IN SITU
EL CÁNCER COMO INJUSTICIA SOCIAL
Es la unidad esencial entre la vida biológica íntima y la vida social colectiva la que esconde la ciencia reduccionista y es, en cambio, el principio fundamental que se perfila en investigaciones como esta. He ahí el valor de esta exploración in situ de todo lo que sucede en la hermosa y también triste provincia de Entre Ríos, territorio donde una riqueza natural de fertilidad rebosante, con los suelos más productivos del planeta y la mayor disponibilidad de recursos hídricos termina convertido en escenario del cáncer y de otras derivaciones emparentadas, por obra y gracia de un sistema productivo voraz y miope, peligroso, en definitiva, para la vida humana y de los ecosistemas.
Este estudio es un esfuerzo de avanzada que se apoya en una concepción crítica del conocimiento epidemiológico, pero sin encaramarse en una torre de marfil elitista, sino entrelazándose con la perspectiva, la experiencia y la sabiduría popular que es, en definitiva, la sabiduría y experiencia de las víctimas. Por eso decimos que con esta exploración se amplía el horizonte de conocimiento sobre lo que verdaderamente sucede en Entre Ríos. Es, en definitiva, para la Argentina, un eslabón de una ciencia epidemiológica que se ha puesto a rodar junto con el “ángel de la bicicleta”. Es una toma de posta que recrea la voz de Claudio “Pocho” Lepratti, porque con ella podemos decir ahora: “No contaminen, no destruyan, no nos amenacen, pues aquí hay solo un pueblo llano y profundo, con sus pibes, que está viviendo y trabajando por ese otro mundo posible”.
Jaime Breilh
Natalia Luxardoes investigadora del Conicet en el Área Salud y Población del Instituto Gino Germani. Profesora en la carrera de Trabajo Social de la Universidad de Buenos Aires. Se dedica al desarrollo de investigaciones transdiciplinarias y colaborativas en los territorios, desde escalas de la indagación micro y centrada en poblaciones estigmatizadas y en contextos de vulnerabilidad y exclusión. Su línea de trabajo desde las últimas décadas versa sobre diferentes dimensiones relativas a las inequidades sociales, especialmente en salud.
Fernando Sassetties bioingeniero (Universidad nacional de Entre Ríos). Magíster en Gestión de Sistemas y Servicios de Salud (Universidad Nacional de Rosario) y doctor en Ingeniería (Universidad Nacional del Litoral). Es docente adjunto de “Organización de los Sistemas de Salud” de la carrera de Bioingenieria en la Facultad de Ingeniería (UNER). Participa como investigador en diversos proyectos liderados por Natalia Luxardo vinculados con el abordaje del cáncer en Argentina.
NATALIA LUXARDO - FERNANDO SASSETTI
editores
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EL CÁNCER COMO INJUSTICIA SOCIAL
Leandro Alva - Javier Billordo - Leila Passerino - Teresita Calzia - Ingrid Spessotti - Carlos Scotta - Julio César Bello - Marcel Kolvenbach - Giuliana Sanabria - Nélida Arnaldi - Daiana Retamar - Marcela Belardo - Mariana Bordes - Nicolás Rodríguez - Eugenia Wright - Mariano TreacyMiriam Correa - Priscila Pesoa - Nadia Lemos - Griselda Alzugaray - Norma Yacumini - Cristian Albornoz - Juana Albornoz - Nicolás Berberich - Cristian Cabrera - Carina Cabrera - Micaela Garcilano - Oscar Riquelme - Soledad Zapata - Luciana Sanabria - Stella Maris Ibarra - Guillermo Macias - Johana Barrio - Griselda Facello - Liliana Telatin - Paola Weinzettel - Cecilia Palermo - Francisco López - Moira O’Shee Birkinfield - Alejandro Noboa -Mariana Schmidt - Christine Holmberg y más...
Al Instituto Nacional del Cáncer, que fue el principal financiador, por apostar a este tipo de proyectos de ciencias sociales interdisciplinarias. A las universidades nacionales, porque sin su apoyo esta investigación no hubiera sido posible. A la Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Sociales (carrera de Trabajo Social) y a la Secretaría de Ciencia y Técnica porque, gracias a sus financiamientos parciales, pudimos “encender motores” y mantenernos a flote cuando nadie más nos apoyaba. A la Universidad Nacional de Entre Ríos, Facultad de Ingeniería, por el impulso que otorga a este tipo de proyectos conectados con las necesidades concretas locales y por el soporte logístico durante todo el proceso. Además, agradecemos a otras universidades nacionales que fueron el respaldo para investigadores que participaron: Universidad Nacional de Rafaela (UNRAF), Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP). Agradecemos a Diego Campana, Carolina Mera, Gabriel Gentile, Alejandra Morales, Pablo López y todas las personas de las universidades involucradas que nos apoyaron.
