Как персты девы молодой.
By clustered grapes will I be gladdened,
That ripen on the slopping hill,
On my fair veil delight bestowing,
The golden autumn’s richest pearl,
As supply-tapered, freshly-glowing,
As fingers of a sweet young girl. 9
Según Tammi, las dos obras-fuente de Pushkin se relacionan con el texto de Nabokov del modo siguiente:
Las obras de Nabokov presentan otro tipo de relaciones intertextuales cuando los textos-fuentes se encuentran uno dentro del otro. Esquemáticamente se podría definir como: T1→T2→T3. En algunos casos, Nabokov emplea estas relaciones para identificar las imitaciones de Dostoyevski de sus predecesores, como por ejemplo, de Gógol. Uno de estos casos lo encontramos en el pasaje de Desesperación . Esta novela, siendo la más cercana al estilo de Dostoyevski, sirve para demostrar la “dependencia que Dostoyevski tiene de Gógol” (Tammi 2001: 10). Recordemos la escena en la que Herman busca un posible título para su libro:
T1:
Мне казалось, что я какое-то заглавие уже придумал, что-то начинавшееся на “Записки…”, Записки…?” Но это уже банально и скучно”.
“…assuredly I had at one time invented a title, something beginning with “Memoirs of a” of what? I could not remember, and anyway, “Memoirs” seemed dreadfully dull and commonplace”.
Aquí vemos que Dostoyevski “se apoya en la tradición de Gógol, su predecesor” (Tynyanov 1921: 22). Así, tenemos la sucesión de: T2= Notes from Underground de Dostoyevski y T3= Notes of a Madman de Gógol. De este modo, a través de Dostoyevski Nabokov introduce el intertexto de Gógol: T1 (Nabokov) →T2 (Dostoyevski) →T3 (Gógol).
La presencia de estas referencias poligenéticas en las novelas de Nabokov nos permite estudiar el mismo pasaje en relación con las obras-fuentes y escritores diferentes. Por esta razón, en nuestro estudio intertextual mencionamos a veces el mismo pasaje del texto de Nabokov para tratar varios escritores rusos, siempre teniendo en cuenta el poligenetismo y la tipología desarrollada por Tammi.
Capítulo 2
Los años rusos
I do feel Russian and I think that my Russian works, the various novels and poems and short stories that I have written during these years, are a kind of tribute to Russia. And I might define them as the waves and ripples of the shock caused by the disappearance of the Russia of my childhood.
( SO: 13)
Las novelas rusas de Nabokov representan el punto de partida para cualquier estudio cultural, estilístico o intertextual de sus obras, pues en ellas Nabokov forja su estilo, se desarrolla como escritor y evoluciona como crítico literario. Para poder hablar de los precedentes lingüísticos y culturales de Nabokov, hay que tener en cuenta varias cuestiones. Por un lado, no podemos olvidar el hecho de que desde su infancia Nabokov conoce la cultura y la lengua rusas a través de su familia, los profesores y la literatura rusa. A pesar de ser bilingüe desde que era niño, su mundo artístico se basa en los aspectos fundamentales de la cultura rusa: su historia, su modo de vida, su literatura y su lengua. De este modo, la presencia del legado cultural ruso en sus obras resulta lógica y esperada. Por otro lado, durante el exilio una de las preocupaciones de Nabokov consiste en recrear “an artificial but beautifully exact Russian world” (Nabokov 1967: 170) y también en protegerlo de otras lenguas. Según Bratujina (2007: 11), “el discurso ruso organiza la estructura de las novelas rusas de Nabokov”. Este discurso se realiza a través de las referencias a la cultura rusa y su literatura y también a las peculiaridades de la lengua rusa.
A continuación, comenzamos nuestro estudio de los precedentes lingüísticos de Nabokov por el análisis del contexto socio-cultural de las novelas rusas a través de la imagen de Rusia, también estudiamos la lengua rusa en las novelas, centrando nuestra atención en el estilo de las obras, y por último, realizamos un estudio comparado, analizando las referencias a la literatura rusa.
EL CONTEXTO DE LAS NOVELAS RUSAS: LAS RUSIAS DE NABOKOV
Si se quiere entender a un poeta, hay que ir a su país natal, aconsejó una vez Goethe. ¿Dónde está la casa de Nabokov? Para muchos, en Rusia. De hecho Field (1986: 1) fue uno de los primeros en señalar que el lector de Nabokov debe empezar su estudio por el encuentro con su país materno:
One must begin (and end) with Russia. For, although Vladimir Nabokov spoke three and a half languages – Russian, English, French and a little more German than he ever found it convenient to admit – and lived for protracted periods in six countries – Russia, Germany, England, France, America, and Switzerland, the Russian culture was, both consciously and unconsciously, always his guiding star. He lived a quiet life in interesting times and yet was a wild Russian in spirit as well as a great writer.
Para comprender la obra novelística de este escritor hay que comprender la cultura rusa y la Rusia que en ella se representan. Éstas constituyen el núcleo central del contexto de las novelas, organizando y condicionando su interpretación textual. Rusia es el gran amor de Nabokov. A ella, a su naturaleza y a su cultura están dedicadas las páginas más líricas y bellas de las novelas. “Rusia ha significado para Nabokov varias cosas: la alegría de un paraíso, el tímido miedo, la amarga pérdida” 10, recuerda Shajovskaya (1991: 57). Rusia brota persistente y tenazmente de las novelas del escritor. Al principio, aparece como algo vivo y esplendoroso, después va desapareciendo como un eco de voz que sonó hace mucho tiempo; y al final se convierte en una mitología abierta y secreta, en la Atlántida, en el Edén perdido. Se llena de sombras que pueden aclararse sólo por la memoria.
La imagen de Rusia que Nabokov reproduce en sus obras es pintoresca y variada, a veces inesperada y original. En cierto modo esta imagen es diferente de la Rusia de los clásicos escritores rusos y también de los lectores rusos contemporáneos: la Rusia de Nabokov lleva la huella de lo vivido y experimentado por el escritor a lo largo de su vida. La concepción de su patria se parece a la de otros emigrantes rusos refugiados en Europa tras la revolución. No olvidemos que la cultura rusa era el núcleo que unía a la emigración rusa y, al mismo tiempo, representaba su sello de identidad. Como señala Figes (2002: 539): “the émigrés united around the symbols of Russian culture as the focus of their national identity. Culture was the one stable element that had in a world of chaos and destruction – the only thing that remained for them of the old Russia – and the thing that gave the émigrés a sense of common purpose was the preservation of their cultural heritage”. De este modo, las obras de Nabokov reafirman esta identidad nacional de los emigrantes rusos y demuestran que su Rusia permanece con ellos: “Nabokov’s writings were received by the Russian émigrés as an affirmation of their own national identity. Nabokov’s writings were proof that Russia was still with them in the West” (Figes 2002: 546).
Varios críticos denominan esta imagen de Rusia con nombres diferentes. Por ejemplo, Tammi (1985: 257) habla de “cultural code”, Timofeyeva (1995) emplea el término “realias sociales”; nosotros la llamamos la Rusia de Nabokov. En consecuencia, dividimos la imagen de Rusia en tres componentes: la Rusia tradicional, la Rusia del Nabokov-emigrante y la Rusia soviética. Esta separación nos permite llevar a cabo un análisis más claro y visual.
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