Elicura Chihuailaf - La vida es una nube azul
Здесь есть возможность читать онлайн «Elicura Chihuailaf - La vida es una nube azul» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:La vida es una nube azul
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:4 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 80
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
La vida es una nube azul: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La vida es una nube azul»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
La vida es una nube azul — читать онлайн ознакомительный отрывок
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La vida es una nube azul», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
Las noches de más oscura oscuridad, desde el entorno de nuestra ruka o desde el ventanal del segundo piso de nuestra Casa Azul, solíamos atisbar la aparición de la Anchimallen / Antv Malen la Niña del Sol, que es una luz como llama de fuego (semejante a un fuego fatuo); una niña que salta, que juega, que va y viene recorriendo un área bien definida a orillas de un bosquecillo en el bajo de nuestra colina. Se dejaba ver sobre todo en noches de verano, pero también en noches de invierno sin lluvia, para después de un rato adentrarse en la arboleda (¿sabrá que los niños la seguimos aguardando?)
No sé a qué hora de la noche pasábamos desde la ruka a la Casa Azul a dormir; aunque desde mediados de la primavera, y sobre todo en el transcurso del verano, era frecuente que mis abuelos y nosotros o toda la familia se quedara disfrutando de la calidez del fogón, sobre los mullidos / cardados cueros de ovejas. Arrullados nosotros por el murmullo de la conversación
Nuestros padres nos habían contado que mi abuelo y mi abuela tuvieron una ruka a orillas del estero al que a veces íbamos a buscar el agua. Nosotros no la conocimos. La única evidencia visible de ella es el álamo que aún amarillea junto a un bosque de walles y canelos. Digo la única huella porque de tanto escuchar el relato acerca de esa antigua ruka y de la costumbre en nuestra cultura de que cuando se abandona una casa se dejan también allí todos los utensilios que pertenecieron a ella: platos, ollas, jarros, cucharas, cántaros…, nos despertó la curiosidad de constatarlo en el lado observable de la realidad. Ir de lo imaginado a lo visible
Tiempo de pensarlo y repensarlo Carlitos y yo acordamos pedir permiso a la tierra del lugar, y anhelantes nos dimos a la tarea de hacer pequeñas excavaciones y en el terreno blando enterrar aguzados coligües en repetidos intentos de tocar los objetos que estarían allí. Fue así como
–casi sin sorprendernos, por la casi certeza de lo anunciado– encontramos algunos de ellos: pequeños cántaros, platos de greda y de madera, y cucharas. Cuando se las llevamos a nuestros padres nos lo hicieron devolver todo de inmediato a su lugar, junto con la justa reprimenda que nos recordó el respeto a nuestras costumbres (la ternura también a veces duele). Creo que ese hallazgo, que nos dejó –en definitiva– muy impresionados, fue una revelación de lo visible e invisible, lo concreto y lo imaginado que habita en la Palabra
Es verdad. Una casa, una bandera, un amor, un hijo / hija, una nota musical, un movimiento, un objeto, un número…, existe primero en la Palabra que aprehendemos de la naturaleza, de su finito e infinito. La Palabra que aprendemos en el arte del Nvtram / de la Nvtramkan, del Conversar / de la Conversación; arte que se evidencia en la capacidad de Escuchar, que es lo más difícil de aprender, sigue diciendo nuestra gente. La Palabra Poética que no es artilugio y, por lo mismo, no es verso necesariamente sino –ni más ni menos– la permanente búsqueda de lo mejor que habita en la dualidad que somos. Por eso, nos dicen: ¿de qué sirve nombrar la Palabra Poética si no es para convertirla en una manera de vivir?
