Primera edición: noviembre 2021
Título: La tentación de Becca Saga: El Diván de Becca
Diseño de la colección: Editorial Vanir
Corrección morfosintáctica y estilística: Editorial Vanir
De la imagen de la cubierta y la contracubierta: Shutterstock
Del diseño de la cubierta: ©Lena Valenti, 2021
Del texto: ©Lena Valenti, 2021
De esta edición: © Editorial Vanir, 2021
ISBN: 978-84-17932-35-0
Bajo las sanciones establecidas por las leyes quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización por escrito de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por medio o procedimiento mecánico o electrónico, actual o futuro —incluyendo las fotocopias y la difusión a través de internet— y la distribución de ejemplares de esta edición y futuras mediante alquiler o préstamo público.
No voy a caer en la tentación. Pero, si me empujas...
Para mi perrita Duna, experta en pedos y besos babosos, y maestra en amar incondicionalmente.
Índice
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Preguntas existenciales: ¿Cuánto puede cambiarnos la vida? ¿Cómo de rápido puede hacerlo? ¿Tanto como en un parpadeo? ¿Tan veloz y caduco como en un suspiro? ¿De manera volátil y expansiva como en un beso lento y bien dado?
Es en lo único en lo que pienso desde que me he subido al avión.
Ha pasado un mes desde que, Vendetta, un loco llamado Nico, disfrazado de Bitelchús, intentase acabar conmigo en las montañas estadounidenses de Catskills, durante la grabación del episodio del El Diván, versión americana.
Estuve 36 horas desaparecida en manos de ese psicópata, y gracias a la intervención heroica de Axel, yo aún sigo viva y lo puedo contar.
Axel, mi camarógrafo, barra expolicía, guardaespaldas casi a tiempo completo, actual dueño de los derechos del Diván a nivel mundial y del Chantilly de Madrid, además de dueño de mi corazón, es el hombre de quien estoy enamorada. Y siempre lo estaré.
Sí, lo digo con la bocaza enorme que tengo. No lo puedo negar ni obviar. Hay amores que son para siempre, y este, que no está exento de imprevistos y trabas, sé que está marcado con el infinito. Y eso que, llevamos muy poco tiempo juntos, pero he de decir, que no ha sido ningún impedimento para que nos volvamos locos el uno por el otro. Él ha tenido el mismo efecto en mí que unos zapatos Louis Vuitton. Que los ves en el escaparate, y los quieres inmediatamente, incluso a riesgo de que te hagan daño o de que el precio a pagar sea caro.
En el amor, con este hombre, he sido así. He querido exclusividad y calidad.
Mi morenazo de ojos verdes y aspecto entre militar y modelo, es esa persona con la que quiero compartir mi vida, aunque aún estemos lidiando con asuntillos personales que sé, que aún no están limados del todo.
Encontrarnos fue una sorpresa para los dos. Vale sí, intensita y traumática en muchos aspectos, en tantos que hoy por hoy, sé que tengo que trabajar en mis miedos y en mis inseguridades más que nunca, por mucho que él se erija en mi máximo valedor y protector. Pero vivir lo que viví, lo que ambos vivimos, pone el foco en tus propias carencias, en todo lo que no controlamos y en las pocas herramientas de las que disponemos para enfrentarnos a imprevistos de alto riesgo.
Por ejemplo: Nico era un compañero de Axel que estaba enamorado de la famosísima y ya fallecida Tori Santana. Un día, Nico, que trabajaba con Axel en la seguridad privada, le pidió que lo acompañara para ofrecer sus servicios a Tori.
Mi actual novio, entonces, aún no me había conocido y claro, se enamoró un poco de Tori, porque todo el mundo estaba loco por esa mujer.
Con tan mala suerte que Tori resultó ser una golfa maquiavélica que jugaría con él durante tres años y que se acostaría con su padre, el poderosísimo magnate de los medios de comunicación, Alejandro Montes, también ya fallecido, y hasta con Fede, con el mismísimo Súper, hermano de Axel. Se ve que a la chica le encantaba el sexo en grupo y algunas prácticas muy libertinas para mí, que me estresan las multitudes.
La historia no acabó nada bien para ninguno de los dos. Axel terminó anímicamente y emocionalmente desquiciado. Tori murió en un accidente de coche en el que también iba su compañero Nico. Pero no fue un accidente. Nico la mató muerto de celos y cansado de llamar su atención sin demasiado éxito.
Axel estuvo mucho tiempo torturándose y culpándose de la muerte de su expareja, y ese problema originó muchas discusiones entre lo que estaba naciendo entre nosotros. Hasta que Nico, que resultó ser mi acosador Vendetta que me hizo la vida imposible durante el Diván, volvió a aparecer en ese programa piloto en Catskills y Axel lo consiguió interceptar y vencer. Al final, Nico murió por culpa de las minas que él mismo fabricaba y que había colocado alrededor de mi caravana.
Fuera como fuese, esa historia rocambolesca y de telenovela negra, es hoy por hoy, vox pópuli, aunque la verdadera información y el fondo de todo permanezca bajo sumario. La trama sigue llenando horas de tertulias en programas rosas, amarillistas y en otros más serios y de debate. En Twitter continúan piando y no hay un solo día que yo no sea tendencia.
Mi popularidad se ha disparado, y si os soy sincera, estoy afectada y tengo estrés post traumático. Todo esto me ha sobrepasado. Me da un poco de miedo salir a la calle, quedarme sola y, al mismo tiempo, estar con mucha gente.
No es agradable tener siempre a paparazzis alrededor de mi loft de Sant Andreu, esperando una declaración mía. Me preguntan que cómo estoy. Y yo tengo ganas de meterles el micro por la boca y decirles como la exreina de las Maras que soy: «¿cómo crees que estoy, gilipollas?». Menos mal que los míos siempre me acompañan.
Después de aquel episodio en Estados Unidos, volvimos inmediatamente a Barcelona.
El Diván ha quedado temporalmente suspendido hasta que yo me recupere de todo el shock, aunque su grabación sigue en pie para cuando yo esté disponible y recuperada. La productora Smart se siente responsable de todo lo que he pasado y se fustigan por la falta de seguridad en las grabaciones, así que hacen todo lo que yo les digo, y si les pido tiempo, me darán todo el que necesite.
Y lo retomaré. Retomaré mi Diván. Pero lo primero es mi estabilidad y mi salud. No dejan de lloverme ofertones para hacer otras cosas para otras cadenas. Pero las declino porque, sencillamente, este tiempo es y debe ser para mí.
Es para mí, y también para mi gente. Y, por supuesto, es para que Axel y yo estemos juntos de verdad. Sin presiones ni nada raro alrededor, sin cámaras de por medio, sin persecuciones y sin secretos, que ha habido muchos entre nosotros.
Y es por esa razón por la que estoy ahora subida en un jet privado que ha facilitado Smart, la productora que me contrató del Diván, junto a las personas con las que más me apetece estar, y nos dirigimos a Punta Cana, para compartir juntos unos días y alejarnos de todo el estrés mediático. El destino puede ser típico o común, pero solo quiero playas paradisiacas, sol y daikiris.
Читать дальше