Por descontado, el brāhmaṇ goza de una serie de privilegios que la literatura shástrica nunca deja de mencionar. A destacar, por ejemplo, que los castigos más severos no pueden aplicársele. Dada su posición aventajada, el brāhmaṇ se aseguraba del monarca una serie de puestos en el gobierno y –como reconocimiento a su sabiduría y mérito religioso– recibía gratuitamente tierras ( brahmadeyas , agrahāras ) exentas de impuestos. En el sur de la India, el brāhmaṇ ha sido con frecuencia un poderoso terrateniente ( mīrasdar ). (Ello explicaría, en parte, por qué los movimientos antibrahmánicos de finales del siglo XIX se originaron en el sur [véase Los movimientos antibrahmánicos].) Por supuesto, el brāhmaṇ ha de recibir una salutación respetuosa. Las reverencias podrían llegar a ser tales que algunos miembros de castas bajas ni siquiera pisarían la sombra de un brāhmaṇ.
El brāhmaṇ instruido o śrotriya (versado en la śruti , predecesor del paṇḍit ), estaba también exento de impuestos. Este punto revela un aspecto no siempre resaltado. Aquel brāhmaṇ que –en tanto que sacerdote doméstico o de templo– se dedica a las funciones rituales, verá rebajado su rango ya que ha de servir a castas más bajas (que le remuneran). En cambio, el brāhmaṇ que se aísla de la función sacerdotal y no acepta donaciones ni pagos, como el śrotriya , posee rango más elevado.23
La función estelar del rey sería proteger el cumplimiento de este orden social o varṇa-dharma , motivo por el que tantos monarcas hindúes portaron el título de “rey del dharma ” ( dharma-rāja ). Para ello, el gobernante hace uso de la “coerción”, el “castigo” o la “fuerza militar”, conceptos todos retenidos en el término daṇḍa .
Muchos autores piensan que en la India el poder político ha estado permanentemente sometido al dharma , que es la esfera de dominio del brāhmaṇ. La atomización de la sociedad en castas impidió la fusión del poder vertical y el poder horizontal. Y lo cierto es que en la India no se ha prodigado demasiado la noción del rey-divino, propia del antiguo Egipto, de Mesopotamia, de China e incluso del ancien régime europeo. Dicho esto, también debe insistirse en que se da una cierta solidaridad y necesidad recíproca entre el par kṣatriya-brāhmaṇ. El primero necesita del otro para legitimarse; y el segundo, del rey para su sostén material. Y, como veremos en otro capítulo, tenemos muchos motivos para pensar que la cúspide de la sociedad india ha estado casi siempre de facto coronada por el rey (mientras que el brāhmaṇ la culminaría religiosa e idealmente).
Serían los consejos de casta ( pañchāyāts ) o las asambleas de notables ( pariṣads ) de la aldea las instituciones que, más que el rey, habrían supervisado lo relativo al orden de castas. La institución de estas asambleas es añeja ya que puede rastrearse hasta la Chāndogya-upaniṣad ,24 que es anterior al Buddha.
Según el modelo brahmánico de la sociedad, los vaiśyas representan la función productora. Una mayoría de indoeuropeanistas derivan la palabra de viś , que significa “clan”; emparentada, por ejemplo, con la latina vicus (“barrio”, de donde surge la castellana “vecindad”). Otros la derivan de viśva , “todo el mundo”. En el contexto de los varṇas , viś es el poder del trabajo. Así, los vaiśyas se encargarían de la ganadería, la agricultura, algunos oficios y, por encima de todo, el comercio [FIG. 44]. A este colectivo habría que atribuir el nacimiento de los gremios ( śreṇis ). Aunque en comparación con las dos clases anteriores el vaiśya-varṇa posee un rango más bajo, pertenece todavía a la sociedad ārya; y queda claramente desmarcado del śūdra-varṇa. Con todo, los vaiśyas han constituido un grupo tan indefinido que, tal vez con la excepción del genérico “baniā”, pocos colectivos se han reconocido como tales. Y, como comprobaremos más adelante, históricamente han estado próximos a los śūdras.
