En 2021, las nuevas técnicas basadas en biometría y contraseñas se perfilan como la solución a corto plazo: la huella dactilar, el rostro o el iris, junto con una buena password , parecen la solución más adecuada para asegurar que una persona es quien es en el mundo digital.
Eso sí, hasta que despegue la computación cuántica.
Lola sonríe al acordarse de cómo eran las contraseñas cuando era más joven, allá por el 2020. En todos los dispositivos usaba la misma: su año de nacimiento junto al nombre de su perro, Hunter; incluso era la clave del banco. Menudo rollo tener que acordarse de todas si hubiese usado una diferente para cada sitio. Y ahora está hospitalizada porque un alumno de su instituto, de 16 años, le ha hackeado la prótesis de cadera y casi se mata bajando las escaleras. El muy idiota compró en la dark web el código de acceso a Medicatrónica y, fácilmente, accedió al sistema de gestión de la prótesis de Lola con intención de desconectarla en el momento oportuno. Un plan muy sencillo, en teoría. Esas prótesis están monitorizadas por el laboratorio en tiempo real a través de internet para hacer un seguimiento más exhaustivo del progreso del paciente. De lo que no ha sido consciente Dani (así se llama su alumno) es de que, en 0,0015 segundos, KMazon, el ordenador de la Policía Nacional, es capaz de seguir el complicado rastro que había tratado de ocultar el joven ciberdelincuente. Mas de 1 750 000 ordenadores zombi, cuyos propietarios desconocen que son usados para deslocalizar el ciberataque, fueron trazados por el potente ordenador cuántico de la Policía. KMazon, llamado así en honor al criptógrafo español Antonio Camazón, quien ayudó a descifrar la famosa máquina Enigma durante la Segunda Guerra Mundial, es uno de los ordenadores de última generación que las fuerzas de seguridad del Estado utilizan para ciberproteger a los ciudadanos.
Las compañías tecnológicas llevan años monitorizando el uso de sus redes y aplicaciones y avisan al usuario de que puede estar cometiendo un delito o una infracción: vulnerar la privacidad enviando una foto, incumplir el código ético de una red social, etc. También hace tiempo que una imagen, la retina, la voz o una contraseña no son suficientes para verificar que una persona es quien dice ser en el mundo digital. La solución adoptada por los centros de ciberseguridad internacionales y asumida como estándar tecnológico universal pasa —además de recurrir a los sistemas tradicionales— por analizar si la conducta o la operación de una persona se sale de lo normal y, en ese caso, lanzar una alerta. Es decir, si se trata de acceder al banco desde una ciudad no habitual y anteriormente no se ha realizado un desplazamiento, por ejemplo en coche o en avión, el sistema debe alertar de algo extraño.
También desde hace tiempo los humanistas digitales de la Policía desarrollan algoritmos para identificar patrones de conducta en las personas que ayudan a prever delitos y generan alertas preventivas (alertas tempranas) cuando un ciudadano tiene un comportamiento anómalo. La inteligencia artificial analiza nuestro pasado, nuestra huella, para verificar que somos nosotros en el presente.
Dani ya es un viejo conocido de las fuerzas de seguridad por movimientos de compraventa ilegal de cibermonedas en China, por realizar compras con tarjetas clonadas y por pequeños ciberataques a los servidores del instituto para cambiar sus notas. Estas actividades no han sido investigadas por las autoridades, ya que parecían ser delitos menores y el sistema de alerta temprana europeo no llegó a determinar la apertura de un expediente. A diario se realizan cerca de un billón de intentos de ciberdelitos que son automáticamente anulados por los sistemas de seguridad de las empresas o instituciones. Los delitos de Dani nunca han llegado a estudiarse. Una gota en un océano. Sin embargo, el patrón técnico de cómo se cometieron estas infracciones, junto con trillones de ellas, permanece guardado en el sistema, y encontrar la misma lógica en el delito de agresión a su profesora es fácil para KMazon. Su estilo, su forma de actuar, es su signo de identidad único y veraz. Su huella dactilar.
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