Cristian Tapia Reinoso - Sueños, verdad y locura

Здесь есть возможность читать онлайн «Cristian Tapia Reinoso - Sueños, verdad y locura» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Sueños, verdad y locura: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Sueños, verdad y locura»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En la novela de Cristián Tapia, Andy y Sofía –dos jóvenes santiaguinos del Siglo XXI– unen esfuerzos para conseguir la evidencia necesaria y llevar a juicio a los responsables de la muerte del padre de Sofía.
En una ciudad donde la influencia del narcotráfico deja caer sus garras mediante el desfile de autos de lujo, drogas, alcohol y armas, los protagonistas afianzan una relación amorosa que los conduce a desafiar un ambiente de soterrada violencia y amenazas. Juntos, y con la ayuda de un misterioso personaje, tratan de restablecer el equilibrio y conseguir que impere la verdad.

Sueños, verdad y locura — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Sueños, verdad y locura», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

–¿Y cómo te llamas? –le pregunté, al cabo de un rato.

–Alfred.

–Buena, Alfred.

–¿Tú?

–Andy.

Apenas le dije mi nombre, frenó la conversación y se paró. Fue hacia el computador y empezó a meter mano. Antes que terminara la canción de música electrónica, puso Sé que quieres de Plan B. Todos empezaron a festejarla. Había grupos de hombres que se empezaron a frotar las manos, así como las moscas. Existía una expectativa por los nuevos vínculos que se generarían. Mi amigo Nick cambió su algarabía introspectiva y vino hacia donde estaba yo.

–Vamos por unas minas –me dijo, con las dos pupilas dilatadas y la mirada de un demonio.

–Ya, pero no veo más dúos que esas dos minas, y ese loco es el pololo de una –le dije, apuntando a Alfred.

–¡Tu pastilla está “la raja”, weón ! –celebró Nick, alzando las palmas.

De pronto dimos una vuelta y nos encontramos con las chicas con las que habíamos ido a comprar el vodka. Las miramos y nos miraron, se rieron y nos reímos. Las invitamos a bailar y accedieron. El reguetón se puede prestar para muchas cosas. El movimiento pélvico es clave, también la flexibilidad para llegar con un paso de baile hasta el piso. Así que entre mi estado de ebriedad y de consumidor satisfecho de drogas pude hacerle el peso a mi compañera, que en el baile no andaba nada de mal. De reojo, veía que Sofía nos controlaba. Diría que se le notaba mucho la cara de despecho. Los pequeños detalles no verbales generalmente no se me escapan, de sapo que soy. Me fui a preparar un vodka, pero le avisé a la chica que volvía.

–Claudia, voy a servirme algo y vuelvo.

Me serví un vodka con Sprite Zero. Vi que un amigo de Claudia llegaba a marcar territorio. Se pusieron a bailar. Yo, bien por ellos. Vaso en mano, me acerqué hasta donde estaba Alfred, poniendo música.

–Oye, brother , ¿vamos a bailar con tu mina y Sofía?

–Ya, vamos, voy a dejar un mix .

Nos acercamos a las chicas y nos vieron con una mirada favorable. Al rato estábamos bailando reguetón al puro estilo perreo . Bien cerca uno del otro, así como se baila en Chile o en República Dominicana. No era necesario hablar. La música y nuestros movimientos hablaban por nosotros. Además, el reguetón es muy sugerente. La pasábamos genial.

El baile entre nosotros transcurría en silencio, mientras intercambiábamos miradas coquetas. Me imaginé que, tras la reciente declaración, Sofía no querría hablar mucho. A lo largo de mi adolescencia me he esforzado por mejorar mi movimiento pélvico para impresionar, de modo que agarrándola por la cintura intentaba controlar mis hormonas, para que no me diera mucha vergüenza lo que ella podía comprobar con solo apegarse un poquito. Cuando se puso de espaldas, ya no pude contenerlo, los efectos de la marihuana facilitaban la misión de la chica, por lo que no me interesó que ella sintiera mi partner en acción. Sus nalgas, sus hombros y su espalda estaban totalmente apoyados en mí, mientras yo le agarraba la cintura con la mano izquierda y su muslo con la mano derecha, todo al ritmo del reguetón, por supuesto. El encuentro era total y lo disfrutaba al máximo.

Mientras bailábamos parecía que Alfred y su novia se habían arreglado, puesto que bailaban en forma sensual y entre risas. Nick, por su lado, estaba bailando con la chica que le gustaba hablar por celular y parecía que no le iba mal; ella había guardado por fin el aparato.

–Oye, parece que tus amigos se arreglaron, qué bacán –comenté, aliviado.

