Tulio Halperin Donghi - Un conflicto nacional

Здесь есть возможность читать онлайн «Tulio Halperin Donghi - Un conflicto nacional» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Un conflicto nacional: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un conflicto nacional»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

«He aquí un título algo alarmante, ¿Tiene sentido hablar de conflictos nacionales en el siglo XVI?» Para Tulio Halperin Donghi, en este libro clásico que ahora se reedita, la respuesta afirmativa tiene implicaciones de gran alcance pero muy meditadas. La nación en un sentido contemporáneo -admite- data del siglo XIX, pero esto no invalida el uso de este concepto para referirse a la «nación de los cristianos nuevos de moros del reino de Valencia», como se denominaba en la época. El autor sitúa a la comunidad morisca en el contexto económico y demográfico valenciano, y analiza sus formas de solidaridad nacional y religiosa, así como sus bases materiales. Finalmente, estudia las causas del fracaso de la evangelización y la represión, y profundiza en la serie de decisiones que llevaron al decreto de expulsión ya a inicios del siglo XVII.

Un conflicto nacional — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un conflicto nacional», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Pero a mi incursión en la historia valenciana debo algo más que la disposición a tomar plenamente en cuenta el vínculo de la que en 1810 se abrió en el Río de la Plata con la que en 1808 se había cerrado en Aranjuez y Bayona. Haber seguido en detalle y en todos sus niveles el laberíntico funcionamiento de la monarquía española de Antiguo Régimen, a través de un episodio que como pocos había logrado poner al desnudo tensiones y conflictos que ésta nunca alcanzaría a resolver, pero no le impedirían sobrevivir todavía por más de dos siglos, me había enseñado muchas cosas que me iban a ser muy útiles para entender mejor el que iba a ser luego mi campo de estudios, y en primer lugar a respetar como lo merece un arte de gobierno que logró la hazaña de mantener a lo largo de ellos la autoridad de Castilla/Aragón y luego de España sobre territorios desperdigados en tres continentes contando sólo con recursos técnicos que nunca excedieron en mucho los de la temprana modernidad y con recursos financieros muy tacañamente cicateados porque lo mejor del botín ultramarino siguió destinado hasta el fin a la cada vez más desesperada defensa del lugar que ese cambio de fortuna le había asegurado en el Viejo Mundo.

Si hoy me resulta más fácil apreciar todo eso, es sin duda en no escasa medida porque el nuevo giro que ha tomado la historia de España en el medio siglo largo que me separa de mi excursión valenciana empieza a hacer posible ver como historia pasada –y en todos los sentidos del término– a ésa que desde el siglo XVIII pudo pocas veces ser recordada sin angustia, porque su legado seguía pesando duramente sobre el presente español. Y que sea esa Valencia de hoy, totalmente inimaginable en la desolada España que conocí en 1953, y que redescubro con renovada felicidad en cada uno de mis retornos, la que ha decidido devolver al presente los frutos de ese encuentro remoto me ofrece un motivo aún mejor para celebrar esa generosa ocurrencia.

TULIO HALPERIN DONGHI

Berkeley, California, enero de 2008

Prólogo a la primera edición

UN CONFLICTO NACIONAL: MORISCOS Y CRISTIANOS VIEJOS EN VALENCIA

He aquí un título algo alarmante. ¿Tiene acaso sentido hablar de conflictos nacionales en el siglo XVI? Sin duda ya para los españoles de ese siglo, los moriscos eran «la nación de los cristianos nuevos», que contraponían a la de los cristianos viejos. Pero esa nación era, precisamente, anterior a la nación en armas de la Revolución, anterior a la revelación del cuerpo mismo de la nación que en el siglo XIX realizaron las escuelas elementales al llevar a las aulas de las más perdidas aldeas el mapa del territorio; anterior por lo tanto a los mitos que enseñaban cómo, antes de que hubiese hombres, las montañas y los ríos habían ya fijado para siempre los límites de una nación sobre un despoblado rincón del planeta. Anterior a la filología y la antropología orientadas en sentido nacionalista, anterior al imperialismo celta, o ligur, o nórdico, o mediterráneo. ¿Si se recuerdan aquí estas verdades demasiado evidentes es para concluir que, en efecto, entre lo que hoy llamamos nación y lo que así llamaba el quinientos no hay medida común? Concluir en ello sería acaso caer en el lazo tendido a quienes –muy justamente– buscan esquivar el anacronismo: el anacronismo al revés. La nación de los cristianos nuevos no era en todo caso anterior a la bonita historia del rey Tubal, el primer soberano de la España una (y ese florecer de legendarios héroes fundadores es, parece, uno de los aspectos más descuidados de la prehistoria del nacionalismo); Tubal, que como mito nacional puede sustituir excelentemente a cualquier paniberismo adaptado a las modernas conquistas etnológicas. No es anterior –ya se lo verá en las páginas que siguen– a la conciencia de la figura geográfica de España, protegida por sus fronteras naturales en los Pirineos y el mar. Todo esto es cierto; no es menos cierto que Tubal, que la figura de España dibujada por sus fronteras precisas sólo vivían en la conciencia de algunos eruditos, que una cultura aún no democratizada no les aseguraba las vastas masas de devotos y creyentes de que dispuso el nacionalismo del ochocientos. Y junto con esos primeros esbozos de nacionalismo laico, infinitamente más influyente que éste, tanto en la masa como en los grupos letrados, estaba la conciencia de la individualidad religiosa de España, que la separaba aún de las demás naciones cristianas, y mucho más evidentemente de los pueblos musulmanes.

