67 AHUV, Llibre n.º 91, f. 132v.
68 Giralt i Raventós 2002, p. 401.
69 Aguilar Piñal 2005, p. 135. Por el contrario Joseph Townsend valoraba mucho el Plan Blasco.
70 Al menos José Clemente, abuelo del biografiado, “fue el propietario más rico de su tiempo en Titaguas” (Clemente y Rubio 2000, p. 303). Su padre también debió serlo, quizás menos, por lo apuntado en una nota anterior, pero lo suficiente para que Simón de Rojas se matriculara de doctor.
71 El derecho a opositar a las cátedras de Lengua Hebrea le había sido concedido en realidad por haberse presentado el 27 de febrero de 1799 en Valencia a un ejercicio público donde, basándose en el Plan Blasco (1787, pp. 34-35), hubo de traducir tres trozos del texto hebreo de la Biblia (se entiende que al latín) “y respondió a las dificultades que le propusieron los censores, quienes restituido[s] a la Capilla, hecho a mi presencia el juramento [de que el juicio era imparcial] y votación prevenida en el Plan, resultó aprobado el acto que se le hizo saber y certifico / Joseph Bayona” (AHUV, Llibre 119, f. 231 [r-v]).
72 Lagasca 1827, p. 401.
73 Lagasca 1827, p. 404.
74 Esta cita y la anterior en Reyes Prósper 1917, p. 222.
75 Lagasca 1827, p. 404.
76 Clemente y Rubio 1952, p. 13.
77 Sobre la formación clásica del biografiado, véase “El mundo clásico en el botánico Simón de Rojas Clemente” de Jordi Sanchis Llopis 2012.
78 Yáñez y Girona 1842, p. 19.
79 Se encuentra en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, en la caja P 133.
80 No he entrecomillado la indicación de las lecciones o de las fechas por no considerarlo necesario al estar todo, además, más claro de esta manera.
81 Existe también otro cuaderno (igualmente en la caja P 133 del M.N.C.N.) estrecho y largo de Clemente –reconocible también por su letra– donde hay notas de su trabajo en el Reino de Granada, Mediciones y cuentas con un tal Morote. El primer apartado es de animales, plantas, etc., y consta la fecha de 1819; en el segundo hay mediciones de Andalucía; y el tercero son las cuentas con Morote donde señala lo que le pagó, que va a llevar la casa él (Clemente), etc., pero todo está tachado, no parece además relevante. Y dentro de este cuaderno estrecho se intercalan muchos poemas, un relato corto y otros escritos, incluso uno en francés pero no pertenecen de ninguna manera a su pluma directamente pues no es su letra.
82 Este diario no está paginado ni foliado aunque están las citas bien referenciadas ya que al comentarlas por sabatinas, lecciones y por días del mes ya quedan bien localizadas.
83 La crítica es muy corriente en Simón de Rojas y, como vemos, ya desde muy joven.
84 Ahora Clemente no diría lo que dijo hace más de 200 años. La naturaleza no es escasa pero se han perdido muchísimas especies a causa de la acción del hombre sobre todo en relación con el cambio climático y los incendios, ni siquiera respetamos, pues, el mandato bíblico.
85Dos especialistas que han leído esta palabra consideran que es propia de un principiante sin ningún dominio de la lengua árabe (en efecto, era entonces cuando principiaba a aprenderla), por lo que ha parecido más prudente no aventurar ninguna traducción. También en aquellos momentos estudiaba el griego.
86 La palabra hebrea ha sido traducida por Miguel Collado, profesor de hebreo de la Facultad de Teología de Valencia a quien le agradezco su ayuda.
87 En efecto, en su Curso Elemental de Botánica (1795, p. 5 del prólogo a la segunda edición) incluye: “En obsequio de los mismos discípulos más adelantados he cuidado de reimprimir en Madrid los Fundamentos Botánicos del mismo Linneo en latín y castellano, y su Philosophia Botanica con varias anotaciones, explicaciones y adiciones, que facilitan a los principiantes la inteligencia de una obra tan clásica e importante”, detalle que habla bien del controvertido Gómez Ortega.
88 También es posible que esta persona –con esta denominación– sea Joseph Rodríguez González (1770-1824), matemático y astrónomo del cual se sabe que al menos entre 1801 y 1803 estudiaba botánica (al tiempo que impartía Matemáticas en la Universidad de Santiago).