Llueve. Llueve copiosamente en estos días en que se aproxima el solsticio de invierno y con él nuestro We Tripantv Año Nuevo, mientras las Pléyades navegan regresando o –más probablemente– han recalado en su lugar de luz en el firmamento... Me emociona el sonido de la lluvia sobre el techo de la casa, su brillo sobre las hojas de los árboles, sobre los pastos y los caminos. Aunque los inviernos se van tornando cada vez más secos; el año pasado casi no llovió y hubo poquísima nieve en el sector en que está nuestra comunidad. Aumentan las plantaciones de eucaliptos y pinos que están secando las napas y, en consecuencia, las fuentes sobre las superficies aledañas a ellas. Plantaciones que han venido disminuyendo el caudal de los esteros, amenazando y dañando a nuestros bosques porque cortan el ciclo de la lluvia. La Forestal Mininco –junto a las forestales Arauco, Constitución y Valdivia, y otras que han devastado los suelos desde Santiago al sur– avanza también ahora por la superficie de la comuna de Cunco
La música de las palabras, gesto y sonido que nos regala nuestra Mapu Ñuke Madre Tierra –dice nuestra gente. En las palabras respira el canto del agua, del viento, de los pájaros, de los insectos, de los animales; el colorido y la danza de las flores, de los pastos, de los hongos, de los arbustos, de los árboles; sus aromas, sus formas, sus texturas que comparten –en el silencio y en la contemplación– las piedras y las personas, están diciendo nuestras Ancianas y nuestros Ancianos
6
La Casa Azul en que nací está situada en una colina, rodeada de hualles, un sauce, nogales, castaños, un aromo primaveral en invierno, un sol con dulzor a miel de ulmos, chilcos rodeados a su vez de picaflores que no sabíamos si eran realidad o visión: ¡tan efímeros! En invierno sentimos caer los robles partidos por los rayos. En los atardeceres salimos bajo la lluvia o los arreboles a buscar las ovejas (a veces tuvimos que llorar la muerte de algunas de ellas navegando sobre las aguas)
Con el consentimiento de mis abuelos, nos contó mi padre, pidió ayuda a los vecinos de la comunidad y pidió permiso al bosque para cortar algunos de sus robles apellinados que después llevaron en carretas troceras al aserradero de Cunco. Mi viejo querido, entonces un joven de veintitantos años, hijo del Lonko de Kechurewe, Juan Chihuailaf y de Rosinda Reumay, había acordado casarse con la que sería nuestra ñuke madre, Laura Nahuelpán, hija de Toribio Nahuelpán –Lonko de Liumalla (zona de Villarrica)– y de Pascuala Nahuelpán. El mafvn casamiento se celebró en la comunidad de Liumalla
Mis padres se conocieron en Temuco, en los años treinta, participando en la lucha organizacional de los estudiantes mapuche que tras varios encuentros y discusiones habían logrado conformar el Centro de Estudiantes Mapuche «Newentuaiñ» (Hagamos Fuerza Unidos), en el que mi padre fue elegido presidente y mi madre secretaria. Ambos, como todos los jóvenes y las jóvenes mapuche de esa época, habían salido al exilio de la ciudad siendo excepcionalmente bilingües algunos, como en el caso de mi madre (una de las esposas de mi cheche abuelo materno era española), o sin saber nada de castellano, como en el caso de mi padre, con todo el inimaginable sufrimiento que tuvieron que soportar –a pocos kilómetros de sus comunidades– en un otro país, clasista y excluyente (para no decir racista), como fue y sigue siendo este país aún llamado Chile
Ñi chaw mi padre –que había vuelto a Quechurehue convertido en profesor normalista, para trabajar en la escuela de la comunidad y quedarse a vivir con sus padres– había decidido construir una gran casa de madera, de piso y medio, contigua a la ruka de mis abuelos, la que unos cuantos años después se transformaría en una casa azul. Nuestra Casa Azul. No hubo rukatun trabajo comunitario en la construcción de una ruka, porque la técnica para erigir estas «modernas» edificaciones aún pocas personas mapuche la habían aprendido. Para esa hermosa tarea –nos dijo– contrató a un maestro chileno y a dos peñi (hermano mapuche) aprendices de maestros; y tuvo la ayuda de cuatro jóvenes de nuestra comunidad que deseaban conocer y aprender este oficio. Los gruesos y largos postes de la base (cada piso de la casa tiene ochenta metros cuadrados) fueron hechos a filo de hacha…, solía decir mi padre aún admirado de la destreza de los hombres que dieron forma a esos durmientes
Aparte de su amplitud, la casa era sencilla y austera, y se conserva casi igual en la actualidad. Tenía un gran comedor y tres dormitorios: el de mis abuelos, el de mis padres (que después cedieron a mi hermano Arauco, instalándose ellos en una pieza ubicada en el lado norte del segundo piso) y el que ocupaba nuestra tía María, hija de una de las esposas de mi abuelo. Por el lado sur había un corredor semicerrado –o semiabierto– en el que guardaban las monturas y aperos de las cabalgaduras, entre otras cosas. En el segundo piso había tres dormitorios y una sala de estar que nosotros llamábamos kintunentunwe mirador, porque tenía una ventana grande que llegaba hasta el piso, dividida en pequeños cuadrados con sus respectivos pequeños vidrios. Una vitrina maravillosa para ver la llegada o retirada del viento sobre la arboleda, y de la neblina, de la lluvia o del sol; o los días de tormenta eléctrica y las noches con luna y estrellas. Tenía también una ventana de similares características, aunque más pequeña, mirando hacia el sur; y estantes con libros y diarios amontonados en el piso. Era la sala que comunicaba con la escalera
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «La vida es una nube azul»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La vida es una nube azul» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «La vida es una nube azul» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.