensada más allá de las facilidades de acceso que pueda ofrecer. La propuesta consiste en potenciar los usos y colaboraciones posibles. La invitación es a imaginar un archivo del futuro (ver la sección correspondiente en el volumen 2), que reemplaza las pretensiones de totalidad y experticia del archivo moderno por los valores de la diversidad y la participación.
Por otro lado, existen iniciativas privadas que crean archivos en las redes sociales y surgen sobre la base de las oportunidades que estas ofrecen motivadas por fines culturales, comerciales y/o políticos. Ellas construyen accesibilidad y se abren camino a la democratización del conocimiento de otras maneras. La accesibilidad y participación mediadas por las tecnologías digitales permiten trascender la idea del archivo como «edificio» donde se albergan documentos, y abrirse a la posibilidad del archivo como un dispositivo performativo que invita a la acción participativa a gran escala. Al revisar los archivos institucionales sobre el líder minero Saúl Cantoral Huamaní en el contexto de producción de un documental sobre el movimiento sindical minero a fines del primer gobierno aprista (1985-1990), Víctor Ybazeta descubrió las cualidades específicas de una página web. En su búsqueda de material para la edición de su documental La marcha de Cantoral, encuentra una plataforma digital que selecciona, guarda y distribuye materiales importantes que en gran parte no se encuentran en archivos institucionales. La página de Facebook Saúl Cantoral vive. Continuamos tu lucha, multiplicamos tu ejemplo es administrada desde 2014 por las hijas del líder minero asesinado en 1989. Se trata de un archivo de las redes sociales donde se registran y difunden, de forma simultánea, «conmemoraciones en espacios públicos, las marchas de homenaje y un sinnúmero de muestras al recuerdo de Cantoral», en el marco de una política de memoria y agenda de lucha por justicia. Este argumento coincide con lo elaborado por Figueroa (2018) en su investigación sobre los familiares de las víctimas del terror de Estado durante el conflicto armado interno en las décadas de 1980 y 1990, y su activismo en el marco de una política de reparaciones. En otras palabras, eventos conmemorativos, registro y difusión ocurren en simultáneo y de forma pública, de modo que activismo y archivo se constituyen mutuamente.
A diferencia de la investigación que se hace en un archivo institucional, y que Ybazeta considera distante y segura, la consulta del archivo de la página web tuvo la fuerza de interpelarlo y de implicarlo como «asistente permanente de un proceso penal en marcha y de conocer cara a cara a los y las protagonistas del caso». Estos archivos emergentes brindan a nuestro entender una suerte de «accesibilidad performativa», de forma tal que el solo hecho de visitar su página constituye ya un acto de creación e interpretación, es decir, de intervención y activación del archivo que esta contiene. Las visitas virtuales movilizaron a Ybazeta a crear su propio archivo a partir de las grabaciones y anotaciones de las audiencias. El actor digital como archivero reta la institucionalidad y centralización de los archivos públicos y privados, así como la autoridad de sus voces expertas. Siguiendo a Ybazeta, este no solo puede otorgar el estatus de archivables a documentos poco convencionales como, por ejemplo, registros de la vida cotidiana, sino que, al incluir, además de estos documentos, los comentarios y testimonios de usuarios, pone incluso en cuestión el conjunto de información que presentan plataformas digitales institucionales como el archivo audiovisual de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR). La pugna por reconocer como archivables una serie de manifestaciones culturales emergentes genera tensiones. Este asunto también lo discute Quinteros cuando imagina un archivo del documental peruano que debiera contemplar, más allá de las miradas del documental, las de los registros domésticos y materiales afines como objetos de consumo cultural igualmente dignos de archivarse.
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