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¡Familiarícese con este diagrama! Nos vamos a referir a él de nuevo más adelante. Al avanzar en nuestro estudio del Apocalipsis, diversas porciones van a ser ampliadas para demostrar que cada sección concuerda con el resto.
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Dijimos anteriormente que los grandes escritores se ciñen a un sistema al escribir, pero nunca permiten que ese sistema sea más importante que su mensaje. En el Apocalipsis, Juan ordenó hermosamente la información que Dios le dio en visión, pero hizo provisión de espacio (entre los asuntos seis y siete) para introducir cierta información inspirada que no cuadra fácilmente en ningún lugar. Su arreglo para las cuatro divisiones que estamos analizando es este:
1 Escena introductoria acerca del Santuario celestial.
2 Seis de siete asuntos (sellos, trompetas, etc.).
3 Escenas intercaladas acerca de cometidos para el tiempo del fin, y seguridades para ese mismo período.
4 El séptimo asunto (sello, trompeta, etc.).
Deslumbrantes escenas del Trono de Dios, de los santos en gloria, y de otros asuntos impresionantes surgen por todo el Apocalipsis, aparentemente al azar, como por casualidad, sin relación visible con lo que se dice antes o después. Pero este sencillo bosquejo abarca muchos de estos asuntos. Con su ayuda, más la de los diagramas mayores que hemos confeccionado, estaremos en condiciones de comprender de inmediato dónde corresponde ubicar esas escenas, aparentemente desvinculadas. Vez tras vez vamos a agradecer a los comentaristas de las Escrituras que descubrieron esta estructura, y que llamaron nuestra atención a esta. Nos será sumamente útil, como lo vamos a ver. (Véase especialmente nuestro estudio de este asunto en las páginas 168 y 169.)
El Apocalipsis es un libro que pone de manifiesto un arte interior inspirado por Dios, y escrito con amante e inteligente devoción. Incluso la forma en que Dios y Juan nos lo hicieron llegar, confirma nuestra convicción de que el Señor se preocupa por nosotros porque nos ama.
Respuestas a sus preguntas
1. ¿Podemos estar seguros de que fue el apóstol Juan quien escribió el Apocalipsis?Algunos autores han puesto en tela de juicio si el Juan que escribió el Apocalipsis era el discípulo y apóstol de Jesús, o algún otro Juan. Destacan: a) que el estilo del griego del Apocalipsis es diferente del estilo del Evangelio y del de las Epístolas de Juan, y b) que la duda acerca de la identidad de este Juan comenzó a manifestarse muy pronto, incluso en el siglo III.
En respuesta a estos argumentos, se puede decir: a) Sí, el griego de Apocalipsis es diferente del griego del Evangelio y las Epístolas. La gramática del Evangelio y las Epístolas es tan pura, que se emplea ampliamente como base para enseñar griego a los estudiantes de los seminarios. El griego del Apocalipsis, por su parte, es comparativamente común. No obstante, R. H. Charles,29 un erudito notable, ha demostrado que el griego del Apocalipsis no es necesariamente deficiente desde el punto de vista gramatical, sino, más bien, es no convencional; tiene su propia consistencia gramatical interna. Juan cita el Antiguo Testamento cientos de veces. Charles y otros han señalado el hecho de que, al hacerlo, en lugar de recurrir a la Septuaginta (LXX, la versión del Antiguo Testamento en griego, hecha en torno del año 200 a.C.), que era la traducción de uso corriente en sus días, prefirió trabajar directamente con el original hebreo o con las traducciones populares del arameo (llamadas “tárgumes”). De manera que Juan estuvo constantemente adaptando el griego en que escribía a los sonidos del hebreo y el arameo. También, varios eruditos han destacado el hecho de que algunas informaciones antiguas, como el Canon Muratorio30 del siglo II, sugieren que al escribir el Evangelio y las Epístolas, Juan dispuso del auxilio de colaboradores literarios que lo ayudaron a pulir su griego, pero que cuando escribió el Apocalipsis no disponía de esa ayuda.
Para equilibrar estos desniveles lingüísticos entre el Apocalipsis y el Evangelio de Juan, encontramos algunas notables similitudes entre ellos, la más destacada de las cuales es el uso de la palabra Cordero para referirse a Jesús, que aparece 29 veces en el Apocalipsis y en ninguna otra parte del Nuevo Testamento, con excepción de Juan 1:29 y 36.
Aunque la duda acerca de si Juan fue o no el autor del Apocalipsis surgió en el siglo III, los cristianos de lengua griega que vivieron más cerca del tiempo y del lugar en que fue escrito el Apocalipsis aceptaban con entusiasmo que su autor era el apóstol Juan.
Justino Mártir vivió en Éfeso alrededor del año 135 d.C. Algunos años después, atribuyó el Apocalipsis “a cierto hombre [...] que se llamaba Juan, uno de los apóstoles de Cristo”.31
Ireneo, dirigente de la iglesia en Francia (Galia) cerca del fin del siglo II, vivió durante su infancia en la provincia romana de Asia y conoció a Policarpo, anciano entonces, y que en su juventud había sido amigo de Juan.32 Como Justino, Ireneo se refería al autor el Apocalipsis como Juan, “el discípulo del Señor”. Declaró que Juan vio “la visión apocalíptica [...] no hace mucho tiempo, casi en nuestros días, hacia el fin del reino de Domiciano”.33
Clemente, que dirigía una escuela cristiana en Alejandría, Egipto, más o menos cuando Ireneo trabajaba en Francia, también afirma que fue “el apóstol Juan” quien estuvo en Patmos. Añade que después de la muerte del emperador, Juan regresó a Éfeso y viajó muchísimo para ordenar ministros y organizar nuevas congregaciones.34 Hipólito, un erudito dirigente de la iglesia que vivió cerca de Roma en la primera mitad del siglo III, también enseñó que el Apocalipsis fue escrito por “el bienaventurado Juan, apóstol y discípulo del Señor”.35
De modo que los cristianos que vivían más cerca del lugar y el momento en que se produjo el Apocalipsis, creían firmemente que procedía de la mano del apóstol Juan.
Por otra parte, el autor del Apocalipsis se identifica sencillamente como “Yo, Juan, vuestro hermano” (Apoc. 1:9). Sabía que se lo conocía lo suficiente como para que no se lo pudiera confundir con ningún otro Juan.
De cualquier manera, no importa de qué Juan se trate, su mensaje vino de Dios, por medio del Espíritu Santo, y como una revelación de Jesucristo. (Véase Apocalipsis 1:1.) El Juan que recibió este mensaje fue inspirado.
2. ¿Cuándo y de qué manera se dividió el Apocalipsis en capítulos y versículos?Los 66 libros de las Escrituras no fueron escritos originalmente con los versículos numerados con que los conocemos hoy. Esto es comprensible; la mayor parte de los libros no tienen versículos numerados.
Pero, aunque la mayoría de los libros modernos tienen al menos capítulos, la mayor parte de los libros antiguos no los tenían; y tampoco las Escrituras. En la antigüedad el libro de los Salmos estaba dividido, por supuesto, más o menos como lo está hoy.Pero los Salmos no son capítulos; son poesías diferentes entre sí. Las Escrituras han sido estudiadas como no lo ha sido ningún otro libro, porque se le ha atribuido un valor que no se asignó a ningún otro libro. Por consiguiente, se han inventado diversos sistemas a través de los siglos para ayudar a la gente a encontrar los pasajes que buscaran.
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