A los centros e institutos de investigación. Al Conicet, por su apuesta a una ciencia autónoma y comprometida con las realidades de su país, especialmente a Mario Pecheny y a los colegas evaluadores que entienden que “menos publicaciones” en determinados períodos no implican “menos trabajo” sino otro tipo de trabajo. Al Instituto Gino Germani y a su director, Martín Inzué, por involucrarse desde el primer día con esta propuesta y respaldarnos en todo lo que hicimos. Al CIT-Rafaela (Conicet).
Al Ministerio de Salud de la provincia Entre Ríos, a la directora del Primer Nivel de Atención, doctora Norma Hernández (2018), a la Dirección de Epidemiologia (director: doctor Diego Garcilazo), a los referentes de Sala de Situación, Enrique Fernández y Jorge Weber, y al Comité de Bioética (bioingeniera Patricia Benzi).
A cada uno de los centros de salud que participaron, porque apostaron a conocer(se), objetivar sus prácticas y “sacudir pilotos automáticos”, buscando crecer en una mejor salud pública. Al personal sanitario, porque sin ellos la investigación no se podría haber realizado y porque creemos que cualquier cambio solo podrá realizarse involucrando a todas las partes, especialmente la que está en el día a día de los territorios.
A la Casa de Atención y Acompañamiento Comunitario José Daniel Rodríguez, a la que vimos nacer en el segundo año de la investigación y fuimos testigos de cómo un vivero abandonado en un barrio puede transformarse en un espacio de pertenencia comunitaria y de construcción de proyectos.
A Jaime Breilh y Eduardo Menéndez, porque este libro intenta ser un reconocimiento especial para ellos, por sus más de cinco décadas ininterrumpidas mostrándonos otros caminos posibles para transitar en la búsqueda de una salud con mayor justicia en nuestra región; agradecemos sus propuestas, que no solamente nos inspiran para seguir por su agudeza teórica y epistemológica sino por esa cercanía generosa y solidaria de los verdaderamente grandes. Agradecemos asimismo a Carolina Morales Borrero de la Universidad Nacional de Colombia.
A los investigadores colaboradores que se sumaron con entusiasmo y sus experticias, siendo paciente con los tiempos largos. A Claudio Martyniuk, por ayudarnos a pensar caminos epistemológicos menos transitados. A Julio César Bello, Moira O’Shee Birkinfield, Marcela Belardo, Mariana Bordes, Guillermo Macías, Eugenia Wright, Mariano Treacy, Alejandro Noboa, Eryka Torrejón, Marcel Kolvenbach, Nico Rodríguez, Alejandro Noboa, Francisco López, Diego Luxardo, Mariana Schmidt, Melina Tobías, Gabriela Merlinsky, Christine Holmberg. Estamos sumamente agradecidos con las colaboraciones que surgieron desde las comunidades de Paraná y Diamante. Ellas son el corazón de este proyecto y esperamos que también de los que vendrán. A las familias de los barrios Balvi, San Martín, Antártida Argentina, Mosconi, Anacleto Medina, Gaucho Rivero, San Jorge, Santa Rita, Padre Kolbe, San Francisco, Barrio Mercantil por recibirnos tantas veces con tan ricas meriendas y unas tortas fritas imposibles de intentar repetir. A las chicas y mujeres del CAAC: Griselda, Neli, Giuli, Charo, Stela, Daiana, Nadia, Miru, Mica, Yuli, Norma, Sole, Luciana, Carina, Johana y otras. A todos los jornaleros del CAAC que formaron parte activamente en trayectos de esta investigación: Julio, Cristian A., Oscar, Cristian C., Nicolás. Un especial agradecimiento a don Raúl Olmos. A Jorge López, su esposa Estela, su cuñada María, y la familia de mujeres tan solidarias que nos salvaron con los tererés en los pesados días de verano. Un agradecimiento a todos los pescadores y sus familias del Puerto Viejo y el barrio Urquiza (Diamante) que nos mostraron el Paraná desde otra cara. A Elsa, Jorge, Silvina y René, entre otras familias de Aldea Brasilera que participaron.
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