1 ...6 7 8 10 11 12 ...18 1 Lo subjetivo (lo que uno siente) importa más que lo objetivo (una enseñanza bíblica).
2 Una experiencia personal tiene más valor o credibilidad que una verdad de la Palabra de Dios.
3 Lo secreto y privado importa más que lo público.
4 La experiencia mística importa más que el conocimiento doctrinal bíblico.
5 Lo espiritual importa más que lo material.
6 Técnicas espirituales para poder controlar los secretos del universo importan más que tener un entendimiento claro de quién es Dios y lo que él nos pide en su Palabra.
7 La huida del cuerpo, del tiempo y de las instituciones para penetrar en las profundidades espirituales es más importante que una vida obediente que descansa en las promesas de la Biblia.
¿No se debería hacer algo para revisar todas estas creencias y regresar a la Palabra de Dios? Nuestro deber es derribar los argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios (2 Co. 10:5). Por tanto, es menester seguir el consejo del apóstol Pablo (Col. 2:18-23):
Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, y no asiéndose de la Cabeza (Cristo) , en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios. Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría (=gnosis) en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.
Hoy, en pleno siglo XXI, la defensa de la fe sigue siendo tan necesaria como lo fue en el siglo primero de nuestra era. ¡Ojalá Dios nos ayude para ser conscientes de que debemos estar preparados y para que nuestra defensa sea siempre realizada con mansedumbre y reverencia!
Enemigos de la apologética cristiana
Durante la modernidad surgieron numerosas ideologías deterministas que se levantaron contra la fe cristiana. Ciertos planteamientos, deducidos apresuradamente de las ciencias experimentales, se aliaron con determinadas filosofías materialistas para crear un frente común contra la idea de un Dios sabio que diseñó libremente el mundo mediante su suprema sabiduría. ¿Qué relación puede existir entre el principio de incertidumbre, propio de la física cuántica, y la fe en el Dios Creador de la Biblia? ¿Está todo determinado de antemano o la realidad material se mueve en la más absoluta libertad? ¿Vivimos en un universo determinista o indeterminista ?
El determinismo es una doctrina materialista que sostiene que el ser humano está programado desde un principio (“determinado”) a obrar en un sentido (“determinado”). Desde esta concepción, la psicología determinista afirma que la voluntad de la persona vendría siempre condicionada por múltiples motivaciones conscientes e inconscientes que actuarían en cada momento. Por tanto, conociendo bien el carácter de un individuo, así como sus hábitos y móviles, sería posible predecir cómo va a actuar frente a cada situación concreta. El comportamiento humano sería así predecible ya que obedecería a leyes determinadas, mientras que el libre albedrío, tan solo un sueño o una quimera del hombre.
En general, puede decirse que han sido deterministas los siguientes sistemas de pensamiento llevados a su extremo:
– El materialismo: no existe Dios, solo la materia.
– El fatalismo: no se puede cambiar el destino de las cosas.
– El naturalismo: la naturaleza es lo único que existe.
– El panteísmo: Dios es el mundo.
– El positivismo: la razón es el único medio de hallar la verdad.
– El empirismo: le experiencia es la única fuente de conocimiento.
– El racionalismo: solo la razón puede descubrir la verdad.
– El biologismo: la biología explica, no solo a los seres vivos, sino también los fenómenos psicológicos y sociales.
El materialismo , en líneas generales, niega la existencia de seres espirituales e incorpóreos y, por tanto, la existencia de Dios. Solo existirían los seres materiales que podemos estudiar mediante nuestros sentidos humanos. Su principal postulado es que las cosas materiales existen sin más precedente que su sola existencia. Tradicionalmente, el materialismo afirmó que la materia era eterna y que no se requería ninguna primera causa. Obviamente, este último planteamiento se contradice con la revelación bíblica y con los últimos descubrimientos científicos según las propuestas de la teoría del Big Bang.
La doctrina del fatalismo, por su parte, considera que los acontecimientos cotidianos no se pueden evitar, ya que están sujetos a una fuerza superior que rige el mundo, y que es imposible cambiar el destino de las personas. Dicha fuerza podría ser sobrenatural (el poder de los dioses) o simplemente dependiente de leyes deterministas naturales. La palabra “fatalismo” viene de la raíz latina “ fatum ” que significa “destino”. De manera que el fatalismo considera que el destino se impondría de forma irremediable a todo ser humano y que, por lo tanto, la libertad o el libre albedrío de la persona no existiría. Así se pensaba, por ejemplo, en el mundo griego de la antigüedad. Las Moiras eran las personificaciones mitológicas del destino que repartían suertes y controlaban fatalmente a los mortales. Sin embargo, el Dios de la Biblia creó al ser humano con libre albedrío para que pudiera elegir responsablemente y cambiar su destino.
El naturalismo es un sistema filosófico que concibe la naturaleza material como si fuera la totalidad de la realidad existente, así como su origen único y absoluto. Todo lo real sería natural y viceversa. No podría existir ninguna otra realidad fuera de los límites del mundo natural. Esto significa que se niega el espíritu o la dualidad naturaleza-espíritu pues, en cualquier caso, este sería solo una forma de interactuar de la materia y podría así reducirse a ella. No obstante, la ciencia es siempre renovable y se halla limitada para saber si el naturalismo está o no en lo cierto. La realidad inexplicable de la conciencia humana, así como de la existencia del yo personal y la espiritualidad, permiten intuir que no lo está.
El panteísmo es una creencia, muy característica del hinduismo, según la cual todo cuanto existe participa de la naturaleza divina porque dios estaría dentro del mundo (sería inmanente al mismo). En esta concepción, el universo, la naturaleza y la deidad son equivalentes. El término proviene de las palabras griegas “pan”, que significa “todo”, y de “theos”, que es “dios”. Por tanto, el panteísmo considera que todo es divino, las rocas, los árboles, lo animales y, por supuesto, los seres humanos. Algunos científicos ateos contemporáneos conciben también a Dios a la manera panteísta, creyendo que, si existiera, tendría que haber evolucionado con el universo y, por tanto, estaría sometido a las leyes del mismo y al transcurso del tiempo. Esto generaría incompatibilidades entre su omnipotencia y su temporalidad. Sin embargo, resulta claro que el Dios que se manifiesta en las Escrituras nada tiene que ver con el del panteísmo. El Creador bíblico es eterno y no es inmanente al mundo sino que está fuera del mismo. Es el “otro” que ha creado las cosas pero no forma parte constitutiva de ellas, ni puede estar atrapado en el tiempo que él mismo creó.
Por su parte, el positivismo es otra teoría filosófica que considera que la única manera de adquirir conocimiento verdadero es la experiencia verificada mediante los sentidos. El método científico sería, por tanto, el único válido para proporcionar conocimiento de toda la realidad existente. En el supuesto de que hubiera realidades que estuvieran más allá de lo observable, o lo positivo, no sería posible alcanzar un conocimiento de las mismas. El positivismo niega que la filosofía o la teología puedan dar ningún tipo de información acerca del mundo. Esto solamente podrían hacerlo las ciencias experimentales. No obstante, el principal problema de esta corriente de pensamiento, fundamentada en el método experimental, es precisamente su incapacidad para explicar algunas realidades del mundo, como la sociedad, el ser humano, la conciencia de este, la cultura, etc. La intencionalidad que poseen tantos seres, así como la auto-reflexividad humana o la creación de significado son verdades que no pueden ser analizadas convenientemente desde el positivismo.
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