Este conflicto nacional parece resolverse, entonces, en un conflicto religioso. ¿Por qué, entonces, no darle ese nombre que parece corresponderle me-jor? Porque en esta denominación hay implícito un equívoco aun más grave. Lucien Febvre ha destinado algunas de las páginas más hermosas de su Problème de l’incroyance a recordarnos cómo en el siglo XVI la religión iba entretejida en la vida entera de los hombres, presidía cada uno de sus actos importantes, daba sentido a toda forma de agruparse en colectividad. Toda la fuerza persuasiva de un gran historiador que es a la vez un escritor admirable se ha hecho necesaria para que reviva en nosotros, no como conocimiento teórico sino como conciencia inmediata de lo que significaba, esa dimensión ya perdida del hecho religioso. Dimensión esencial en el conflicto morisco, que no opone a una iglesia y algunos catecúmenos improvisados, sino a dos colectividades humanas.

Hablar aquí de conflicto nacional significa entonces, no más que esto: recordar que en Valencia hasta 1609 un tercio de la población integraba un grupo humano que tenía un nombre preciso, «la nación de los cristianos nuevos de moros del reino de Valencia». [1]Cristianos desde que, en 1519-1521 los rebeldes agermanados les hicieron escoger entre la conversión y la muerte, desde que, en 1526, el emperador los colocó con mayor eficacia ante un dilema apenas menos brutal. Cristianos de nombre, musulmanes de corazón; así lo aseguran eclesiásticos y seglares encargados de su conversión, y podríamos ver en estas afirmaciones tan sólo la voz de un celo que no se satisface fácilmente, si no fuese que otras voces mucho más despegadas y aun muchos hechos vienen a confirmarlas. He aquí un enorme problema, no el único sin duda que planteaba la singular estructura de la nación valenciana; sí el más agudo, sí el que hizo un problema de la subsistencia misma de la Valencia cristiano-morisca. La conversión debía cambiarlo todo, sustituir a la anterior Valencia colonial y abigarrada una nación unificada en la fe cristiana como en los modos de vivir y de sentir. Ilusión de un momento: lo que surgió de las convulsiones de 1519-1526 fue una nación igualmente dividida, igualmente quebrada, pero ahora los que dejaron de ser moros se hallan en perpetua falta, son incapaces de satisfacer todo lo que se exige de ellos. Incapaces desde luego porque no quieren, porque responden con fría hostilidad a un celo cristiano por otra parte de ley bastante dudosa. Pero también porque no pueden, porque esas exigencias son intrínsecamente contradictorias. Lo que se pretende es en suma asimilar a los moriscos al cuerpo de la nación cristiano-valenciana, y a la vez mantener la estructura social del reino, apoyada en una división jerarquizada entre cristianos y moros primero, entre cristianos viejos y nuevos después.

Los moriscos son, entonces, un grupo que se halla en una situación peculiar ante la religión que es oficialmente la suya, pero no se distingue tan sólo por ese hecho. Si leemos a los publicistas antimoriscos nos enteraremos de, cómo los crímenes de los cristianos nuevos desbordan el campo religioso; consisten por ejemplo en el uso de ciertas vestiduras excesivamente baratas y poco abrigadas, en la costumbre de ir en grupos por los campos, en un consumo desenfrenado de hortalizas. Que cosas tales puedan ser incluidas entre las culpas moriscas suele indignarnos o divertirnos; quizá hiciéramos bien en tomar en serio por un momento unas invectivas que nos están sugiriendo qué complejo haz de solidaridades y oposiciones se expresaba en la Valencia del siglo xvi en el lenguaje de un odio religioso.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un conflicto nacional»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un conflicto nacional» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Un conflicto nacional»

Обсуждение, отзывы о книге «Un conflicto nacional» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x