En nuestro siglo, a pesar de la aparición ocasional de obras que tratan de reivindicar a Francia,21 la corriente francista permanece como interpretación minoritaria. Incluso la voluminosa obra estudiosa de Julio César Chaves, y el compendio de centenares de documentos de fuente primaria, brillantemente presentado con una narración entrelazada de José Antonio Vázquez, ha tenido poco efecto para hacer mella en la odiosa reputación de Francia. Los mitos sobre Francia se han aceptado tan ampliamente, que incluso el progresivo Pablo Neruda se sintió obligado a denunciarlo como ‘rey leproso’ en su corto poema El Doctor Francia.22 Desde libros de texto básicos de historia latinoamericana a obras literarias, los historiadores aún propagan la imagen tradicionalmente aceptada de Francia.23 Típico de esta actitud es el siguiente pasaje de la introducción de Wayne G. Broehl de 1967 a la novela clásica de Edward Lucas White, El Supremo:
Un hombre cuyo nombre ni siquiera debía ser pronunciado; cuyos espías estaban en todas partes, aún dentro de las familias; quien enviaba a los hombres a la mazmorra o a la ‘Cámara de la Verdad’ donde la tortura extraía una confesión y luego la víctima era sumariamente ejecutada por el escuadrón de fusilamiento o ahorcada –tal hombre era ‘El Supremo’. Este no es un personaje salido de una novela de terror, sino una persona real, un Jefe de Estado Sudamericano. Su nombre era José Gaspar Rodríguez de Francia.24
Adicionalmente a la tradición histórica personalista de América Latina, la historiografía de este período se complica todavía más por una confusión entre la forma retórica y el contenido histórico. Tratando de desacreditar el régimen de Francia y, con ello, de apoyar su propia posición, sus enemigos han usado el medio retórico de atacar su carácter. Dado que los historiadores han aceptado estos ataques demagógicos como historia en vez de reconocerlos como diatribas, incluso las obras posteriores atacan o defienden a Francia, en lugar de proporcionar un análisis objetivo de la historia de la época. Es significativo que las razones originales de la disputa –la política de Francia– sean relegadas a un plano secundario.
El objeto de esta obra no es Francia propiamente, ni reivindicar al Dictador. Se trata, más bien, de restaurar el contexto histórico de este período de la historia paraguaya –un capítulo de singular importancia en la historia de las Américas, directamente relevante para los problemas que confrontan sus habitantes en la actualidad.
Cinco años de estudio e investigación en los archivos del Paraguay, España, Argentina y Brasil han descubierto nueva documentación y permitido el desarrollo de información estadística, antes descuidada, mediante la reconstrucción de los presupuestos nacionales, la compilación de recibos de recaudación, el examen de datos referentes a industrias estatales y el análisis de los registros comerciales del Estado.
Mediante la incorporación de este nuevo material, y de una reevaluación de la documentación existente, ha sido posible definir con claridad la política de Francia y colocarla en su contexto histórico –las fuerzas políticas y económicas que imperaban en la sociedad paraguaya de comienzos del siglo VXIII y en la región del Río de la Plata. Externamente, los conflictos entre los grupos de intereses españoles, portugueses y europeos, brasileños, unitarios, federales y paraguayos, se combinaron para forjar las cambiantes estructuras políticas y económicas de la región. En el ámbito interno, los conflictos entre españoles, criollos, extranjeros, Francia y el pueblo paraguayo, influenciados por los eventos internacionales en rápida evolución, reflejaron las condiciones de la sociedad de clases del Paraguay. Aunque en extremo compleja, esta confusión de interrelaciones se hace comprensible una vez que se identifican con claridad las bases políticas y económicas fundamentales de las fuerzas contendientes. El análisis de estas fuerzas es la historia de la primera revolución autónoma de América.
Mapa 2. Río de la Plata, 1810
Mapa 3. Paraguay
1John Parish Robertson y William Parish Robertson, Four Years in Paraguay, 2:189.
