Antonio Malpica - Frankie

Здесь есть возможность читать онлайн «Antonio Malpica - Frankie» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Frankie: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Frankie»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La novela clásica de Mary Shelley, como nunca te la habían contado… (en serio)Víctor Frankenstein, anatomista, químico y… profanador de tumbas, ha decidido violar la ley última de la vida: la muerte. En su improvisado laboratorio (ejem, dormitorio universitario) ha conseguido reanimar un gigantesco ser antropomorfo:
¡UN MOOONSTRUUUO! ¡Qué drama! Ahora Víctor será perseguido por una sombra que le reclamará lo que le toca: vivir, amar, saberse amado, representar a Hamlet… (es decir, lo usual).Y Otto, el fruto del experimento maldito, está empeñado en conquistar a la niña de sus ojos, un plato de panqueques a la vez (¡con mucha miel, por favor!).

Frankie — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Frankie», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Después de soltar muchísimas maldiciones, hablar en lenguas muertas y volver a vomitar un poco, se echó a llorar.

—¡Víctor! ¡Siempre fuiste mi predilecto! ¿Lo sabes, no?

Me sentí un poco mal por no haber querido acudir al instante.

—La verdad… no, madre. Siempre creí que era William.

—¿De qué hablas? ¡Siempre fuiste tú!

—Pues me toma por sorpresa, madre, a decir verdad.

Justine se paró frente a mi madre con un aspersor eclesiástico de agua bendita, mismo que comenzó a sacudir frente a ella mientras susurraba “Vade retro” . Mi madre rugió contra ella:

—¡Por las barbas de Lucifer, Justine! ¿No puede una simplemente morirse en paz?

¡Vade!

Mi madre le contestó, esta vez en latín. O tal vez en arameo. Finalmente, volvió conmigo y, tomándome de la mano, me atrajo hacia ella.

—Víctor… debes saber un par de cosas antes de que abandone este mundo.

—No hables así, madre. ¿Por qué habrías de morir? Eres muy joven y…

—¡A otro perro con ese hueso! ¡Seguro que todos están esperando con ansias el minuto en que estire la pata!

—Bueno… en realidad todos están dormidos. Excepto nosotros tres.

—Tengo un par de cosas que confiarte. Una vez que lo haga, podré morir en paz. Escucha con atención.

En ese momento, Justine sacudió el hisopo con fuerza después de haberlo mojado en aquel calderillo de plata que sostenía y me golpeó en la cara.

—¿Podrías alejarte un poco, Justine?

—Lo siento, Frankie.

Preferí no reñirla. Mi madre seguía sosteniendo mi mano.

—La primera es ésta. Hay una aldea en el valle del Matter­horn que se llama…

—Zermatt, sí, la conozco.

—No. Ésa no. “Cola Espinosa de Cabra.” Es una aldea de pastores muy próxima a Zermatt. No figura en ningún mapa.

—Oh. Bien.

—Pues a tres leguas hacia el noroeste de Cola de Cabra hay una pequeña casita. Ahí vive tu primo Otto, quien ahora debe tener unos veinticuatro años. Su madre, mi hermana, me lo encargó. Yo le prometí que iría a verlo cada primavera.

—De… acuerdo.

—¿Sabes cuántas veces lo fui a ver desde que me lo encargó su madre al fallecer, hace quince años?

—Eh… no sé… ¿Unas diez? ¿Nueve? ¿Ninguna?

—¡Cómo te atreves a pensar eso de tu madre!

—Oh… lo siento, es que…

—¡Bah! Tienes razón. ¡Nunca fui a verlo!

Apretó mi mano con fuerza.

—¡Tienes que ir a ver si está bien! Yo iría… pero no creo llegar a la siguiente primavera. De hecho, no creo llegar al lunes próximo. Es más… no sé si valga la pena que me consideren para el desayuno.

—Pero… —objeté—. ¿Por qué no simplemente trajiste a mi primo a vivir con nosotros como hicieron con Elizabeth?

—No se podía.

—¿Por qué?

—Bueno… lo comprenderás ahora que lo conozcas. Si es que aún vive. ¡Prométeme que irás a cerciorarte de que no se lo han comido los lobos! ¡Necesito que me lo prometas para poder morir en paz!

—Eh… está bien, lo prometo.

Tomó mi mano y la besó, lo cual fue un poco desagradable pues todavía tenía en los labios un poco de esa baba verde que había expulsado minutos antes.

—Ahora, ¡lo segundo! —repuso enseguida.

Fue justo ese el momento en que comprendí que tenía una oportunidad de oro. Y no podía dejarla escapar como si nada.

—Espera, madre. ¡Necesito antes que tú me hagas un favor!

