Me preguntáis dónde hay que situar la pureza… ¿Pero cómo separar la pureza de todo lo demás? En el Árbol sefirótico es diferente, está situada en la séfira Iesod,15 pero aquí no tiene un sitio particular, se encuentra por todas partes. Hay que situarla en primer lugar en el cuerpo físico como una cualidad del alimento: el alimento debe ser puro. Si está polucionado, envenenado, putrefacto, caéis enfermos. En el dominio de la voluntad sucede lo mismo: la fuerza con la que alimentáis la voluntad debe ser pura. Porque ahí también hay fuerzas y fuerzas, y algunas dejan muchas escorias. Tomad el ejemplo de los combustibles: el carbón, la gasolina, contienen energías, pero para que la combustión produzca la mayor energía posible dejando los mínimos residuos, es preciso purificarlos o filtrarlos, o bien escoger los materiales de la mejor calidad. Si no, obtendréis muchas escorias y muy poco calor y energía.
Los sentimientos también deben ser los más puros para alimentar plenamente al corazón. Si dejáis entrar en vuestro corazón materiales impuros, como la ira, los celos, la codicia, la sensualidad, toda una mezcla de sentimientos espantosos, vuestro corazón empieza a sufrir porque le habéis dado un alimento polucionado. Y lo mismo sucede con el intelecto, con el alma y con el espíritu. Porque no puede existir sabiduría, éxtasis o verdad allí donde hay impurezas. ¿Veis qué claro es todo?
Tampoco he situado en este cuadro la belleza, ni la perfección. En realidad se sobreentienden en todos los planos, a todos los niveles. Tampoco se menciona el sufrimiento, pero ahí, es fácil de comprender: desordenad, invertid o cambiad alguno de los elementos de este cuadro, dadle al cuerpo físico, al corazón, al intelecto, un alimento impuro, o dadle a un principio lo que le conviene a otro, e inmediatamente aparecerá el sufrimiento. Si pudieseis oír todas estas quejas en el interior de vosotros: “No es esto lo que yo pido, ¿por qué me das este alimento?… Tengo necesidad de espacio, ¿por qué me has encerrado aquí?…Quiero calor, ¿por qué me dejas en el frío? Estoy tiritando…”
¿Sentís ahora la veracidad de todo lo que acabo de deciros? Evidentemente, si me escucháis con una actitud puramente intelectual y objetiva, quizá no sintáis nada de nada y encontréis incluso que mis palabras no corresponden a vuestras opiniones. Yo no soy culpable de que toda la cultura del mundo contemporáneo os haya puesto en la cabeza unas ideas que os impiden comprender. Pero, daos prisa, adoptad mi forma de ver las cosas y estaréis maravillados. Diréis: “Lo he comprendido… Voy a llevar conmigo este cuadro por todas partes a donde vaya, lo miraré: en el tren, en el metro, en la sala de espera del dentista… ¡hasta en los institutos de belleza!” Sí, este cuadro puede ayudaros mucho. Nunca disminuyáis su importancia.
Sevres, 6 de febrero de 1972 (por la mañana)
II
Pregunta: “En general, la idea de libertad se relaciona, más bien, con la idea de espacio: poder desplazarse, viajar… ¿Puede explicarnos por qué en el cuadro sinóptico presenta usted la libertad como una adquisición del espíritu más que del alma?”
Sí, todo el mundo confunde la libertad con el espacio. Pero la verdadera libertad no está relacionada con el espacio. Imaginaos a un hombre al que su suegra ha puesto tan nervioso que un día hace su maleta y se va a la montaña. Pero ni siquiera allá arriba es libre. ¿Por qué? Porque rumia en su cabeza las mismas historias, las mismas discusiones. Físicamente está lejos de ella, pero mentalmente no la ha dejado puesto que piensa en ella sin cesar. ¡Y qué “buenos” pensamientos la envía!… La noción de libertad no está relacionada con el espacio, porque no es el espacio el que da la verdadera libertad. Da una cierta libertad: en el espacio somos libres para nuestros movimientos, podemos movernos, desplazarnos, pero la libertad del espíritu, la verdadera libertad, ¡es otra cosa!