Según los textos clásicos, el śūdra-varṇa estaría compuesto por los grupos que habrían rehusado aceptar las costumbres y tradiciones de los āryas. Por eso su deber es “servir” a los āryas.
El Ṛig-veda menciona una sola vez la palabra “śūdra”, en el tardío himno del Puruṣa. Pero a medida que vamos transitando de la vieja sociedad védica al tiempo de los Dharma-śāstras , la figura del śūdra va apareciendo con más frecuencia y va adquiriendo los rasgos que otrora tuviera el dāsa (el “enemigo” u “otro” respecto al ārya), como muestra que al final de la época védica los términos dāsa y śūdra fueran casi intercambiables. De donde la prohibición de que el Veda fuera recitado en presencia de śūdras; y la negativa a que conociera el dharma (entendido como las obligaciones rituales de los āryas) y llevara a cabo los sacrificios y ritos. Esta es la principal diferencia entre los dvijas y los śūdras: sólo a los primeros les está permitido el uso de los mantras védicos.25
Los peores castigos recaerían sobre aquel brāhmaṇ que enseñare el conocimiento sagrado a un śūdra.26 Como ha visto Sheldon Pollock, esta postura, propia de la escuela mīmāṃsā,27 delata que el intento de monopolizar el conocimiento védico debería estar sujeto a disputas, ya que no se prohíbe algo que uno nunca hace.28 Con todo, lo más probable fuera que, siguiendo una máxima muy querida por la tradición brahmánica, a los grandes colectivos que quedaban “fuera” de la sociedad ārya se les dejara que se autorregularan por sus leyes, costumbres y ritos, siempre que no interfirieran con el aparato sacrificial védico y utilizaran los mantras védicos.
Dado su elevado número, los śūdras pasarían a desempeñar distintas funciones, y no sólo la servil. Dícese que la mayoría de los agricultores, pequeños tenderos, artesanos y obreros provenían de esta clase. Su posición en el esquema ideal de las cosas era fundamental, pues las demás clases tendieron a definirse por oposición a los śūdras.29
Curiosamente, el Manu-smṛiti y otros Dharma-śāstras reconocen que en la sociedad existen muchas jātis , y no sólo cuatro varṇas . Así que en un ejercicio asombroso de taxonomía, los autores brahmánicos se pusieron a indagar de dónde surgían las múltiples jātis .
La explicación brahmánica tradicional dice que las jātis proliferaron por los matrimonios cruzados –que no respetan la endogamia– entre miembros de distintos varṇas .30 El esquema conceptual es muy sencillo: todas las castas se incluyen en el sistema de los cuatro varṇas y se producen por diferentes combinaciones de enlaces anuloma (hipergamia) y pratiloma (hipogamia).
Así, la casta de los carpinteros, la de los tallistas o la de los chaṇḍālas surgirían respectivamente de la unión de un hombre śūdra con una mujer vaiśya, kṣatriya y brāhmaṇ. A mayor diferencia de rango, peor resultado. El Manu dice que los ābhīras (predecesores de los ahīrs), por ejemplo, son fruto de la unión de un brāhmaṇ y una āmbaṣṭha (que es, a su vez, descendiente de la mezcla entre un brāhmaṇ y una mujer vaiśya). Un pulkasa (casta bajísima) nace de la unión de un niṣāda ( ídem ) y una mujer śūdra.31 La taxonomía puede sofisticarse mucho.d Otras castas surgieron de personas expulsadas de la casta o de hijos ilegítimos (nacidos por adulterio o de una viuda). Etcétera. Nótese que –salvo alguna excepción– la denostada “mezcla de clases” ( varṇa-saṃsarga , varṇa-saṃkara ) a la que se refieren los Śāstras es la hipogámica ( pratiloma : en contra del orden natural), cuando la esposa es de casta superior al esposo [véase Hipogamia].
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