—¿Un favor? ¿No ves que la que muere aquí soy yo?

—Es un favor muy pequeño, madre.

—¡Pero aún tengo algo que decir respecto a mi testamento! ¡Respecto al dinero que…!

—¡Es sólo un favorcito! Ya que estás muriendo, creo que puedes hacer algo por mí. ¿No decías hace un momento que soy tu predilecto? No querrás poner en riesgo la promesa que acabo de hacerte.

—¿Me estás chantajeando? ¡Es increíble!

—No lo veas así, sólo digo que… bueno, sí.

Aproveché para limpiar la baba de mi mano con un pañuelo que me extendió Justine.

—Está bien —capituló ella, concesiva—. No me extraña de ninguno de los miembros de esta familia. Justo por eso… bueno, en fin, dime qué quieres.

—¡GRACIAS! —dije en un arrebato de alegría.

Lo siguiente fue tan veloz que casi no lo recuerdo con claridad, pues mi mente volaba y mi corazón saltaba de alborozo. Me aproximé a ella y le susurré en el oído mis planes. Luego corrí fuera de la habitación, desperté a Elizabeth y volví al lado de mi madre con mi prima apenas tratando de cobrar consciencia, despeinada, legañosa y hasta en bata de dormir.

—¿SE PUEDE SABER QUÉ %⁄*(%&!@ ESTÁ PASANDO? —soltó Elizabeth en cuanto entramos a la habitación de mi madre y la hice arrodillarse frente a la cama.

—¡Te lo acabo de decir, Elizabeth! ¡Mi madre está muriendo y ha pedido vernos de emergencia!

Hasta ese momento advertí que Ernest también se encontraba ahí dentro De hecho - фото 8

Hasta ese momento advertí que Ernest también se encontraba ahí dentro. De hecho sostenía una pequeña biblia y una estola alrededor de su cuello. Por lo visto, también había participado en el pequeño juego de Justine.

—¿Cuánto tiempo llevas ahí, Ernest? —gruñí.

—… …. …

—No importa. Serás nuestro testigo.

Y así, mi madre tomó las manos de ambos, Elizabeth y yo, arrodillados frente a ella. Debo admitir que se esmeró bastante en su papel de moribunda.

—Queridos hijos míos… cof… cof… estoy a nada de partir… pero antes quiero pedirles… cof… cof… demandarles… por caridad cristiana… que me prometan que una vez que me haya ido… unirán sus vidas en santo matrimonio…

Elizabeth soltó la mano de mi madre como si la quemara.

—¡Uo uo uo uo uo! ¡No tan de prisa! ¿De qué habla, señora? —he de decir que ella nunca dio trato de tía a mi mamá ni de tío a mi papá. Mi madre me castigó con una sutil mirada que claramente significaba: “¿En serio no esperabas que reaccionara así? ¿Y ahora qué se supone que yo haga?”. Pero me mantuve en mis trece. Así que mi madre retomó su papel.

—En serio… hija… cof… cof… tienes que darme este último regalo… cof… cof … es por el bien de ambos… tú eres una buena muchacha… y Víctor, el mejor de los hombres… cof… cof…

Traté de hacer entender a mi madre que no debía exagerar o podría caerse el teatrito, pero no lo conseguí. Aunque, a fin de cuentas, puede que haya funcionado mejor así.

—… es lo único que quiero pedirles… cof… cof… mi última voluntad es que unan sus vidas… háganlo por darme una postrera felicidad… cof… cof… una…

Elizabeth se mostró claramente impresionada. Y a decir verdad, a mí también me estremeció la enorme actuación de mi madre, pues comenzó a ponerse de un color que era más la combinación de varios colores, principalmente el gris, el verde y el púrpura. Y su dificultad para respirar era notoria.

Elizabeth se acercó a ella y apretó con fuerza su mano.

—¡Hey, señora! ¡No haga esto! ¡Tiene que vivir! ¡Llamaremos a un médico! ¡A un sacerdote! ¡Algo!

—…. prométanlo… cof… pro…

—¡Está bien! ¡Lo prometo! ¡Lo prometo pero suelte el aire! —gritó Elizabeth, preocupada.

—¡Y YO! —me apresuré a exclamar, tratando de no mostrarme demasiado jubiloso.

Mi madre resopló y pareció componerse como por arte de magia. El color rosa pálido volvió a sus mejillas e hizo un esfuerzo por incorporarse.

—Por cierto… ¿sabían que mi gran sueño en la vida siempre fue conocer las playas del Mediterráneo?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Frankie»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Frankie» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Frankie»

Обсуждение, отзывы о книге «Frankie» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x