LA FORMACIÓN DE LOS SISTEMAS POLÍTICOS
EUROPA (1300-1500)
LA FORMACIÓN DE LOS SISTEMAS POLÍTICOS
EUROPA (1300-1500)
John Watts
Traducción de Vicent Baydal Sala
UNIVERSITAT DE VALÈNCIA
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Título original: The Making of Polities: Europe, 1300-1500
Cambridge University Press, 2009
© John Watts, 2009
© De esta edición: Universitat de València, 2016
© De la traducción: Vicent Baydal Sala, 2016
Publicacions de la Universitat de València
http://puv.uv.es
publicacions@uv.es
Adaptación de los mapas: Joan Carles Membrado
Diseño del interior: Inmaculada Mesa
Maquetación: Textual IM
Ilustración de la cubierta: Les trés riches heures du Duc de Berry (1411-1416)
Diseño de la cubierta: Celso Hernández de la Figuera
ISBN: 978-84-370-9965-1
Para Adrian
ÍNDICE
LISTA DE MAPAS LISTA DE MAPAS MAPA 1. Europa en 1300 MAPA 2. Europa en 1500
AGRADECIMIENTOS
I. INTRODUCCIÓN
1. La historiografía
2. Tres grandes narrativas
La crisis social y económica
La guerra y el desorden
El surgimiento del «Estado»
3. Las estructuras
II. EUROPA EN 1300: LA HERENCIA POLÍTICA
1. Las formas de gobierno y resistencia
Los imperios
Los reyes y los reinos, los señores y los principados
Las comunas y las ligas
Las iglesias
Conclusiones
2. Las formas de la cultura política
Las ideas y los discursos
La comunicación
Las redes
III. EL SIGLO XIV
1. El curso de los acontecimientos
c. 1300 - c. 1340
c. 1340 - c. 1400
Conclusiones
2. El crecimiento del gobierno
La justicia y la ley
El servicio militar
La fiscalidad
La representación
La administración y los oficiales
Las estructuras informales
El pensamiento y la escritura política
3. El gobierno y la vida política
Los conflictos de jurisdicción
Los conflictos en las comunidades políticas
La resolución de los conflictos
IV. EL SIGLO XV
1. El curso de los acontecimientos
c. 1400 - c. 1450
c. 1450 - c. 1500
2. Coordinación y consolidación: la política «regnal»
La cultura política
Los progresos en el gobierno
La práctica de la política
V. CONCLUSIONES
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
ÍNDICE ONOMÁSTICO, TOPONÍMICO Y TEMÁTICO
LISTA DE MAPAS
MAPA 1. Europa en 1300
MAPA 2. Europa en 1500
AGRADECIMIENTOS
Tres cosas han sido las que me han llevado a investigar y escribir este libro. La primera, un deseo de saber más sobre los procesos políticos de la Europa de los siglos XIV y XV y sobre su forma de articularse colectivamente. En Oxford los historiadores premodernos, independientemente de su especialidad, enseñan de manera rutinaria grandes cantidades de historia británica y europea, por lo que quise tener una comprensión más sólida de qué era lo que estaba explicando en las clases y los seminarios. Un segundo factor era el descontento con las narrativas que se presentaban como predominantes en dicho periodo: no solo no parecían explicar demasiado sobre la vida política, sino que además partían de presupuestos cuestionables; me parecía que el conjunto podía ser entendido y reconstruido de manera diferente, y lo que aquí presento es un intento de llevar a cabo dicha reconstrucción. Una razón por la que dichas narrativas me resultaban poco convincentes es que eran bastante diferentes a las formas en que la mayoría de historiadores británicos piensan sobre la historia política y constitucional inglesa de la Baja Edad Media: me di cuenta que, al leer o enseñar material europeo, estaba obligado a aceptar perspectivas que instantáneamente rechazaría para el contexto inglés. Esa fue mi tercera motivación: pensar sobre la vida política del conjunto del continente con las herramientas conceptuales derivadas de mis estudios previos de dos décadas sobre historia inglesa –e igualmente, por supuesto, examinar de nuevo lo que pensaba que sabía de Inglaterra a partir de un ámbito de visión más amplio, europeo–. Como historiador especializado en política inglesa, con una experiencia de