2José Antonio Vázquez, El doctor Francia, visto y oído por sus contemporáneos, p. 43.
3Debido a que la palabra dictador en la actualidad es fuertemente peyorativa, debe enfatizarse que a principios del siglo XIX no llevaba dicha connotación. El título se usaba en su sentido romano –un magistrado con suprema autoridad, electo en períodos de emergencia– y se otorgó a varios de los nuevos jefes de estado latinoamericanos, incluyendo a José de San Martín y Simón Bolívar. Esta obra emplea la frase El Dictador, no solo porque era el título formal de Francia y refleja el enorme poder conferido por los congresos populares masivos, sino también porque a menudo así lo designaba el pueblo paraguayo y él incluso firmaba los documentos oficiales como ‘El Dictador’.
4Francisco Wisner de Morgenstern, El Dictador del Paraguay, p. 88.
5Johann R. Rengger, The Reign of doctor Joseph Gaspar Roderick de Francia in Paraguay, p. 205.
6Ver cuadro 2. Para una biografía de Francia, ver Justo Pastor Benítez, La vida solitaria del Dr. José Gaspar de Francia, o Julio César Chaves, El Supremo Dictador, obras en las que se presenta la mayoría de los detalles que se conocen de su vida.
7Fray Mariano Velazco, Proclama de un paraguayo a sus paysanos, como se cita en Chaves, El Supremo Dictador, p. 185. De acuerdo a Atilio García Mellid, Proceso a los falsificadores de la historia del Paraguay, 1:235n, una copia de Proclama… puede encontrarse en la Biblioteca Nacional, Buenos Aires, N° 245.071R, pero en diversas oportunidades en el curso de 1973 le fue imposible al staff localizarla. Ver también extractos hallados en José Antonio Vázquez, El doctor Francia, pp. 266-68.
8Citado en José Antonio Vázquez, El doctor Francia, p. 596.
9Vicente Pazos Kanki, A Narrative of Facts connected with the Change Effected in the Policial Condition and Relations of Paraguay under the Direction of Dr. Thomas Francia by an Individual who Witnessed many of them, and Obtained Authentic Information Respecting the Rest.
10Citado en Antonio Zinny, Historia de los Gobernantes del Paraguay, 1553-1887, p. 386.
11Charles Darwin, The Voyage of the Beagle, p. 119.
12El mismo Francia ingresó en la polémica cuando su artículo “Notas hechas en el Paraguay por el Dictador Francia sobre el volumen de John Rengger” apareció en la edición del 21 de agosto de 1830 en el diario El Lucero de Buenos Aires. Insistiendo en que la obra de Rengger debería haber sido intitulada “Un ensayo de mentiras”, Francia la denunciaba como “Historias no solo acomodadas al gusto de los europeos, sino inventadas por ellos, en venganza por la frustración de sus repetidas conspiraciones, maquinaciones y complots”. Una contestación al artículo de Francia, escrito por un paisano de Rengger, César Hipólito Bacle, apareció a la semana siguiente. Reimpresiones del artículo de Francia se encuentran en Zinny, Los gobernantes, pp. 311-15, y en John Parish Robertson y William Parish Robertson, Francia’s Reign of Terror, pp. 372-80. La refutación de Bacle está reimpresa en Zinny, pp. 315-18.
13Wisner de Morgenstern, El Dictador, p. 88.
14Para ejemplos de los poemas, canciones y folletos francistas, ver Blas Garay, ed., Descripción de las honras fúnebres que se hicieron al Excmo. Señor Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, Supremo Dictador Perpetuo de la República del Paraguay, primera de la América del Sud. Ver también la reproducción de varios versos populares, testimonios y extractos de documentos oficiales y artículos periodísticos, hallados en José Antonio Vázquez, El doctor Francia, pp. 783-922, y Chaves, El Supremo Dictador, pp. 464-77.
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