TEATRO EXPANDIDO EN EL DI TELLA
Epicentro de la avanzada artística argentina de los años 60, el Instituto Di Tella ocupa un lugar destacado en el campo teatral argentino del período. Teatro que busca renovar sus formas tradicionales. Escena que expande sus límites disciplinares para acercarse a la danza, la música, la performance, el audiovisual, los medios de comunicación, las tecnologías y la cultura de masas. Espectáculo como noción que permite, finalmente, aproximarse a los procesos de modernización cultural de la época. De este modo, las fronteras teatrales se vuelven porosas y la sala del Di Tella se transforma en territorio de intercambio de experiencias estéticas diversas y en caja de resonancia de los debates por la legitimidad y el sentido de las representaciones. A partir de los archivos y las memorias institucionales, de las páginas de medios periodísticos como Primera Plana y de la reconstrucción de espectáculos, happenings, proyectos e intervenciones artísticas, este libro realiza un aporte original a los estudios del teatro argentino del siglo XX, que permite ampliar y profundizar los conocimientos de uno de los capítulos más destacados de su historia.
María Fernanda Pinta. Es doctora en Historia y Teoría de las Artes por la Universidad de Buenos Aires. Es docente e investigadora en la carrera de Artes de la Facultad de Filosofía y Letras de la misma universidad, becaria posdoctoral del Conicet, secretaria de telondefondo. Revista de Teoría y Crítica Teatral y miembro del consejo directivo de la Asociación Argentina de Investigación y Crítica Teatral.
MARÍA FERNANDA PINTA
TEATRO EXPANDIDO EN EL DI TELLA
La escena experimental argentina en los años 60
A Federico, Margarita y Antonio,
mis más queridos afectos.
Mi agradecimiento a todos aquellos que me brindaron su apoyo, afecto y colaboración. A Beatriz Trastoy, cuya generosa dirección de tesis ha sido un estímulo fundamental para este trabajo. A Marita Soto, Perla Zayas de Lima y Pablo Moro Rodríguez, miembros del jurado de evaluación de la tesis, por sus atentas lecturas y alentadores dictámenes. A Alejandra Plaza, Verónica Cánepa y el equipo de la Biblioteca de la Universidad Torcuato Di Tella, por su cooperación institucional. A Marina Sikora, Araceli Arreche, Federico Baeza, Margarita Silva, Antonio Pinta y Darío Steimberg, por sus valiosas contribuciones a este trabajo.
En las últimas décadas, los estudios teatrales han reflexionado acerca de un conjunto de tendencias escénicas que, con antecedentes en la década del 60 y hasta la actualidad, ponen en crisis la noción de representación dramática como instancia fundacional del teatro occidental moderno. Dichas tendencias impugnan la jerarquía del texto dramático como garante de sentido, así como la ilusión referencial (o efecto de realidad) de la tradición mimética, y ofrecen nuevos desafíos teóricos para los estudios teatrales contemporáneos.
En el caso argentino, la escena teatral de los años 60 se ve renovada con diferentes experiencias artísticas que apuntan, en su conjunto, a aquel cuestionamiento del paradigma teatral dramático. Agrupadas en el Centro de Experimentación Audiovisual (CEA) del Instituto Torcuato Di Tella, los distintos proyectos artísticos encuentran en esta institución cultural un importante apoyo para su desarrollo, así como un especial interés en la divulgación de las actividades artísticas modernas a nivel local e internacional. Asimismo, el intercambio permanente con los otros dos centros de artes de la institución (el Centro de Artes Visuales, CAV, y el Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales, CLAEM), así como con el Laboratorio de Música Electrónica y los departamentos de Gráfica y Fotografía, contribuye a enriquecer las experiencias escénicas.
El interés y la originalidad de esta investigación se asientan en un trabajo de revisión y renovación de los fundamentos, las categorías y los enfoques de los estudios teatrales argentinos tomando como objeto de investigación a lo que hemos denominado programa de experimentación audiovisual Di Tella y las tendencias escénicas allí desarrolladas. Para ello nos proponemos analizar los discursos de los artistas, de la crítica, de las historias del teatro sobre el período y de la propia institución, desde una perspectiva doble y complementaria: por un lado, la que atañe a sus condiciones de producción y, por otro, sus condiciones de reconocimiento, o sea, las diferentes lecturas sobre aquellas discursividades. Se apunta a reconstruir los procesos sociales de significación (sincrónicos y diacrónicos) en torno a aquel programa de experimentación y dimensionar, de esta manera, las reflexiones históricas y críticas de la escena argentina, teniendo en cuenta no sólo la pluralidad de abordajes teóricos, su complementariedad y disenso, sino también una actualización que permita una apreciación más profunda y abarcadora del fenómeno teatral contemporáneo.
El presente trabajo constituye una versión revisada de la tesis de doctorado defendida en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires en marzo de 2011. La investigación y su actual publicación han contado con el apoyo de la Universidad de Buenos Aires, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), el Fondo Nacional de las Artes y Proteatro.
El teatro argentino de la década del 60 ha sido estudiado como la continuidad de una larga tradición, la del teatro independiente , que tiene sus orígenes en la década del 30 (Castagnino, 1968; Ordaz, [1971] 1999a, [1979-1982] 1999b; Tirri, 1973; King [1985] 2007; Pellettieri, 1989, 1997a, 2003). Se establecen paralelismos en lo que respecta a la organización de la actividad teatral (la conformación de grupos y escuelas, la recepción de la literatura dramática europea y norteamericana, etc.), así como a la causalidad de factores estéticos (la tendencia naturalista-realista) y factores sociales, políticos y culturales (modernizaciones de 1930 y de 1960, repercusión del peronismo en la escena cultural argentina a partir de 1940). El punto inicial de la mirada teatral sobre el peronismo se localiza a fines de la década del 40 en El puente 1 y encuentra su punto de giro a principios de la década del 70 con El avión negro . 2
El teatro independiente había trabajado ante todo dentro de un marco realista-naturalista, aunque hacía concesiones a otras formas teatrales con reposiciones de obras anteriores en la tradición del grotesco. Sin embargo, después de 1955 el teatro moderno se asimiló cada vez más al realismo, con exclusión de otras formas. A fines de los años 50 una generación de jóvenes dramaturgos empezó a interpretar la sociedad argentina utilizando pautas realistas o naturalistas. Uno de los precursores de este grupo, como hemos mencionado, fue Carlos Gorostiza, cuya obra El puente (1948) prestó atención a los cambios sociales producidos por el peronismo. Su ejemplo fue seguido una década más tarde, por Roberto Cossa, Germán Rozenmacher, Ricardo Halac, Carlos Somigliana, Ricardo Talesnik y Sergio de Checco, interesados en explorar los problemas políticos y sociales argentinos a través de las formas del drama naturalista-realista. (King [1985] 2007: 56-57)
Néstor Tirri (1973: 89-90) agrega que la aparición del peronismo en el teatro no interesa en cuanto asunto al que se hace referencia, sino en cuanto a “los resultados de una transformación social: el surgimiento de la clase media”, cuyo recorrido puede verse desde los muchachos de El puente (hijos de trabajadores y pequeños comerciantes), hasta los “desorientados jóvenes de clase media” que diez años después aparecen en Nuestro fin de semana , 3 Estela de madrugada , 4 La fiaca 5 y ¿A qué jugamos? 6 como “despojos de un proceso no acabado”.
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