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A Emilio Lledó
Es conocido que la noción de poiesis , relacionada con el verbo poien (que significa “hacer”, “producir” o “fabricar”), se asocia en la Grecia antigua con la dimensión relativa a todo crear, es decir, a todo traer a la existencia . Así, un poiêma será la “cosa hecha” y el poeta, el poiêtês , será un “hacedor” vinculado en su actividad tanto al resultado buscado como al proceso creativo de su composición. Según Emilio Lledó, el verbo poien implica en la literatura de Homero el sentido de causar o hacer que algo acontezca. 45Surgen también otros sentidos o acepciones del verbo (por ejemplo, en el prosista Heródoto) asociados a festejar o celebrar algo e incluso a considerar y tener por . Y también a partir de Heródoto aparece con el sentido de componer y escribir , es decir, vinculado a la creación literaria del poeta, según las características y propiedades atribuidas a dicha creación. En este sentido, poiesis se concibe como poesía y tal acepción ha perdurado también a lo largo del tiempo. 46
Sucede que poiesis , aun en su acepción inicial, es decir empleada con la significación de “fabricación” o “producción” de algo concreto y material (por ejemplo, del vino), encuentra ya un sentido añadido al involucrar la explicación del proceso en virtud del cual ha tenido lugar dicha producción o elaboración. Porque al hablar de poiesis no solo será importante pensar en términos de los elementos componentes, sino también del modo en que esos elementos han sido compuestos y la relación en que estos elementos participan. Dicha relación alude al logos que ha intervenido en esa realidad para conformarla de una u otra manera. La noción de poiesis no se reduce, pues, a la materialidad del objeto creado, sino que implica la consideración del modo en que se ha logrado su composición. Poiesis puede asociarse entonces a la noción de creación como tal, acción misma (proceso activo) relativamente autónoma del resultado específico de tal acción. Poiesis , así concebida, “no ha de considerarse como la abstracción de un resultado determinado, sino como el proceso, el desarrollo temporal de una acción que ha de culminar en un objeto […] No presupone, pues, la existencia de su objeto, ni puede entenderse como la abstracción fija de él; su abstracción es la «todavía no realización» del objeto a que tiende, y su existencia es tan concreta como la de su resultado”. 47
Ya en Heráclito, 48el verbo poien no se concreta en un objeto, sino que se dirige al hacer general del ser humano, a su obrar en cuanto despierto , es decir, a todo lo que acontece en su vivir-despierto. Este hacer es uno de los ingredientes de la vida en estado de vigilia. Y ese hacer es un hacer-con-el-logos . El verbo implicará el sentido de pasar del no ser al ser en cuanto aquello que se crea comienza a existir desde el primer instante de la acción creadora. Poiesis alcanzará también el sentido de una “intervención causante de una modificación cualitativa”, 49o sea, el sentido de un convertir algo en una cosa diferente. Y en cuanto relación entre saber y hacer, poiesis presupone cierta relación con la práctica y cierta sabiduría . 50
Demócrito, por su parte, sugiere una concepción de lo poético entendido como entusiasmo . La creación poética exigirá, según Demócrito, cierto estado especial de intensidad de ánimo: cierta alteración de la estabilidad anímica; digamos, cierta pérdida de sensatez . Ocurre que las sensaciones y los pensamientos de las personas se producen, según Demócrito, por el ingreso al cuerpo de las imágenes externas o éidola . Puede suceder que los éidola ingresen en personas ya inflamadas por su propio calor, por su actividad agitada o insensata, con lo cual ofrecerán reflejos inusitados y de mayor significación. Es así que, cuando los éidola intervienen en la naturaleza de individuos con tales tendencias, se encuentran las condiciones más favorables o propicias para la creación poética. Un ejercicio poético requerirá entonces no solo el influjo externo de imágenes vívidas, sino determinadas predisposiciones internas especiales del individuo que favorezcan su aparición, esto es, cierta sensibilidad . No es posible la creación poética sin cierto entusiasmo visto como el instante en que el individuo sensibilizado recibe el influjo de los éidola divinos que le permiten contactarse o comunicarse con todo lo diferente de él mismo; y con ello, aumentar su creatividad. 51
