César M. Arconada - Andanzas por la nueva China

Здесь есть возможность читать онлайн «César M. Arconada - Andanzas por la nueva China» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Andanzas por la nueva China: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Andanzas por la nueva China»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Suele desconocerse que, casi con sesenta años, el escritor César M. Arconada, uno de los renovadores de la narrativa y las vanguardias, pionero de la rehumanización de la literatura y el arte, afrontó un viaje de miles de kilómetros para documentar y escribir una crónica sobre la China en conmoción de Mao Tse-tung y la vida en ciudades como Yenán, Pekín, Shanghái, Sian o Cantón y sus zonas rurales.El resultado fue este documento periodístico y literario inédito hasta ahora en el que se entremezclan leyendas y sabiduría popular, artesanía y modos de producción, costumbres y paisajes desde una visión de la realidad humana y social del gigante asiático singular e inesperada, que resitúa y agranda la figura del autor en el contexto de la generación del 27.

Andanzas por la nueva China — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Andanzas por la nueva China», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Y en fin, resolvimos: ¡a Yenán como sea!

Vimos otro día a Chou Nan, concretamos sobre otros puntos de nuestro viaje, y ella, tan suave y sutil como otras veces, volvió a insistir en las dificultades. Al fin, por muy de cerros que sea uno, también tiene su pizca de diplomacia, y con el dolor del corazón, herido hasta casi sangrar, tuve que decir:

—Es claro, si no puede ser... ¡Lo siento, pero lo que no puede ser no puede ser!

Parecía como si hubiera en Yenán secretos de Estado, y que yo renunciaba a mis ilusiones para no olfatear lo que maldito si me importaba.

—En fin, ya veremos —nos dijo la camarada Chou Nan no cerrando del todo las puertas, y me figuré que ese era el lenguaje de la famosa cortesía china. Yo, por ejemplo, hubiera dado un portazo…

Y días después, en otra entrevista, se resolvió la cuestión.

—¡Van ustedes a Yenán! —nos dijo sonriente sabiendo lo que nos complacía la resolución.

Y pensando en Yenán, cultivando como una flor amada la ilusión de Yenán, enternecedor las más de las veces he vivido casi dos meses. Íbamos de un sitio a otro, veíamos esto o aquello, todo muy interesante, muy valioso, enternecedor las más de las veces, pero ya siempre regando mi flor de amaranto, mi Yenán querido, esperando el día señalado para emprender el viaje.

Además, por si fuera pequeña mi ilusión, en todas partes donde iba me la acrecentaban. Hablando con algunos camaradas, nos preguntaban a veces:

—¿Dónde van ustedes desde aquí?

—Desde aquí vamos a tales y a tales sitios y después a Yenán.

Casi siempre la exclamación era la misma:

—¡Ah, Yenán! ¡Para nosotros es una ciudad sagrada! Yo también estuve allí...

Y yo sacaba la conclusión de que todas las personas importantes de la nueva China habían estado en Yenán.

Y además, unánimemente, todos la calificaban de lo mismo: ciudad sagrada. Esto me ponía tan ufano que sentía crecérseme el corazón en el pecho. ¿Cómo hubiera sido posible estar en la nueva China y no pisar la ciudad sagrada de la nueva China?, aunque hubiera tenido que ir pisando clavos como los antiguos santos en las peregrinaciones.

Por fin, a mediados de agosto, partimos en avión hacia Sian, capital de la provincia de Shensi, punto de partida para ir a Yenán.

En Sian convivimos con un magnífico camarada, el dramaturgo Ban In-sian, que nos acompañó a todas partes. Ban In-sian es bajo, más bien fuerte, peludo, cosa que no suelen ser los chinos, de cara ancha y enérgica, serio, formal. Tiene cuarenta y tres años, pero no aparenta más de treinta y cuatro. Conozco de antiguo sus facciones: he trabajado algunos años con un tártaro muy parecido a él.

Y otra vez en las conversaciones surge lo mismo: Yenán, ciudad sagrada. En ella vivió durante el período revolucionario, allí estrenó varias obras de teatro. Y de nuevo, con menos insistencia que en Pekín, comienza a insinuarme las dificultades, a decirme que incluso los jóvenes y fuertes regresan con molimiento de huesos. Me propone, en sustitución del viaje, organizar algunas entrevistas con personas conocedoras del Yenán de aquel tiempo.

—¡Por favor!

Si él hubiera sabido de mis inquietudes y mis ilusiones, del mimo con que yo había cuidado mi flor de amaranto, seguro que no me habría hecho proposiciones tan inaceptables.

