la destrucción del Obelisco Negro por parte de
quince forajidos provenientes del reino de Urartu.
Viaja a Urartu y enfrenta y vence al Dios de las Tormentas.
Frente a la sublevación de mil esclavos
traslada él solo el Toro Alado de Nínive,
desde la misma Ciudad Capital hasta Nimrod.
Junto a un reducido número de hombres
frena el avance de las hordas escitas que,
integradas por guerreros hermafroditas,
saquearon Asur y otras ciudades del sur
en su regreso de Siria.
Perece en Asur, en guerra contra los medos.
El poeta autóctono de Haedo
Sabe que no le alcanzará la vida
Para cantar el barrio
(Plazas, trenes, andenes, perros, calles, árboles, soderías)
Contrata a un ghostwriter
Cuarenta años menor
Que estudia minuciosamente su estilo y léxico
A su muerte, el joven revela la verdad
Y el viejo poeta pasa con justicia al olvido
El "escritor fantasma" sufre un extraño accidente
En el andén de la estación
El primero de los cuatro pilares del arte de la aristocracia
Pilares con nombre
Cíclicos
El aedo gustaba de las efusiones de sangre
Que dirimían una autoridad
Pero sabía qué hacer con ellas
Para qué memorizarlas y escribirlas
Estas no eran gratuitas ni excesivas
Se justificaban
Mucho más que las de Shakespeare o de Cervantes
Meros efectistas a su lado
Que avivaban el morbo y la risa de la muchedumbre
Su vitalidad era seria, guerrera, milenaria
Emanaba de un mandato heredado
De una tradición adquirida
La mujer escribe
A raíz de ciertos enfrentamientos civiles y políticos
La poetisa hubo de exiliarse en Siracusa
Pero el exilio fue breve y, volviendo a Lesbos
La escritura y el canto no se desvirtuaron
La guerra y la muerte no son las únicas experiencias
La sensibilidad femenina se escribe y canta
No es solamente el amor
(El amor hacia sus jóvenes discípulas; el no correspondido)
La agresión y el enojo también
(Heródoto nos cuenta cómo repudió a su hermano Caraxo
Por haber liberado a una cortesana con su dinero
Ella misma hace públicas sus amonestaciones
- Aparentemente- al poeta Alceo)
El interior invisible es tan verdadero como el aire
Quemado por el cruce de las armas y la sangre en la superficie
La lucha generacional violenta
Año Cero de la tragedia
La novedad, que es o no es frívola
Pero necesaria e inevitable
Motor del arte y la historia
Los jóvenes ríen y ensanchan sus caras blancas de estúpidos
(Tespis no era joven, era más joven que su censor
Era viejo y era joven)
Los viejos salivan mientras insultan y se desfiguran
Sienten lástima de sí mismos
El suelo hoy en día sigue temblando
Después del bastonazo de Solón
(Que era el más viejo
Pero todavía conservaba alguna fuerza)
Teognis es el segundo pilar
Derrotado
Nostálgico
Los tiempos se perdieron
Y su arma es la escritura
Arma que no le sirve
(Porque otras ya no empuña)
El odio le sirve para escribir
Y ofender a sus verdugos
Su derrota no frustra el triunfo personal
(La venganza)
Sí el de la sangre, de clase
Pintaría los pies de una de sus figuras humanas
Sobre la cabeza de otra
En las ánforas
En donde antes vencían Exekias y Eutímides
Negros y rojos
No luciría la nueva representación espacial
El griego de Tasos prefirió las paredes
Los grandes murales
Afirma el nuevo ciclo
Lleno de alegría, insolencia y porvenir
La aventura
Las mujeres
Las ajenas
Exitoso con ellas
Se trata del amor imposible
Que no es imposible
Valiente con los hombres
Hábil con los caballos
La vitalidad es del trovador
De su escritura y su música
No de los héroes
La supremacía es de la pintura
Sobre las demás artes
Pintura: arte y ciencia
Estudio, observación atenta de la naturaleza
(Sin embargo no olvidará lo irracional
De los símbolos y los secretos
De la imaginería cristiana)
Cada árbol es único
Él observa el aire, que existe
Y ocupa espacio
Y genera la sensación de perspectiva
A través del color
Los fondos, las lejanías, serán azuladas, tenues
El sfumato , recurso absolutamente pictórico (Leonardo da Vinci, excelente dibujante, caricaturista) Corrige la rigidez desde Giotto hasta Giovanni Bellini (Botticelli lo hace con la línea) Consigue figuras más humanas, imprecisas, borrosas Y prepara el camino para los temblores de los manieristas (Hábiles reproductores de las obras de los Maestros, No de la naturaleza) De Tintoretto y El Greco Y por qué no, para el tenebrismo de Caravaggio
Mi arte era total
Hasta su rebelión
Sin vacilaciones, como mis actos
¿Ellos podían ser como yo?
¿Por qué me odiaban?
¿Por qué vivían y eran?
¿Por qué tenían ego y conciencia de sí mismos?
¿Ellos podían ser como yo?
El mío se explicaba porque estaba solo
Y acompañado por el Rey Sol y el Estado francés
(Mi mundo era total)
En los días de la vejez y el olvido
Recuerdo mis tiempos de mandatario
Ya no reinaba Le Brun
Y Luís XIV vivía sus últimos años y moría
Su tiempo era decadente
(Aunque no infernal, como el futuro)
Por eso su arte es óptimo
Negador de esas realidades
Roza lo sublime
(Watteau no era aristócrata
Como Homero, Teognis, o Peitieu
E incluso recordaba en momentos la vida común):
Hombres y mujeres
Nunca indiferentes, sensibles, a los placeres
Siempre jóvenes (la edad de la aristocracia)
Vitales, por la música
Por sus movimientos
Y los de sus vestidos amplios sobre la tierra
Por su delicadeza
Que busca el cuidado
El instinto del que conserva el cuerpo y el alma
Con ellos, el día y el aire; la vegetación
Tupida, oscura, pero no peligrosa y temible
Ondulada y gruesa
Los grupos descuellan luminosos, diversos, coloridos
Mientras el fondo es verde y color tierra
¿El mundo es en su mayor parte vulgar?
Sea así o no, el Rococó es trasgresor
Provocativo
¿Cuándo antes se habían visto esas fiestas?
¿Y cuándo después?
Empalagoso, melifluo, demasiado "amable", etcétera
Estos son algunos de los calificativos
Con los que ciertos críticos
Aluden a veces al Concierto para violín de Mendelssohn
(Conservador cardinal de la alta burguesía
Desviado de los innovadores Berlioz, Liszt y Wagner
Pero exquisito como un aristócrata)
Y los trasladan a, prácticamente, el conjunto de su obra
Ponderan, sí, su Sinfonía nº 1
Quizás maravillados porque la escribiría a los quince años
Que destila fuerza y potencia
El compositor de quince años, principiante
En la búsqueda de un estilo propio
Oscilaba entre Mozart y Beethoven
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