investigación que no se ha alejado mucho de la Public Record Office y la British Library, a menudo me he sentido incómodo al intentar escribir sobre Europa, incluso en la manera sintética e introductoria de este libro, que bebe de investigaciones de primera mano de otros autores. (En cuanto a esto, por cierto, querría expresar mi más sincero agradecimiento a los historiadores del continente que evitaron decirme «¿Cómo, usted ?» cuando les conté mis planes). En cualquier caso, es evidente que el reino de Inglaterra constituye una unidad políticohistórica fácilmente comparable con otras europeas: pudo ser diferente en ciertas cosas, pero en absoluto estuvo aislada o fue única; sus asuntos, como todos sabemos, se entretejieron con los del resto de partes del continente. La historiografía inglesa de la Baja Edad Media, a pesar de su insularidad, es rica y sutil; enlaza con muchos de los temas, problemas y realidades pretéritas de las historiografías de los estados continentales, y, dado que la mayor parte de los historiadores europeos son en realidad expertos en uno u otro lugar, la familiaridad con los asuntos de este pequeño y abierto, pero altamente centralizado, reino de tierras bajas llegó a parecerme una capacitación razonable para llevar a cabo un estudio comparativo más amplio.
Dicho esto, soy muy consciente de la distancia entre lo que me gustaría haber hecho y lo que finalmente he podido hacer. He leído tanto como he podido, pero no he leído tan extensamente como hubiera deseado, especialmente en lenguas extranjeras. Mi estrategia fue la de intentar leer la suficiente bibliografía continental, ya fuera original o mediante textos traducidos, para comprender cómo piensan los historiadores de otros países y, entonces, llenar los vacíos en inglés o con otro material traducido que podía obtener del francés y –a escala más reducida– del español, el italiano y el alemán. Sin duda, las limitaciones de mis conocimientos lingüísticos habrán sesgado mi comprensión y seguro que los lectores mejor informados podrán darse cuenta de ello. Soy también muy consciente de que el tratamiento de ciertas partes de Europa es mejor y más profundo que el de otras. Hay ciertas explicaciones para ello. El oeste, el sudoeste y el centro del continente han dominado durante mucho tiempo los análisis sobre Europa, por lo que un texto introductorio e interpretativo como este necesitaba, sobre todo, conectar con dichas áreas. Asimismo, se puede alegar que las regiones relativamente urbanizadas de la Europa Centro-Occidental y Mediterránea experimentaron un tipo particular de complejidad política que requiere su espacio para ser debatido y que, por diversas razones, ese ha sido uno de los principales objetivos del libro. En último lugar, simplemente es mucho más fácil obtener conocimientos de estas regiones que de muchas otras (y más fácil, en inglés, estudiar la Europa Centro-Oriental, por ejemplo, que Escandinavia, Rusia, los Balcanes o el mundo bizantino/otomano). No obstante, lamento no haber logrado saber más sobre el este y el norte, y cabe destacar que me parece evidente que las comparaciones entre la Europa «Occidental», «Oriental», «Septentrional» y «Meridional» (reconociendo la tosquedad de dichos términos) nos enseñarían muchas cosas. Sería excelente observar a fondo el Sacro Imperio Romano Germánico junto a Bizancio, o comparar la expansión del Principado de Moscú y la de los otomanos, o poner un reino como Escocia al lado de los de Dinamarca o Suecia; pero todo ello va más allá de lo que personalmente he podido llevar a cabo. De todos modos, espero haber aprendido y haber tenido en consideración los suficientes aspectos como para ofrecer una especie de introducción y servir de base a una amplia interpretación que otros, si piensan que merece la pena, podrán cuestionar, perfeccionar o desarrollar.
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