Con los sofistas acaece una racionalización de la noción de poiesis . Emilio Lledó afirma:
Si hay un denominador común que, de una manera imprecisa pero constante, subyace a todas las opiniones de los griegos sobre poesía, desde Homero a Platón, es, sin duda, que esta es un don de un poder superior, que trasciende los límites de la persona humana y por el que esta queda totalmente absorbida. Pues bien, con la sofística entra un paréntesis en la concepción de la poesía. Platón cerrará este paréntesis y volverá a unirse a las viejas concepciones de “posesión divina” […] Este paréntesis de la sofística aporta un nuevo elemento: la razón. 52
Esto significa que los sofistas conciben la creación poética más como la consecuencia de una construcción racional –sujeta a reglas como el ritmo y la medida – que como el resultado del alma en trance del individuo arrobado por las divinidades. Por eso Gorgias definirá poiesis como aquella palabra ( logos ) con medida ( metron ). 53La elevación poética estará constituida por la estructura métrico-formal de un hablar o decir que se distinguirá del habla corriente porque detenta cierto tono misterioso próximo al encantamiento o a la magia . Pero no será lo sobrenatural lo que provoca el éxtasis del poeta, sino la prestidigitación como ejercicio constructivo-racional de invenciones verbales pensadas de antemano, es decir, de carácter técnico . Así poiesis queda subsumida en el ámbito del logos , se convierte en un logos con medida, o bien, en una parte del logos que produce determinados efectos, porque puede presentar lo insignificante como algo hermoso o provocar unas u otras emociones. La creación poética, por tanto, se inscribe como una téchne .
Platón hará una especie de crítica a la tesis de Gorgias al cuestionar en el diálogo Ion si realmente la inspiración poética puede asociarse al terreno de la téchne . En este momento Platón hace una reflexión sobre la poesía que tendrá carácter provisional porque no involucra todavía la connotación política tan importante que el tema adquiere en la República . Por ahora Platón persigue solamente el objetivo de demostrar que en el oficio de rapsoda, representado por Ion, no existe un saber riguroso precisamente por la falta de téchne . La crítica a la poesía consiste en negar que esta implique conocimientos concretados en procedimientos, reglas o normas (técnicamente establecidos) que apunten a su realización práctica extendida. Al no tener objeto propio, ni realización consistente, la poesía no puede generar una técnica poética y ello supone un alejamiento del verdadero conocimiento , que ha de ser universal y aplicable en toda circunstancia. Al no contar con una técnica para su realización, el oficio de los poetas –en cuanto rapsodas– se convierte, cuando mucho, en un hablar bellamente de una sola cosa, pero incapaz de hablar bien, o dar mínima cuenta, del resto de las cosas. Así, lo poético y sus producciones, la propia inspiración poética, no se vinculan a la técnica, ni a la ciencia, ni a la sabiduría, sino que, en todo caso, surgen en la órbita relativamente irracional de las potencias del endiosamiento ; de la fuerza divina que los mueve, y en todo caso el poeta que produce sus bellos cantos no está en su razón, está dominado por lo armonioso y lo rítmico, con lo cual pierde su serenidad y su inteligencia y, con ello, no puede ver la realidad misma, ni conocerla ni expresarla; se apasiona y vive engañado por esa locura de las Musas. 54En otro momento, sin embargo, en cierta contradicción con lo anterior, Platón –por boca de Sócrates– describirá al poeta como alguien extremadamente sensible y a la poesía (el delirio inspirado por los dioses) como algo que permite el acceso al saber y a la comprensión del porvenir. 55No obstante, y según la explicación de Lledó, Platón quiso, al parecer, “quitar gravedad y poder a la obra poética, dejarla reducida a un juego delicado, a un momento irracional del espíritu, alejado como tal de todo conocimiento y, en consecuencia, incapaz de enseñar nada y de ejercer función educadora alguna”. 56
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