Tomad la imagen del círculo: la circunferencia puede ser inmensa, pero el centro, en cambio, es siempre un punto minúsculo que ni siquiera tiene ninguna dimensión.16 La circunferencia representa el alma que puede extenderse hasta el infinito, mientras que el punto representa el espíritu. El espíritu no tiene ninguna dimensión, pero tiene la propiedad particular de vibrar tan intensamente que puede desplazarse instantáneamente y estar en todas partes a la vez. Por eso se dice que el espíritu está en todas partes y en ninguna. La circunferencia es fija, pero el punto central puede desplazarse, sí, porque está vivo.
El espíritu no ocupa ningún lugar, contrariamente al alma que se extiende en el espacio. Así que, ser libre en el espíritu es algo que ya no concierne al espacio; ser libre es un estado de conciencia. El espíritu escapa al espacio, porque el espíritu no es materia, mientras que el alma es material. Claro que no es esta materia espesa que vemos, sino la materia primordial que es pura luz. El espíritu no puede nada sin la materia del alma. Es el alma la que le proporciona su materia maravillosamente sutil, gracias a la cual puede crear. El espíritu está encerrado en la materia, y cuando los físicos proceden a la fisión del átomo, no hacen otra cosa que liberar al espíritu, las fuerzas encarceladas en la materia. No es la materia la que produce la explosión, sino la energía contenida en ella.
Cuando decimos “el espíritu y la materia” nos referimos a los dos polos opuestos del universo, pero podemos descender progresivamente para enumerar los diferentes grados de esta polarización: el Padre celestial y la Madre divina, el Espíritu cósmico y el Alma universal, el espíritu y el alma, el intelecto y el corazón, y después, más abajo, en el plano físico, el hombre y la mujer.17 El hombre representa el espíritu (aunque a veces no tenga nada de espiritual, simbólicamente pertenece a la categoría del espíritu) y la mujer representa la materia (aunque no sea puramente materia y sea a menudo más espiritual que el hombre; pero simbólicamente pertenece a la categoría de la materia). Y cuando el hombre y la mujer se unen, simbolizan la unión del espíritu y de la materia que ha creado el universo.
Sevres, 6 de febrero de 1972 (por la tarde)
3Hrani yoga, el significado alquímico y mágico de la nutrición, Obras completas, t. 16.
4La respiración, dimensión espiritual y aplicaciones prácticas, Folleto nº 303.
5La nueva Tierra – Métodos, ejercicios, fórmulas, oraciones, Obras completas, t. 13, “Conócete a ti mismo” – Jnani yoga, Obras completas, t. 18, cap. XI: “El gesto”.
6Paneurritmia – Grabación orquestada de la Paneurritmia de Peter Deunov, CD 1502; Muriel Urech: La Paneurritmia de Peter Deunov a la luz de la enseñanza de Omraam Mikhaël Aïvanhov.
7Los dos árboles del Paraíso, Obras completas, t. 3, cap. VII: “La parábola de las cinco vírgenes prudentes y de las cinco vírgenes necias”, y La armonía, Obras completas t. 6, cap. XI: “El corazón iniciático”.
8Amor y sexualidad, Obras completas, t. 14 y 15.
9Meditaciones a la salida del Sol, Folleto nº 323.
10Lenguaje simbólico, lenguaje de la naturaleza, Obras completas, t. 8, cap. I: “El alma”.
11La Balanza cósmica – el número 2, Col. Izvor nº 237.
12“Conócete a ti mismo” – Jnani yoga, Obras completas, t. 18, cap. VI: “Concentración, meditación, contemplación, identificación” y La verdadera enseñanza de Cristo, Col. Izvor nº 215, cap. II: “Mi Padre y yo somos uno”.
13El grano de mostaza, Obras completas, t. 4, cap. I: “La vida eterna es que te conozcan, a Ti, único Dios verdadero…”
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