MARISOL GALLEGO
Desactivad@
NO VOLVERÁS A FUMAR Y SERÁ TU DECISIÓN
Gallego, Marisol
Desactivad@ : no volverás a fumar y será tu decisión / Marisol Gallego. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-1822-4
1. Autoayuda. I. Título.
CDD 158.1
EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA
www.autoresdeargentina.com info@autoresdeargentina.com
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
Dedicado a los que han podido desactivarse
Y a los que cada día trabajan intensamente para lograrlo
A VECES TIENES QUE OLVIDAR
LO QUE SIENTES
Y RECORDAR LO QUE MERECES
(FRIDA KAHLO)
Índice de contenido
PORTADA
CRÉDITOS Gallego, Marisol Desactivad@ : no volverás a fumar y será tu decisión / Marisol Gallego. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021. Libro digital, EPUB Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-87-1822-4 1. Autoayuda. I. Título. CDD 158.1 EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA www.autoresdeargentina.com info@autoresdeargentina.com Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723 Impreso en Argentina – Printed in Argentina
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
¿SI NO SOS FUMADOR PODRÁS ENTENDERME? O SOLO ME HARÁS SENTIR UN LOCO
TODOS PUEDEN SER EXFUMADORES
EL ORIGEN
PUNTO DE PARTIDA: SOY ADICTA
SOLO PARA VALIENTES
VALE LA PENA, ¡¡¡SIGAMOS…!!!
¿¿¿LA ÚLTIMA PITADA???
RECAPITULAMOS… ¿¿¿¡¡¡Y AVANZAMOS!!!???
PERO… ¿¿¿POR QUÉ NO PUEDO DEJARLO???
PRIMEROS PASOS
ME CANSÉ DE MÍ
TIENE QUE SER AHORA
CÓMO SOSTENER MI ABSTINENCIA
¡¡¡NUNCA DEJES DE INTENTARLO…!!!
¿¿¿PUEDO REEMPLAZARLO???
HAY UNA LUZ
INSTRUCCIONES
RELATOS DE FUMADORES DESACTIVADOS
CONSIDERACIONES FINALES
SINOPSIS
No declames, hazlo No digas, demuestra No prometas, cumple
En mi habitación, sobre aquella litera, que se había ido ensombreciendo con el devenir del tiempo, yacía mi cuerpo desgastado por el vicio, y vaticinaba que ya no resistiría otra batalla.
Mi piel diáfana y mi respiración tenue auguraban lo ínfimo de mi tiempo terrenal.
Ya no había lugar para arrepentimientos y lo que alguna vez fue solo gozo, hoy había dejado de serlo y, paradójicamente se sentía hasta liberador.
Mi mano deficiente, que aún te sostenía, empezó a soltarte levemente, al tiempo que mi respiración se detenía, y mis ojos se abrían a la bóveda celestial.
Atormentada por mi pesadilla desperté sobresaltada, y la sentí tan real que podría asegurar que existió.
De allí en más, pude comprobar que había llegado el momento de desactivarme, y que mi período de fumadora había quedado atrás, que daba paso a un nuevo comienzo para mí y en relación con ello, al ser desconocido le temí, al tiempo que pensé, hay cosas que las asumo como propias y no lo son, esta sí lo era, y vaya si lo era.
No será un “camino de rosas”, pero lo que sí sé es que es cierto que nadie que se liberó del cilindro maldito se arrepintió, sino más bien todo lo contrario, aumentaron el estado de bienestar y felicidad, a juzgar por sus propios dichos, dando inicio a un camino virtuoso, lejos del “monstruo” que los había tenido atrapados.
Antes de continuar, quisiera pedirle al lector que transite este libro tal cual se presenta, no es posible adelantarse, porque habrá conceptos que no se entenderían, y el proceso de desactivación no será el mismo.
Tal vez, todos recuerdan aquella primera vez… casi tengo la certeza de que así lo es… será cuestión, ahora, de “tirarse a la pileta” y recordar la última pitada también, pero como parte del pasado.
La experiencia relatada anteriormente puede ser mi historia, la tuya, la de muchos y, sobre todo, la de aquel que al leerla se la quiera apropiar y tomarla como punto de partida para esta aventura, o al menos, no descartarla de antemano y darle una oportunidad de que avance, con la mínima intención de que, al transitarla, pase algo… o al menos no me sea indiferente.
Alegría, culpa, placer, compañía, felicidad, silencios, soledades, fantasmas, miedos, gozo, inseguridades, ansiedad, vergüenza, desesperación, deleite, moda y mucho más serán transitados en este recorrido. Y aunque llame la atención este último apartado resulta relevante como punto de inicio de nuestra adicción al cigarrillo.
Sucede que si nos remitimos en el tiempo, allá por las décadas de los setenta, ochenta, noventa… para SER, primero había que pertenecer, la pertenencia te da el pasaporte para sentir que SOS “alguien”, y eras parte, con un pucho en la mano, elemento esencial de lo considerado exitoso por aquellas épocas, al menos era en lo que debíamos creer, y que medios gráficos y televisivos se esmeraban en demostrarnos. Así, de manera directa o por intermediarios, teníamos en nuestra primera pitada, el acceso a la notoriedad, fama, y renombre que, en nuestra adolescencia/casi adultez, nos urgía alcanzar.
Esta constituye la génesis de muchos que iniciamos el tortuoso camino de fumar. Deporte, belleza, éxito, juventud eran asociados al cigarrillo y la mayoría compró el mensaje y, en medio la trampa, no logró sentir que, paradójicamente, se estaba esclavizando. El pucho te mostraba por la incipiente televisión que, con él en la mano, mostrarías tus mejores atributos, de ahí en más el éxito era seguro. Los hombres eran más “machos fumando” y las mujeres se veían y autopercibían como más sofisticadas y libres.
Aunque no fue el único portal de acceso a esta adicción, sí el más masivo e “importante” cualitativamente hablando, de ahí su relevancia, porque, en definitiva, era una cuestión comercial, de réditos, de consumo masivo.
Claro que era muy desigual, en el momento en que cada uno se esforzaba por estar a la moda, quemaba años de vida, y las tabacaleras engrosaban sus ingresos.
Lógicamente y una vez conseguida mi atención, entendido el mensaje y coaptada mi voluntad, sería cuestión de tiempo. Mi adicción me mantendría seguro dentro de ese sistema comercial, como consumidor, claro, pues los mecanismos funcionarían tal cual lo previsto… Hoy nadie puede pensar que eso fue inocente.
Tampoco ingenuo, nada lo fue, cada cual puso en práctica y mostró la parte que le convenía, y eligió aquel que pudo, el que no quedó inmerso en una telaraña y pereció. Solo en algunos pocos primó la capacidad de discernimiento y le dijo no a este “camino” que daba acceso al pertenecer.
El fumar es el ardid más espantoso que pueda existir,y lo que peor lo hace es que, aunque tenga sus limitaciones, establecidas por un tema convivencial, es totalmente legal.
Acaba destruyéndonos, mientras somos conscientes de ello. No es casual que casi la mitad de la población adulta pague por autodestruirse.
Pero no podemos salir de la trampa, todo se desvirtúa, es nuestra mente la que le atribuye determinados poderes, dominándonos psicológicamente. Mientras que las sustancias del cilindro maldito me dan la dependencia física.
Es tan contradictorio, que nos pasamos la vida de fumadores tratando de inferir por qué tragamos humo, persiguiendo a nuestros hijos y familia para que no lo hagan, y a veces, cuando podemos intentando salir nosotros mismos del problema en el que estamos metidos. Pero sin lograr escabullirnos de la adicción.
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