Ricardo Mosquera Mesa - Colombia frente a los escenarios del pacífico

Здесь есть возможность читать онлайн «Ricardo Mosquera Mesa - Colombia frente a los escenarios del pacífico» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Colombia frente a los escenarios del pacífico: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Colombia frente a los escenarios del pacífico»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Emmanuel Macron, elegido presidente de Francia en mayo de 2017, «… reconoció la crisis del mundo occidental, destacando que el nuevo orden internacional está sacudido por un „gran desorden“ bajo los cielos de la globalización», que tiene alcance en la geopolítica del mundo y en la estrategia que se debe seguir, dado el surgimiento de las nuevas potencias económicas y políticas, refiriéndose expresamente a China, Rusia e India El iluminado trabajo Ricardo Mosquera presenta al detalle y con mucho acierto intelectual lo que hay detrás de este «gran desorden» geopolítico señalada por Macron. Como economista de vasto conocimiento internacional, Mosquera identifica aquella estructura oculta y dinámica del nuevo orden económico y político internacional que ahora mismo se está configurando. La guerra comercial y diplomática entre Estados Unidos y China, la cada vez mayor influencia estratégica de Rusia en Medio Oriente y Latinoamérica, la traumática salida de Gran Bretaña del proyecto económico europeo, la crisis medioambiental, las protestas y movilizaciones en Cataluña, Ecuador, Perú, Argentina y Chile son, como lo muestra oportunamente Ricardo Mosquera, reacciones complejas de una obra como geopolítico internacional.

Colombia frente a los escenarios del pacífico — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Colombia frente a los escenarios del pacífico», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Doy un testimonio de lo anterior: hacia 2009 escribí, en una muy difundida revista de orientación radical de la Universidad del Tolima, que yo como pensador social no podía, ni debería, ni querría declararme como uribista o antiuribista, pues no soy juez y como analista debo mantener la cabeza fría para que el pensamiento pueda calar hondo en lo que es Colombia, independientemente de lo que uno quisiera que fuera. Declarar una vez más esta independencia de juicio hoy en día suena como a suicidio intelectual o a doble lapidación por parte de unos o de otros, cuando en pensadores clásicos como fueran Max Weber y Emilio Durkheim, esta serenidad de juicio era condición ineludible para elaborar ciencia social.

Y es de aquí de donde se extraería el primer y más crucial aviso de alerta para que no seamos tan ingenuos, tomado por cierto fuera del libro de Ricardo Mosquera, pero que nace de ahí mismo si el libro es bien leído en sus entrelíneas y en sus márgenes y aunque ello no aparezca nunca explícito en sus páginas, pero que está bien presente por el tono objetivo y mesurado de la escritura del libro: si no se logra morigerar la polarización tan espeluznante que se advierte en la sociedad colombiana, correremos el riesgo de una precipitación en un abismo insondable como no se ha experimentado en la historia republicana. La única manera de salvar este paso por el Escila y el Caribdis de tantas fuerzas enfrentadas, consiste en confiar absolutamente y en un ciento por ciento en la majestad de la justicia. Si, como ocurrió ya en noviembre 6 de 1985, se violan la autonomía y el libre dictamen de las cortes, solo cabría volver a pensar en una frase célebre de Cicerón que sirvió como epígrafe a un díptico con un memorial del holocausto elaborado por mi antigua compañera y esposa, la artista Gloria Bulla:

Inter arma enim silent leges.

Callan las leyes cuando irrumpen las armas.

Triste enunciado que eclipsó la frase del general Santander que lucía en el frontispicio del edificio de la Justicia:

Si las armas os dieron la independencia, las leyes os darán la libertad.

Entonces solo cabría solicitar el socorro divino, porque ninguna fuerza humana podrá liberarnos de nuestros demonios. Y ello no es un pedido que debiera extrañar, pues el mundo parece girar en estos últimos tiempos cerca del vórtice de la locura, entre otras causas porque el ejercicio de la política y en general del poder, incluso del micropoder —como se revela en las redes sociales—, adopta hoy con mayor frecuencia y profundidad la dimensión del simulacro, manifiesta entre muchas otros flancos en las denominadas fake news, falsas verdades. ¿Cuándo se ha visto en la historia universal que un candidato sea elevado a la primera magistratura con el record de haber afirmado que la única solución radicaría en asesinar a 30 000 personas? ¿O que se permita siendo presidente burlarse de la consorte del presidente francés por fea y vieja? ¿O que despache sin vergüenza las acusaciones de que prohíja los incendios forestales para favorecer a los exportadores de ganado, a los madereros y a los productores de soya? No es empero el único. Mike Pompeo declara con toda seriedad que el derretimiento del Ártico significará un progreso mayor que la construcción del canal del Suez o el del de Panamá por las posibilidades de explotación de oro, petróleo y otros minerales.

