Tanto desde los esfuerzos del APA como de los aportes del psicoanálisis clásico imperante en la época, se abogaba por una visión centrada en factores intrapsicológicos. Algunos centrados en la conducta observable, otros empezaban a centrarse en aspectos cognitivos o bien estaban los que se adscribían a la corriente psicoanalítica.
Estos últimos sí incluían en sus postulados aspectos relacionales, particularmente en la relación materno-filial; sin embargo, el objeto clínico de intervención era intrapsicológico.
Por entonces comenzaban a surgir voces críticas dentro del psicoanálisis que empezaron a explorar otras vías.
Nathan Ackerman, psiquiatra de corriente psicoanalítica, es uno de los primeros en centrar la atención en familiares (Ackerman, 1938). Para el autor, la familia es una unidad emocional de la que el individuo forma parte, con lo cual hay que diseñar estrategias específicas que la incluyan (Ackerman et al , 1970). La observación de los procesos interpersonales empezó a cobrar mucha relevancia en su trabajo e influyó mucho en los autores que contribuyeron a la creación de la disciplina familiar. Junto a uno de ellos, D. Jackson, fundó Family Process en 1962, la primera revista de terapia familiar.
También los estudios sobre las relaciones de apego y su influencia en el desarrollo psicológico (J. Bolwy, 1949) contribuyeron a destacar la importancia de estudiar aquellas variables relacionales implicadas en el desarrollo de problemas de índole psíquica. De ahí que muchos profesionales desarrollaran propuestas de intervención interpersonales, como es el caso de Melanie Klein o Harry Stack Sullivan.
Otra psicoanalista relevante fue Frieda Fromm-Reichmann, quien creó el término de «madre esquizofrenógena» (Fromm-Riechmann, 1948), que resultó ser revolucionario y controvertido a partes iguales y que centraba, una vez más, el foco en aspectos vinculares.
Por último, entre los psiquiatras psicoanalistas que estaban realizando un viraje hacia elementos de carácter social, aparece en escena Milton Erikson, autor que ha inspirado a los pioneros sistémicos gracias a la importancia que otorga a la relación terapéutica y a su forma tan particular y revolucionaria de entender la psicoterapia.
Todos estos autores, que se animaron a explorar y experimentar en sus postulados teóricos y sus intervenciones, fueron los precursores de la terapia familiar. A todos ellos les interesaban variables interpersonales y destacaban en sus aportaciones la importancia de estas en los problemas psicológicos.
En 1956, un antropólogo llamado Gregory Bateson, junto a otros profesionales, como D. Jackson, J. Weakland y J. Haley, expuso la teoría del doble vínculo para explicar los comportamientos de individuo con esquizofrenia.
Según la teoría del doble vínculo, la esquizofrenia se encuadra en una relación que se caracteriza por:
• Alto grado de fusión entre los individuos y de dependencia, tanto a nivel funcional, por las necesidades de cuidado, como a nivel emocional.
• Exposición permanente a patrones comunicativos contradictorios y ambiguos.
• No existe la posibilidad de hablar sobre lo que ocurre ni de huir de la situación.
Las conductas del esquizofrénico serían un intento de adaptarse a esta realidad vincular que impera en el contexto familiar al que pertenece y del que depende. Los autores denominan a este vínculo «relación doble vinculante».
Durante una sesión con una paciente, esta me relata que ha podido por fin trasmitirle a su padre su deseo de divorciarse, algo que siempre le ha dado mucho miedo. Durante la conversación, este la advierte de que no se divorcie si no quiere decepcionarlo. Más adelante, en esa misma conversación, el padre le recuerda que siempre ha sido una decepción, desde el día que decidió casarse, y que él nunca lo ha aprobado.
Lo relevante de esta teoría es que, por primera vez, se da una explicación interpersonal a la sintomatología de los pacientes al interpretarla como una manera de comunicarse en un sistema relacional concreto.
3.1 MRI (Mental Research Institute)
El MRI, también conocido como Escuela de Palo Alto y fundado en 1958 por Donald deAvila Jackson, es el lugar donde se desarrollan los principios teóricos de la terapia familiar gracias a la estrecha colaboración con Gregory Bateson y a sus investigaciones conjuntas. Antes del nacimiento de esta escuela, no existía una nomenclatura compartida sobre la intervención familiar. Con el objetivo de desarrollar terminologías y modelos que estructuraran el nuevo paradigma, autores como Virginia Satir, Paul Watzlawick, John Weakland, Richard Fisch o John Haley importaron términos y conceptos específicos procedentes de otras disciplinas para ponerlos a disposición de la terapia familiar.
El psicoanálisis consideraba que el comportamiento de las personas estaba motivado por elementos internos, mientras que el MRI entendía que debía ser analizado a partir del conjunto de relaciones con el exterior, lo que obliga a los profesionales a estudiar los procesos de retroalimentación que afectan a la conducta y el contexto donde tienen lugar. Para llevar a cabo un análisis relacional se servían de las siguientes teorías:
Figura 3.Visión centrada en variables intrapsicológicas en relación con sistemas de pertenencia.
3.1.a Teoría General de los Sistemas: Formulada por Ludwig von Bertalanffy a partir de 1937, pertenece al campo de la biología y entiende que la realidad en la que vivimos se compone de sistemas: desde una bicicleta, compuesta por multitud de elementos en permanente relación que dan lugar al movimiento, hasta sistemas mucho más complejos, como el universo, el planeta Tierra o un ser humano.
Los sistemas se componen de miembros. Cada uno de los miembros de un sistema tiene atributos propios que permanecen en relación de interdependencia con el resto de los miembros y con sus respectivos atributos, afectándose, de esta forma, los unos a los otros (A. D. Hall y R. E. Fagen, 1956).
Desde mi punto de vista, siguiendo estos criterios, la familia como sistema está conformada por:
• Conjunto de miembros que componen el sistema (quién forma parte de la familia).
• Atributos de los miembros que la componen (cómo es cada miembro en la familia).
• Circuitos de retroalimentación (cómo son las relaciones y recursividades dentro de la familia).
Todos los sistemas, incluidas las familias, tienen los siguientes principios:
Complejidad organizada: Todos los sistemas están compuestos por miembros que permanecen en relación, de forma que un cambio en uno de ellos implica cambios en todo el sistema.
Si pensamos en una familia, esta propiedad nos dice que, si un miembro de la familia cambia la manera de relacionarse con sus familiares, gracias a que permanecen en relación, toda la familia está abocada a cambiar.
Totalidad: Un sistema no se puede comprender desde la suma de las partes o desde el análisis aislado de sus miembros. Para analizar la totalidad del sistema debemos tener en cuenta, además, el conjunto de relaciones de interdependencia que intervienen en su comportamiento.
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