1 ...6 7 8 10 11 12 ...20 En Castellón, la industria papelera quedó relegada a cuatro municipios, en concreto, Soneja, Rossell, Borriana y Vila-real. La ciudad de Valencia, se convirtió en el principal núcleo papelero, con 12 fábricas de papel (en 1958), a las que habría que añadir las de sus proximidades, al mismo tiempo que se recuperaba por completo el núcleo de Buñol. El eje Alzira-Xàtiva pasó a ocupar un lugar relevante; mientras en la primera localidad, continuaba «PAPENSA» y varias fábricas de cartón, en la segunda, la fábrica de Gregorio Molina, «Papelera San Jorge» se transformó en una gran empresa. No obstante, el núcleo papelero emblemático continuaba siendo el de Alcoi-Cocentaina. La empresa más importante del sector, «Papeleras Reunidas, S.A.», con las primeras medidas liberalizadoras que contemplaba el Plan de Estabilización, manifestó cierto estancamiento técnico y empresarial. Los problemas de «Papeleras Reunidas, S.A.», ya a principios de los 60, se tradujeron en una grave crisis, que llevó al cierre de varias factorías. En este contexto, Desiderio Mataix Doménech -después, «Papelera del Serpis SA»- diversificó su producción que incluía desde manilas y sedas hasta estrazas. En l´Alqueria, se ubicaba la empresa de Sobrinos de Abad Santonja, integrada en «Papeleras Reunidas, S.A.». Banyeres contaba con 4 empresas, pertenecientes a Victoriano Belda, Evelio Mataiz, Mora y Cía y «Papeleras Reunidas, S.A.» (con dos fábricas, «La Innovadora»y «Blanco y Negro»). En Cocentaina, «Papeleras Reunidas, S.A.» poseía dos factorías («Algars» y «Serelles»), destacando también «Industrias Merín». En L´Orxa, estaba en activo la fábrica de Emilio Raduán, que confeccionaba papeles de fumar, sedas y manilas. Además, en la provincia de Alicante, desde mediados de siglo, surgieron nuevos focos, como Elx y Sant Vicent del Rapeig, a los que más tarde se sumó Dolores, todos centrados en el cartón.
Las empresas papeleras, durante los años de expansión, no sólo desaprovecharon la oportunidad de recapitalizarse con los beneficios obtenidos, sino que, además, fueron perdiendo mercado exterior, cerrando vías necesarias en el futuro 76. El alza espectacular de los costes energéticos y los cambios en la demanda tradicional desencadenaron la crisis de los 70 que, sin embargo, respondía a causas estructurales. Gran parte de las empresas papeleras valencianas presentaban una serie de características que las hacían poco competitivas y muy vulnerables, en primer lugar, su reducida dimensión empresarial que implicaba graves problemas de financiación y, por lo tanto, dificultades para renovar máquinas obsoletas; en segundo lugar, la pervivencia de localizaciones tradicionales, lo que dificultaba el acceso a las materias primas y a los mercados. Un factor agravante sería su gran dispersión y el escaso grado de integración de los establecimientos. Todo ello, se puso claramente de manifiesto, al disminuir las medidas proteccionistas en las décadas siguientes y, especialmente, con la entrada en la Comunidad Económica Europea. En consecuencia, un número importante de empresas papeleras valencianas no pudo superar la crisis del último cuarto del siglo XX 77.
En el año 1978, la Comunidad Valenciana sumaba 41 empresas papeleras y del cartón, 5 en la provincia de Castellón, 29 en la de Valencia y 7 en la de Alicante, que se localizaban en el gran eje industrial de la Comunidad Valenciana. Si comparamos estos datos con los anteriores –tal y como se observa en la siguiente tabla- se aprecia la tendencia regresiva del sector, que se agudizó en las décadas siguientes. Algunas comarcas papeleras tradicionales, como el Alcoià-Comtat, Ontinyent-Bocairent y la Hoya de Buñol sufrieron el fuerte impacto de la crisis. Por el contrario, otras zonas con menor tradición devinieron importantes núcleos papeleros, contándose entre ellas la Plana de Castelló, L´Horta de Valencia, Alzira-Xàtiva, Gandia, Sant Vicent del Raspeig y Elx.
Durante la crisis, se produjo una creciente participación del capital extranjero 78y un mayor proceso de concentración, aun así, la baja capitalización implicaba unreducido potencial productivo de las empresas. Los pasivos que arrastra la industria papelera valenciana continúan siendo, básicamente, el predominio de la pequeña y mediana empresa, la pequeña dimensión media de factorías y el endeudamiento de algunas empresas. También debemos considerar el déficit de materias primas, puesto que la industria papelera valenciana mantiene una gran dependencia del exterior. Las mayores empresas utilizan pasta mecánica y, sobre todo, pasta química, que, en gran medida, se importa del extranjero; sólo algunas pequeñas empresas -ha sido tradicionalmente el caso de Buñol- elaboran papel reciclado que, en parte, también se importa 79. Entre los principales países abastecedores de materias primas, se encuentran Portugal, USA, Canadá, Finlandia, Suecia y Noruega. Gandia se configuró como el principal puerto de aprovisionamiento de materias primas para las fábricas de papel y cartón, circunstancia que explica su relevancia en el sector.
La industria papelera valenciana, a partir de los condicionantes citados, debe enfrentarse a retos insoslayables, al mismo tiempo que debe hacer frente a la competencia del papel nacional y extranjero. Mientras los grandes fabricantes dominan el mercado de los papeles de gran consumo, las pequeñas empresas se especializan en la fabricación de papeles especiales con gran valor añadido, así, algunas pequeñas empresas fabrican papeles poco corrientes, cuya demanda está asegurada. Operar en un nicho del sector papelero poco sensible a las oscilaciones de la demanda o del precio de la materia prima se ha revelado como una buena estrategia. También ha dado buenos resultados la manipulación de la mayor parte de su propio papel, con lo que se obtiene mayores beneficios y no se depende tanto de las oscilaciones del mercado. Otra opción, a la que han recurrido algunos fabricantes para hacer frente a las crisis de demanda, consiste en elaborar diferentes tipos de papel, única forma de contrarrestar la inestabilidad del mercado papelero, pero esta opción imposibilita las economías de escala y obliga a inmovilizar mayor capital en existencias.
3.3. La apuesta valenciana: el cartón
La localización preferente de la industria papelera valenciana seguía tres grandes líneas: la proximidad a los grandes núcleos urbanos, las zonas muy industrializadas y el litoral 80. En las áreas metropolitanas, próximas a los mercados, se han instalado numerosos talleres y fábricas de manipulados del papel y, sobre todo, de cartones. El desarrollo del cartón está en relación con el envase de productos industriales -zapatos, textiles, azulejos, etc.- y del campo, tanto frutas como hortalizas. La apertura de fábricas de cartón en Betxí ha reforzado a La Plana como una importante concentración papelera, gracias a la expansión de la industria azulejera. La industria papelera alicantina está orientada tanto a las necesidades de la industria del calzado como a las del mercado metropolitano. El potencial papelero de Valencia y otros municipios de L´Horta está en relación directa con el mercado del área metropolitana, de ahí el peso de las fábricas dedicadas a la manipulación del papel y, sobre todo, del cartón. En el área metropolitana de Valencia, la concentración papelera se completa con la instalación más reciente de las fábricas de cartón en Paterna, Quart, Torrent, Beniparell, etc. Alzira, Xàtiva y Gandia se han especializado en la fabricación de todo tipo de envases y empaquetados, fieles a sus orígenes.
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