En tanto la teoría de la represión se hubo tornado insuficiente, la compulsión de repetición sugería esconder un propósito que, al margen de inconsciente, se revelaba como indiscernible. Los enfermos “de destino” eran el ejemplo de dicha fatalidad.
La hipótesis de la compulsión de repetición puso en crisis a la primera tópica, pero también devino garante de su renovación.
En tal ámbito metafórico, las resistencias resultan defensoras de los intereses de cada instancia frente al asedio de los { Schema } . La huida del yo, el ataque del superyó y el reclutamiento del ello componen al individuum, campo de litigio de la especie.
Propiedades de la compulsión de repetición
La compulsión de repetición es uno de los factores de la psiquis menos esclarecidos. La intuición que llevó a Freud a caracterizarla como “demoníaca”, señaliza sus propiedades más destacables. Las mismas son: su ubicuidad, su capacidad de pasar inadvertida, y su poder . Lo impersonalizable, en suma.
En cuanto a su ubicuidad: participa en distinta medida en todo acto psíquico.
Su “invisibilidad” se debe a su marginación, distanciamiento y discriminación del Yo. Como sustituto denigrado de la represión, carece de la orientación que depende del principio placer-displacer, y desconoce la existencia del objeto. Dicha mutilación explica las sustituciones insólitas de las adicciones consecuentes a una frustración libidinal: la pérdida de un objeto de investidura sustituIdo; por ejemplo, por la ingesta de alcohol o sustancias.
Los alcances de su poder son inversamente proporcionales a la posibilidad de su descubrimiento: cuanto menos se la denota, mayor es su eficacia.
Aunque reconocida muchas veces por Freud en su función de causa, también se le aparece como efecto. Tal la compulsión de repetición como escena que se reproduce (caso Emmy Von N.) y que manifiesta el resultado siempre singular de cómo cada Yo se opone a la atracción de los arquetipos inconscientes.
La compulsión de repetición es el componente universal de toda pulsión. Sus manifestaciones parecen reflejar el anhelo de retorno de lo pulsional al soma del que se ha desprendido y la tenacidad del querer alcanzar –subrogados del mismo– expresado por su perentoriedad.
Su empeño es transformar su rango virtual en rango real, cobrar forma perceptible.
Acciona imponiendo al vivenciar individual el esquema filogenético.
Se evidencia siempre como un desenlace; el resultado de las tensiones entre la necesidad del ello, el domeñamiento siempre parcial del yo y la inconsciencia de culpa y condena por parte del superyó.
Para la especie, representa garantía de continuidad.
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Repetición - Resistencia de lo inconsciente - Esquemas filogenéticos - Demoníaca.
13Freud, S. (1905). El chiste y su relación con lo inconsciente, O.C., AE, Vol. VIII, p. 123.
14Freud, S. (1914). Recordar, repetir, reelaborar, O.C., AE, Vol. XII, p. 152.
15Freud, S. (1919). Lo ominoso, O.C., AE, Vol. XVII, p. 236.
16Freud, S. (1919). Lo ominoso, O.C., AE, Vol. XVII, p. 238.
17Freud, S. (1914). Recordar, repetir, reelaborar, O.C., AE, Vol. XII, p. 152.
18No una representación en función de contrainvestidura (N. del A.)
19Compulsión a larepetición.
20Compulsión derepetición. Traducción directa del alemán en Amorrortu.
21En apariencia, el concepto sufrió una serie de mutaciones que lo llevaron desde consignar una actitud del paciente en análisis hasta la descripción del modo en que el ello no cesa de imperar en el yo. En el trayecto aludió a una forma de ahorrar gasto psíquico, al silencio y a la viscosidad de la libido. Además de ser considerada un carácter de la vida orgánica, la compulsión de repetición resulta secreta protagonista en la reproducción del trauma. Develada su ubicuidad, dejará al descubierto tanto el lazo de sangre con lo demoníaco como su subversión a la ley del placer.
22“ Actually the original idea expresses a patient in analysis attitude, which appears as a consequence of treatment. This compulsion will conform an acting instead of thinking .”
23Freud, S. (1919). Lo ominoso, O.C., AE, Vol. XVIII.
24Cabe subrayar que lo que se instaura no es una “tendencia que obliga al Yo a repetir” sino una compulsión que el Yo reconoce en su insistencia, que –en suma– siente que se le vuelve a imponer displacenteramente. (N. del A.)
Capítulo 4
Punto de partida: la necesidad
de reelaboración
{ Durcharbeiten }
LAS RESISTENCIAS DEL YO.
LAS RESISTENCIAS DEL ELLO.
“tras cancelar la resistencia yoica, es preciso superar todavía el poder de la compulsión de repetición...” 25“En cuanto a la cuarta clase, la [resistencia] del ello 26, acabamos de hacerla responsable de la necesidad de reelaboración…” 27
Indiscutible el lazo de sangre inaugurado doce años antes, cuando el paciente de Freud se recostaba y guardaba silencio.
“el médico había olvidado que nombrar la resistencia no puede producir su cese inmediato. Es preciso dar tiempo al enfermo para enfrascarse en la resistencia no consabida para él para reelaborarla {Durcharbeiten }, 28vencerla prosiguiendo el trabajo en desafío a ella y obedeciendo a la regla analítica fundamental.” 29
Nombrar la resistencia no afectaba más que al componente yoico de la resistencia, su revestimiento libidinal. En su entraña, la atracción del ello desafiaba el ensalmo de la palabra con la fuerza antigua del arquetipo trágico. Un Freud desconcertado y vacilante prefiere atribuirle la responsabilidad de este enfrentamiento decisivo al paciente, como si estuviera en manos del mismo (y no del analista) lidiar con aquello suyo/propio –pero al margen de su yo– “que lo puede”.
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