89 Debe ser Mariano Luis de Urquijo, primer ministro cesado el 13 de diciembre de 1800; la grafía Urquijú es, pues, una gracia.
90 Debe referirse a la puerta que da al Museo del Prado pues, ya desde su construcción, parte de su perímetro “quedó cerrado por una verja de hierro” (Maldonado Polo 2013, p. 93) que da a ese lugar.
91 Curiosamente Barnades murió ese mismo año de 1801. Aunque, en este caso, el sentido de la expresión latina es “¡uff!, gracias a Dios que acabó la clase”.
CAPÍTULO 3
EL VIAJE A PARÍS Y LONDRES A TRAVÉS DE LA CORRESPONDENCIA
En la sala de manuscritos de la British Library hay unas cartas de Simón de Rojas, el cual no aparece como botánico ni ornitólogo ni nada por el estilo, el apelativo con el que se le nombra es el de traveller (viajero), y es normal que así sea porque estar en Londres y en París en 1802 sólo lo podían hacer los viajeros vocacionales, o sea, los auténticos viajeros 1. También contamos con cartas de la Sociedad Linneana de Londres y otra documentación que nos adentran en ese mundo.
Para Clemente esta aventura en París y Londres fue, sobre todo, científica y cultural; pero tengamos presente que, desde el principio, el viaje presenta aspectos de novela; esta característica continuará durante todo el trayecto. Efectivamente, desde el planteamiento del mismo, su planificación, la vida de nuestro hombre y del catalán Domingo Badía, jefe de la expedición, en la capital de Francia y del Reino Unido, los trayectos mismos de ida y vuelta, sobre todo el de vuelta con el cambio de personalidad de los dos viajeros..., todo, absolutamente todo, da argumentos suficientes para que este capítulo sea considerado el más novelesco de todos, sin dejar de tener en cuenta que este viaje fue el más instructivo para Simón de Rojas Clemente, instrucción y saber que será lo que a la postre más interese al biografiado y que hará que fuera el viaje de su vida.
3.1. EL VIAJE Y SU MUNDO
3.1.1. Preparación del viaje
De ninguna manera nuestro sabio perdió el tiempo, es el viaje de su vida y él lo sabe, y él sabe también la inquietud de su familia, el vértigo incluso. Vamos a ver este viaje a la luz de sus cartas y desde otras perspectivas –la política, la más importante– sin perder de vista lo expuesto. Pero antes es interesante y curioso que nos detengamos en los preparativos del mismo.
En el expediente de Badía que se encuentra en el Archivo Municipal de Barcelona (Arxiu Històric de la Ciutat) y en ediciones de los viajes de Alí Bey a cargo de Salvador Barberá Fraguas 2y de Augusto Casas 3tenemos datos, algunos anecdóticos y otros relevantes, de la preparación de este periplo, y por supuesto de cómo se gestó; y también –y esto es lo más importante– de la participación de Simón de Rojas. Es pertinente señalar que este expediente incluye una serie de documentos transcritos por algún secretario debajo de cada uno de los cuales, Badía firma y rubrica asegurando que es conforme con el original. El estilo de la Exposición histórica de todo lo ocurrido en el expediente del viaje a África 4es muy característico del autor, lo narra en tercera persona (y él se nombra a sí mismo), expresa sus sentimientos sobre cualquier situación o persona –siquiera de manera suave– y da la impresión de que es consciente de la importancia que tiene este escrito para la historia. La narración refiere continuamente a dichos documentos, órdenes, etc., que debidamente numerados (y con la “compulsa” correspondiente) adjunta. En fin, la exposición, incluidos los documentos adjuntos excepto alguno, se conserva manuscrita y en lo que podríamos llamar portada consta por escrito de lo que trata, o sea, estas noticias: “Comprende desde la confección del Plan por D. Domingo Badía y Leblich hasta su salida de Madrid a la ejecución del Viaje”, y también “Con inserción del mismo Plan y todos los demás documentos y referencias de las escenas verbales”. Naturalmente voy a hacer hincapié en todo lo que interesa respecto a nuestro biografiado sin olvidar a Badía ni mucho menos puesto que es el responsable de todo, lo que significa también que muchas cosas que se refieran al catalán interesan directamente al de Titaguas.
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