Historia A cargo de esta colección: Julio Pinto Vallejos
© LOM EdicionesPrimera edición en Chile, septiembre de 2019 Impreso en 1000 ejemplares ISBN IMPRESO: 978-956-00-1217-3ISBN DIGITAL: 978-956-00-1344-6RPI: 307.313 Este trabajo de investigación contó con el apoyo de:Bé-Ruys-Fonds, Christen für den Sozialismus / BRD, Heiner u. Ilsegret Fink, Hartmut Käberich Las publicaciones del área de Ciencias Sociales y Humanas de LOM ediciones han sido sometidas a referato externo. Diagramación, diseño y correcciones LOM ediciones. Concha y Toro 23, Santiago Teléfono: (56-2) 2860 68 00 lom@lom.cl | www.lom.cl Tipografía: Karmina Impreso en los talleres de LOM Miguel de Atero 2888, Quinta Normal Impreso en Santiago de Chile
Después de una lucha los vencedores suelen dar por hecho que una historia ha terminado –y por eso escriben que ya no hay nada más que decir–. De manera semejante, la Iglesia y la gente de derechas han cerrado como con una lápida el tema de los «cristianos por el socialismo», o han vuelto a escribir la historia del movimiento que llevaba ese nombre de acuerdo con sus propios intereses. Este libro se propone devolver a la actualidad el historial de los Cristianos por el Socialismo (CPS) escribiendo esa historia con narraciones escuchadas «en la base». Michael se ha dado maña para entrevistar en Chile a cristianas y cristianos de izquierda. Ahora les dedica el presente libro contando lo que les oyó decir de sus experiencias. Partiendo de relatos individuales, narra así la historia de muchos y muchas que participaron durante los años 70 en la construcción del socialismo en Chile. Es un libro fascinante y rico en conocimientos que destaca los hechos sobre el trasfondo de una teología de la liberación, en vez de alinearlos sin más el uno junto al otro, como lo hacen a menudo las y los historiadores. Se advierte la empatía y parcialidad con la que conduce las entrevistas y las enmarca en el contexto histórico de la caminata-país que inició Salvador Allende.
Este libro es un intento por documentar que ya entonces había gente convencida de que tomar parte activa en la construcción y creación de una sociedad mejor es obligación de todo cristiano. Por ello no es sólo una descripción de luchas pasadas, sino una guía que nos devuelve a la actualidad y nos conduce al porvenir. Primero, porque no sólo nos recuerda retazos dolorosos de nuestra propia historia –como el golpe de Augusto Pinochet–, sino también hermosas escenas de la caminata social que comenzó con Salvador Allende y la Unidad Popular, un hecho que hoy nos devuelve el ánimo. Una sociedad distinta fue posible entonces y sigue siéndolo aún hoy. Además, como cristiano de izquierda, Michael logra exponer los desafíos, las discusiones y las ideas políticas de los CPS de manera tal que se tornan asombrosamente actuales y pueden sernos útiles a los cristianos y cristianas de izquierda en las controversias actuales. Entre estas cabe mencionar las que se refieren a las relaciones entre un movimiento –o la Iglesia– con un partido, entre la política de vanguardia y el trabajo en la base, entre violencia y no-violencia, entre radicalidad y reformismo. Como Michael conecta repetidas veces estas grandes orientaciones con los procesos sociales reflejados en las entrevistas, los mensajes que se esconden a menudo en las sobrias descripciones biográficas se vuelven apremiantes y cautivadores. A los teólogos y teólogas les gustaría decir que tienen «un toque profético».
Este libro deja en claro que no ha de subestimarse la aportación de muchas cristianas y cristianos a los procesos revolucionarios y que la Iglesia debe entenderse como la comunidad de todos aquellos que ponen su vida al servicio del mensaje de Cristo sobre la vida y la justicia para todos y están dispuestos a dar su vida por él –pues ellos y ellas son iglesia y no solo la institución y la jerarquía. Este libro renueva el mensaje tan central de Camilo Torres: «El deber de cada cristiano es ser revolucionario; el deber de todo revolucionario es hacer la revolución».
P.S.: Si este mensaje es opio del pueblo, entonces somos drogadictos.
Tus hijos y compañeros
Tomás y Anna-María
No fue un interés académico el que estuvo en el origen de este trabajo sobre los Cristianos por el Socialismo en Chile entre los años 1971 y 1973. Soy un teólogo alemán que empezó a estudiar teología al comienzo de los años ochenta y entró rápidamente en contacto con América Latina en la universidad Wilhelms de Westfalia, en Münster. En la universidad estuve en contacto con estudiantes de Brasil y conocí la teología de la liberación en América Central: Guatemala, El Salvador –y por supuesto Nicaragua–. Münster era un lugar donde se iniciaron y desarrollaron muchas iniciativas de solidaridad con las víctimas y luchadores de Chile, los exiliados. Había una parroquia de estudiantes, la KSG (Comunidad Católica de Estudiantes), que trabajaba en ello sin interrupción. Allí se tradujo al alemán la antigua revista de la Vicaría de la Solidaridad, se la distribuyó en toda República Federal y se organizaron colectas y otras actividades en apoyo al trabajo político, sobre todo en relación con los derechos humanos.
Había también en Münster un grupo de «Cristianos por el Socialismo/RFA». Organizábamos discusiones políticas en la universidad, participábamos en el movimiento por la paz, en el movimiento internacionalista y en el movimiento contra los reactores nucleares. Algunos estudiantes militaban en partidos de izquierda. En 1998 organizamos aquí en Münster un congreso: «25 años de neoliberalismo en Chile – ¡Abajo Pinochet!». Vinieron más de 500 personas, y muchas de Chile, entre las cuales Manuel Cabieses, Luis Vitale, Rafael Agacino, Fabiola Letelier, Isabel Cárcamo, Marcel Claude, Tomás Moulian, Iván Saldías Barros, José Bengoa, y también Pablo Richard y Franz Hinkelammert de Costa Rica. El día de la apertura del congreso nos llegó la buena noticia del encarcelamiento de Pinochet en Londres… Les debemos mucho a nuestros amigos de Chile y de otros países latinoamericanos: teoría y práctica de izquierdas, solidaridad, aguante, decisión, amistades.
Hace algunos años caí en la cuenta de que quienes vivíamos, trabajábamos y luchábamos bajo el nombre de «Cristianos por el Socialismo», no sabíamos nada de la historia del movimiento en Chile. Mi punto de referencia eran los años 80, el tiempo de la resistencia contra la dictadura. Los CPS existían ya durante la Unidad Popular, y su declinación coincidió con la de ella. El único libro que entonces conocía, el de Pablo Richard, publicado en 1976: «Cristianos por el Socialismo. Historia y documentación», no daba ningún nombre, por razones obvias, y había sido escrito todavía bajo la impresión del golpe. Se conocían algunos nombres, por cierto, como los de Gonzalo Arroyo, Sergio Torres o Diego Irarrázaval. Pero ninguno de ellos había escrito nunca nada sobre los CPS, ni sus experiencias ni su evaluación del movimiento. Como si el trauma de la derrota, del golpe, del exilio y también de los encarcelamientos, torturas y asesinatos estuviera pesando todavía después de tan largo tiempo. Así pues, el 2015 desarrollé la idea de hacer un proyecto de historia de los CPS.
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