El proceso de globalización y su propuesta de acercar más a las economías por medio de la creación de bloques económicos y comerciales, ha sido tema de debate constante. Actualmente el mundo está a la expectativa de las consecuencias de la salida del Reino Unido de la Unión Europea y de la nueva versión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ahora conocido como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), de cara a las nuevas y controversiales medidas del gobierno Trump, quien con su llamada “guerra comercial”, desconoce la realidad del contexto comercial en el que China como cabeza de las economías emergentes, conocidos como los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), así como del bloque asiático. Este es indudable el nuevo protagonista del comercio mundial, no solo como principal productor de bienes (también de capital), sino de servicios e inversiones que evidencian una expansión sin límite alguno a pesar de las provocaciones y tensiones que Estados Unidos genera en la esfera del comercio mundial. China reacciona abriendo más su mercado, expandiendo sus importaciones, dando trato por igual a la inversión extranjera y garantizando las buenas prácticas en los negocios, un contraste que pone en evidencia el aislamiento de la primera economía del mundo.
En el caso latinoamericano, Mercosur y la Alianza del Pacífico —objeto del análisis económico regional, muy influenciados por un entorno político y social convulsionado, enfrentados a la evidente corrupción que alcanza altas esferas del Estado—, afecta la institucionalidad, resta recursos para la inversión en infraestructura, ciencia, tecnología e innovación, así como la búsqueda de alternativas a la histórica relación económica norte-sur, que después de la crisis del 2008 cambió la geopolítica del mundo, migrando del Atlántico al Pacífico y convirtiendo a Shanghái, Tokio, Seúl y New Delhi en capitales comerciales y financieras del mundo, es decir, al Gran Pacífico que genera nuevos retos pero también nuevas oportunidades para nuestros bloques regionales.
De este modo llegamos al análisis del papel de Colombia frente al nuevo contexto del Pacífico o del Asia-Pacífico. Esta es una investigación que se ha venido desarrollando en los últimos años y que se ha divulgado en diferentes instancias académicas y periodísticas, entre las que se cuentan la Colección 60 años del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Facultad de Ciencias Económicas, la publicación del libro Colombia frente a los escenarios del Pacífico (Mosquera, 2013), que también sirvió de base para uno de los ciclos de debates organizado por la Universidad Nacional de Colombia “¿De qué Pacífico hablamos?” (Unimedios – CID, 2013).
No obstante, en el estudio de la economía internacional y las relaciones internacionales, la variabilidad y el dinamismo de los contextos y del nuevo orden económico global, exige una continua actualización de información y la evaluación de nuevos fenómenos que hoy por hoy reconfiguran y retroalimentan el debate y el análisis de la realidad económica regional y global. Por ello, en el presente libro hacemos una introducción preliminar a la definición de algunos conceptos, se explora el panorama económico mundial, teniendo en cuenta las fortalezas, así como los nuevos retos con énfasis en la Alianza del Pacífico, bloque donde Colombia puede navegar hacia puerto seguro, hacia el acceso al mercado asiático y su posibilidad de competir en estos nuevos escenarios. El país busca recuperar el clima para la inversión de nuevos capitales y confianza inversionista, la estabilidad política que garantice la continuidad en políticas económica y monetaria, infraestructura, lucha contra la corrupción y desarrollo de la ciencia y la tecnología; aspectos fundamentales para ser competitivos y ser jugadores en las grandes ligas como la Ocde, —cuyo ingreso superó el más difícil escollo por la dura oposición de gremios industriales y farmacéuticos de Estados Unidos—, y ser admitida en el Comité de Comercio (El Tiempo 18-05-2018).
Economía mundial y globalización en el marco de los bloques económicos
La globalización es consustancial a la historia de la humanidad o, si se quiere, la humanidad ha escrito su historia a partir de la globalización. Este fenómeno, ha acercado al mundo mediante el intercambio de bienes y productos, información, ideas, conocimientos y cultura; pero también ha generado divisiones y diferencias entre bloques y al interior de los países. Esta nueva etapa de la globalización, basada en la integración mundial mediante bloques, confederaciones u organizaciones multilaterales, se diferencia de las anteriores por desarrollarse con velocidades en el flujo de información debido a los avances en las TIC, ciencia, industria y sistemas de información3.
Esta dinámica muestra que se trata de un proceso de permanentes cambios, pero a la vez, un catalizador y una consecuencia del progreso de la humanidad. Tal y como ocurre en su dimensión económica, la globalización puede llegar a ser un proceso caótico que exige ajustes y plantea desafíos a problemas que ahora tienen un carácter global.
De acuerdo con Walters (1996), el término “globalización” solo tuvo reconocimiento en la academia hasta mediados de los años ochenta del siglo pasado, aunque desde los años sesenta el término comenzó a generalizarse. Lo que indica que la comprensión del fenómeno, de sus causas y consecuencias, ha sido tema de estudio y debates durante las últimas décadas en las diferentes disciplinas de las ciencias económicas, sociales y humanas.
Sin embargo, resulta interesante que la globalización, como la economía misma, hace referencia a un proceso dinámico, que conduce a definiciones procedimentales (Giddens, 1999). Es decir, nos referimos a la globalización como un proceso de transformación que conlleva resultados desde la economía, en una etapa histórica definida, pero que impacta al conjunto de la sociedad.
La etapa histórica actual corresponde a la decisión política mundial de eliminación sistemática de fronteras económicas entre dos o más economías. Una frontera entendida como una demarcación que restringe la movilidad de personas, bienes y servicios, capitales y factores. A ambos lados la determinación de los precios, cantidades y calidades de productos y factores solo resultan marginalmente influidos por los flujos entre ambos.
La globalización y las etapas de integración económica
La integración económica es el primer paso para avanzar hacia la consolidación de un posible bloque económico. Un bloque económico, tal y como lo señala Leal López, es un tipo de asociación de carácter internacional que agrupa a un conjunto de países con el propósito de obtener beneficios comerciales mutuos y, en general, en materia económica, sin perjuicio de que en la mayoría de los casos tenga como elemento predominante una motivación política. La creación de la ONU, la Opep, la Fifa, Amnistía Internacional, entre muchas otras, ha sido a partir de intereses políticos específicos (Leal, 2002).
Estas formas de unión entre países se realizan a partir de la firma de tratados internacionales que pueden ser de distintos tipos: la mayoría de los bloques comerciales están definidos por una tendencia regionalista; mientras que las relaciones comerciales de carácter no regional tienden a ser bilaterales, o a darse entre bloques comerciales en formación. Estos bloques pueden clasificarse de acuerdo a su nivel de integración económica, política y monetaria en seis diferentes grupos:
a. Acuerdos de Complementación Económica. Esta unión solo se da en relación con las preferencias y negociaciones arancelarias de algunos productos.
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