Un día, de mañana, me dijo nuestro dramaturgo-mentor:

—Mañana salimos para Yenán. A las siete en punto. Iremos en tren cien kilómetros, hasta el final de la línea férrea, y allí nos esperará un auto que hoy ha salido de aquí.

¡Al fin a Yenán!

El tiempo había sido bueno, despejado, caluroso, pero en los últimos días comenzaron esas escalonadas tormentas de verano que se presentan cada día, la de hoy siempre un poco más tarde que la de ayer, como en una carrera de relevos. Y por la tarde llovió.

Al anochecer se presentó Ban In-sian en nuestra habitación con serio semblante:

—Malas noticias. Han telefoneado de allá arriba diciendo que ha llovido durante estos días y que no se puede pasar.

¡Por la Virgen de la Cueva, qué importa un chaparrón más o menos! ¿Qué es un chaparrón, y además en verano? Agua, que no balas de ametralladora.

Pero él insistía en que era imposible salir, en que había comenzado la época de las lluvias y había que renunciar al viaje.

¡Yenán! ¡Yenán! ¡Adiós a la ciudad sagrada, adiós a mi cuidada flor de amaranto! Se me caían las ilusiones encima como la techumbre de un templo. No podía conformarme, no podía creerlo. ¡Volver a Pekín, y tener que decir: volvemos sin ver Yenán, ¡por causa de unos malditos chaparrones! Y, en la amargura de la desilusión, me parecía imposible que pudiese escribir una sola línea sobre China.

—¡Usted es escritor, Ban In-sian, y puede imaginarse lo que esto significa para mí!

—Sí, lo comprendo muy bien, pero es imposible, imposible.

Había sonado la palabra fatal, irreparable, odiada: ¡imposible!

Aquella noche no pude dormir. Hacía tiempo que no me había sucedido nada semejante, aunque debo confesar que soy como un niño: que no me arranquen las ilusiones porque es motivo de berrinche.

A la mañana siguiente se presentó Ban In-sian con mejor talante: traía noticias de no se qué puntos —yo no comprendía nada de eso— diciendo que el tiempo había mejorado y que si hoy no llovía saldríamos mañana.

¡Otra vez la mustia flor que se endereza, regada no con agua, sino con azul de cielo despejado! Aquel día estuvimos viendo una antiquísima pagoda y yo prometí pedir a Buda que no lloviera. La celestial súplica se convirtió en broma de todo el viaje.

Poca amistad y conocimiento he tenido en la vida con Buda, pero sin duda, viendo que yo, aunque infiel, era huésped, accedió a mi ruego: no llovió.

Y al día siguiente, por la mañana temprano, emprendimos el viaje. [...]

La madre tierra

En el verano chino, tan ardoroso, la madrugada es el único instante de fresco alivio. Corre una breve brisa matinal que parece el velo de la noche rezagado en la humedad de los arrozales.

Al salir del hotel para ir a la estación advierto excesivo trajín de gente y pregunto a Li Tsin-suan, la traductora:

—Li Tsin-suan, ¿pero no vamos solo con usted y el dramaturgo?

La traductora que llevamos ahora habla español, y bastante bien. Es emocionante caminar por el interior de China con esta muchachita que habla tu propio idioma, aprendido sin profesores, en las horas libres de su oficina, con el estímulo que impulsa hoy aquí a millares de personas: ser más útil a su nuevo país, a su gran patria.

—Aprovechan nuestro viaje para ir a Yenán a sus asuntos —me dice. Tan pequeñita como una niña, tan joven, tan suave y candorosa a primera vista, y parece como si Li Tsin-suan hubiera estudiado altos cursos en una escuela diplomática.

Nos acomodamos todos en el tren: muchos y con muchos bultos. Viene en el grupo incluso una mujer, y yo pienso que es la esposa del dramaturgo, que tal vez tiene los padres en algún pueblo de la ruta y aprovecha la ocasión para hacerles una visita, y de paso, a la vuelta, traerse unos ricos lomos de cerdo.

Echo a un lado estas minucias. ¡Que sea lo que sea! Es tan agradable subirse a las siete de la mañana a un tren provincial camino de no sé dónde, por el interior de China, que todo lo demás se borra de mi presencia. ¡Y pensar que nos habían prevenido de la incomodidad de este tren con asientos de madera! ¡Pero si no hay mejor placer para mí que ir en este vagón abarrotado de campesinos que vuelven a sus aldeas, con bultos infinitos de compras que han hecho en la ciudad! Me ponen una chaqueta acolchonada para dar blandura al asiento, y la rechazo. Quiero que el tren provincial sea tren provincial, y no burro con arreos de caballo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Andanzas por la nueva China»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Andanzas por la nueva China» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Andanzas por la nueva China»

Обсуждение, отзывы о книге «Andanzas por la nueva China» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x