–No sé en verdad, porque se arreglan y después pelean de nuevo. Yo creo que es mejor no pololear, así no te haces rollos por celos, estás con quien te guste y no le das cuentas a nadie.

–Ah, claro, pololear tiene sus pros y sus contras, igual es rico tener a alguien con quien estar acostado y regalonear, no sé.

–¿Regalonear o tirar? –preguntó ella coqueta–. A mí me gusta más poder hacer el amor, disfrutar con la persona, pero que después no implique más “atado”, que vamos donde la familia, que acompáñame a comprar, que con quién estás hablando, la inseguridad, etcétera.

–Ah, sí, te entiendo, piensas como hombre.

–A mí me cargan esas diferencias, si al final somos iguales. Igual de calientes. Quizás pareciera que las mujeres miramos solo a un hombre, pero no es así. Solo la hacemos más piola para no quedar mal.

Discutíamos mientras nos sentábamos en una mesa con un par de tragos. Al parecer a ella ya se le había soltado la lengua y hablaba sin pudores. Se expresaba enérgicamente, argumentando la igualdad de género y la capacidad que tiene la mujer de conseguir sus objetivos fácilmente en materia sexual. Su discurso me daba un poco de rabia, ya que pensaba que implícitamente estaba diciendo que si ella quisiera algo conmigo sería muy fácil conseguirlo, lo cual era cierto, ya que era muy atractiva y me moría por darle un beso.

–Por eso me dan rabia las mujeres que se hacen las cartuchas y no son capaces de tomar la iniciativa y darle un beso a alguien que le gusta. Yo, por ejemplo, nunca lo he hecho, pero lo haría contigo si tú también estuvieras hablando como yo y supiera que te gusto –afirmó, casi sin pensar en lo que decía.

En ese momento me miró con sus ojos azules, de manera penetrante. Un instante después pareció detener su pensamiento y su mirada. Se paró y se fue, cubriéndose el rostro. Me quedé sentado, inmóvil, tal vez preso del miedo, quizás de la vergüenza. No sabía si ir a buscarla o quedarme en mi posición. Se había ido casi llorando, noté que se había quedado como en una especie de estado de shock . Yo también estaba perplejo, no tanto por sus palabras, sino por el efecto que podía tener la droga.

Iba ir a buscarla cuando de pronto veo a Nick discutiendo con un grupo de sujetos. Había uno que era bastante robusto y alto, que lo miraba con odio, mientras lo empujaba. Llegué y lo saqué de en medio.

–Disculpen, cabros, ¿qué pasó? –pregunté, poniéndome frente a Nick.

–Tu amigo anda caliente y anda diciendo puras weás , “se puso jugoso” y empezó a “jotearse” en mala a la Belén. Y ella pololea con un amigo que viene en camino.

–Ya, ya, disculpen.

Nos retiramos de ahí con Nick. Mi amigo seguía bailando mientras nos apartábamos. Habían vuelto a poner música electrónica y, al parecer, Nick estaba poseído por la droga y la fiesta. Nos fuimos al living comedor, donde había una larga fila para el baño.

–Oye, weón ¿qué pasó? –pregunté a Nick, desconcertado.

–Hermano, no sé qué onda, pero la fiesta está demasiado buena, las minas demasiado buenas, la droga demasiado buena, la vida demasiado buena. ¡Wooow! –me dijo, mientras saltaba y gritaba como un loco, ante la mirada atónita de algunos.

–Pero, ¿qué onda? ¿Qué le dijiste a la mina?

–Ah, weón , le dije que estaba entera rica, que si tuviera un auto y una casa donde llevarla le chuparía todo y le haría el amor toda la noche.

–Pero, weón , ¡cómo le dices eso!

–Pero, weón, si eso es lo que pienso, po . ¿Por qué iba mentir? ¿Por qué tenemos que mentir? Aparte ella es acuario y yo libra, los dos podemos volar porque somos aire, somos compatibles y sensibles.

–Ya, pero no podí decirle de una lo que le dijiste.

–No importa, porque me dijo que no le gustaba físicamente, así que ya me dijo lo que necesitaba escuchar. Ahora voy a ir a hablar con otras minas y decirles lo que siento.

–No, Nick, para. Creo que estás sobrestimulado, mejor salgamos un rato.

Salimos a la calle vacía. Por fin, ni gente, ni música, todo lo que había sido tan loco, había transcurrido muy rápido. Ahora estábamos en la penumbra de la calle. Él tenía una mirada atónita fija en el pavimento, al parecer estaba anonadado con sus emociones y sentimientos, al igual que yo, que no había probado la droga.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Sueños, verdad y locura»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Sueños, verdad y locura» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Sueños, verdad y locura»

Обсуждение, отзывы о книге «Sueños, verdad y locura» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x