Es justamente este cambio orbital en los últimos decenios el que sirve de telón al examen de Ricardo Mosquera, para que tras la mayor crisis de la economía política de toda la historia de la especie, la de la depresión de 2008, el lector desconcertado pueda develar los sentidos de los saltos de una aguja de marear que pareciera brincar de un lado al otro, esquiva a referirse a un norte preciso. Hoy más que nunca, desde la época turbulenta de Maimónides, se experimenta el imperativo de transformar la perplejidad en complejidad pensada, tarea de enorme dificultad pues esta es una sociedad del riesgo y del caos. Y la economía pese a ser la más dura de las ciencias blandas sigue y seguirá siendo un saber que si bien es siempre muy informado, se mueve entre las incertidumbres, las conjeturas y las probabilidades, tanto más cuanto se aproxima al poder político siempre tan insólito por ser un surtidor de tan caprichosos temperamentos como el de la primera figura de la máxima potencia hasta ahora, Trump, una personalidad que solo se puede describir como la de un gambler y un tahúr de una cantina del medio oeste, de donde se amasara por cierto la fortuna de la familia, adicto como buena parte de la sociedad norteamericana a la segunda enmienda, esto es al interés prioritario de la Asociación Nacional de Rifle por mantener la libertad del porte de armas.

Para poner un punto de comparación, y recurriendo de nuevo a las variaciones de nuestros mapas geopolíticos, basta mencionar la transición de la retórica de los presidentes gramáticos a la propia de la gravitación económica, tal como fuera escenificada en Colombia por el último de los retóricos latinistas, el admirable conservador Marco Fidel Suárez, quien ejerciera la presidencia entre 1918 y 1921, defenestrado del “Palacio” por esas amalgamas tan bizarras pero tan propias de Colombia entre el conservatismo más rancio personificado en Laureano Gómez y la avanzada ola de socialistas con los primeros brotes del partido comunista.

Como advertirá el lector, tomo partido aquí por el esplendoroso bastardo de Bello, no sin aludir a conceptos anacrónicos de los prejuicios sociales —hijos legítimos contra hijos bastardos—, en forma irónica porque no olvido que en la definición platónica y socrática expuesta por Diotima en El Banquete, el amor —y de eso sabía Marco Fidel Suárez, amor a la patria, amor a la lengua, amor a la herencia humanista latina—, era el hijo bastardo de Poro, alegoría de la riqueza y de Penía, una mujer indigente.

Como fuere, el caso es que la expresión respice polum, acuñada por el autor de Los sueños de Luciano Pulgar, pasó a definir el norte inequívoco de la brújula geopolítica de Colombia desde entonces, pese a que para ser exactos la sentencia latina dice que hay que mirar al polo, pero como hay dos —el norte y el sur—, termina siendo cómico el dicho porque el acto consecuente con la traducción literal significaría una especie de estrabismo, ya que unos mirarían para arriba y otros para abajo, defecto salvado empero cuando se especifica que se trata de mirar a la estrella polar del norte. Pero este lapsus del bautismo del dicho denota dos asuntos que trascienden la gramática y afectan la sinapsis de la comprensión global de nuestros tiempos históricos y de nuestro espacio cartográfico.

El primero, la rigidez de la política exterior durante el siglo XX, porque definió un extraño síndrome de mantenerse la víctima —Colombia—, atada al victimario —el país del norte usurpador del territorio del canal—: el problema de una mirada mal adherida a quien causó la pérdida del istmo. Como si la misma mano que empuñó el gran garrote fuera indispensable para mantenernos seguros en nuestra fragilidad como Estado. Es como la esclava que, impotente para sacudirse del yugo del amo, se propone seducirlo, algo que entraña cierto encanto pero que devela una humillación asumida y que por cierto se manifestará en el tratamiento unilateral del tema de la droga, examinado solo desde el ángulo de la producción y no, como se debiera también, desde la perspectiva de la responsabilidad de consumos desbordados, carta que se usaba en un tiempo pero que por la fuerza del Imperio dejó de esgrimirse. El segundo efecto de larga consecuencia de la segregación del territorio panameño ha sido el olvido de la dimensión de todo el litoral pacífico, no solo del amputado istmo, sino de su prolongación hacia el sur, como lo pone de manifiesto Ricardo Mosquera Mesa en su libro, cuando se permite el lirismo al evocar canciones del clásico Petronio para sorprenderse por la contrahechura significada en las cifras de retorno que dejan los puertos indolentes frente a lo írrito de las participaciones locales1.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Colombia frente a los escenarios del pacífico»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Colombia frente a los escenarios del pacífico» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Colombia frente a los escenarios del pacífico»

Обсуждение, отзывы о книге «Colombia frente a los escenarios del pacífico» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x